Habían transcurrido tres meses, desde que Dawson y yo nos hicimos en amigos. Nuestra relación se había vuelto más estrecha con el pasar de los días, en todo este tiempo había aprendido muchas cosas sobre él, era alguien bastante amable, siempre trataba de ayudar a los demás y hacer las cosas bien, era muy positivo en todo y confiaba en los propósitos de Dios sobre su vida con convicción, Dawson era un libro abierto, a diferencia de mí, pues no puedo decir que he fluido de la misma manera, pero aún así sigo intentando.
En todo este tiempo no supe nada de mi padre y lo agradecía, no quería lidiar con él. Sara por su parte se había comunicado conmigo en muy pocas ocasiones, estaba evitándome, y ahora sabía exactamente por que, justo en este momento me encontraba en el ascensor de la empresa para hablar con ella, importándome muy poco si me cruzaba con mi padre o no.
Cuando salí del ascensor la primero que vi fue a Tessa sentada en su escritorio, sin embargo ella no me veía a mí, mis ojos se posaron en la persona que estaba del otro lado de su escritorio. En cuanto Dawson me vio en ese lugar, mostró una expresión de asombro
- ¿Qué haces aquí? - preguntó cuando me acerque. - ¿Estás bien? - entendía su desconcierto, pues yo había dicho muchas veces que no quería estar en un lugar donde mi padre respirara el mismo aire.
- si. - dirigí mi mirada a Tessa, quien ahora era consciente de mi presencia, aproveche el momento y la salude con la cabeza antes de hablar. - ¿Mi hermana, está en su oficina? -pregunte.
-si- contesto ella.
- gracias.- dije para encaminarme hacia la puerta de su oficina.
- ¡oye, oye! - me detuvo Dawson. - ¿acaso no piensas saludar cómo es debido? - pregunta abriendo sus brazos, él y yo habíamos adoptado la costumbre de abrazarnos en forma de saludo, cada vez que nos encontráramos. Me acerque con un poco de recelo, habían personas observándonos y sentía un poco de vergüenza, sin embargo al llegar a él y sentir que sus brazos me atraparon, todo sentimiento de inseguridad desapareció.
- ¡así está mejor!- declaro apretándome más contra si para luego soltarme. -Ahora si puedes irte.- me ordena tomándome de los hombros para separarme de él, su actitud parecida a la de un niño me causo gracia y no pude evitar la sonrisa que se escapó de mis labios, él por su parte me devolvió el gesto.
Al llegar a la oficina de Sara no me tomé el tiempo para tocar la puerta, simple y sencillamente entre, sin esperar encontrarme con mi padre en el proceso, sus ojos me observaron con escrutinio, en ellos seguía ese deje de decepción hacia mi persona.
- Alis...- trato de hablar después de mantenerme la mirada por segundos que me parecieron horas, yo sin siquiera pensarlo se lo impedí.
- quiero hablar con mi hermana. - definitivamente no quería verlo, mucho menos hablar con el. - A solas. - remarqué lo último para que entendiera mi mensaje lo cual funcionó de maravilla, pues se levantó de la silla y abandono el lugar sin decir una sola palabra. Un silencio tirante se apodero de la habitación, silencio que mi hermana rompió
-¿ que hace...- trato de preguntar pero no pudo continuar pues la interrumpí.
- ¿Cuándo pensabas decírmelo? - mi tono de voz se elevó un poco, estaba molesta y trataba de contenerme para no decirle algo hiriente.
- ¿de qué estás hablando? - pregunto frunciendo el ceño.
- ya lo se todo Sara, ya se que Leonel ha estado enviándote mensajes desde hace seis meses. - al oír mis palabras su rostro se descompuso en cuestión de segundos. -¿Por qué no me dijiste nada?.
- ¿Cómo te enteraste?- sus ojos me mostraban la batalla interna con la que lidiaba, estaba horrorizada.
- Ángelo. - solo pronunciar el nombre me causaba malestar. - sigue encaprichado conmigo por qué no quise tener nada con el después de que dejo a Dina. Hoy tuve una discusión con él y en medio de la discusión se mofo de que su hermano ha estado contactándose contigo después de salir de prisión, eso sería aproximadamente hace seis meses.
- ¿y que tenía que ver esa discusión con esta situación? - pregunta tratando de entender.
- yo pensé lo mismo, pero dijo que si para tenerme a mí tendría que terminar en prisión como su hermano, entonces lo haría con gusto, está loco.- suelto lo último un tanto asqueada. -¿Sara por qué no me contaste?- reclamo.
- por qué no me pareció importante. - esto era increíble, no encontraba la lógica en su respuesta por ninguna parte.
- no puedes estar hablando enserio.- a este punto me siento eufórica, no entiendo lo que dice, no tiene sentido para mi. - Sara el tipo tiene una orden de alejamiento, no puede siquiera estar cerca de ti en un radio de cuatro calles, y por lo que está haciendo puede ir a prisión y a ti no te parece importante. - le reclamo incrédula.
- no quise preocuparte. - su tono de arrepentimiento me mostró que lo que me decía era cierto.
- sabes bien que yo soy la única que puede ayudarte - dije recordándole. - aunque aún no entiendo por qué no se lo has contado a papá.
- primero. por qué tú ya tenías muchas cosas con que lidiar y
Segundo. por qué no quería que papá me ayudara, no quiero que siga haciendo diferencias entre tu y yo.- sus razones a pesar de ser tontas estaban bien fundamentadas y eso solo me mostró cuán preocupada estaba ella por mi.- está bien, de acuerdo- suelto más calmada, discutir con ella es lo que menos necesito en estos momentos. - por el momento hay que contactar al abogado para que tome cartas en el asunto.- aconsejo, se que es lo mejor, antes de que las cosas empeoren.
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prueba de amor
Spiritual¿Quien podría ser capaz de restaurar el corazón de Alison? al parecer nadie, pues estaba tan dañado, que no era posible reconstruirlo, sanarlo o almenos eso era lo que ella había pensado durante mucho tiempo. Los planes de Dios son misteriosos y sus...