Cansancio

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Dawson.

Después de semanas de estar orando a Dios, supe que era lo que tenía que hacer, nadie absolutamente nadie sabía lo que venía aquejándome desde hace algún tiempo, exactamente desde que conocí a Ali, al principio me sentía confundido en medio de las miradas intensas y después con la relación que íbamos construyendo, logrando así volvernos más cercanos, primero pensé que ese deseo de protegerla se debía a todas las cosas duras que había pasado y de las cuales yo fui testigo. Pero después de ver su cambio y verla crecer en su relación con Dios me di cuenta de que se trataba de algo más, se trataba de mis reales sentimientos hacia ella. Yo estaba enamorado de ella y a pesar de que en un principio no lo sabía con exactitud ahora estaba completamente seguro de que era así.

Luego de haberlo hablado con Dios durante oraciones que tardaban horas supe que ella era alguien que yo quería en mi vida, no tenía la menor duda, aunque claro no podíamos tener una relación, pues ella aún estaba en el proceso de crecimiento, y se que Dios dejaría que todo pasará a su tiempo, yo sentía esa necesidad de decírselo, pero no sabía si debía hacerlo, eso creaba otra batalla interna, pues siempre que la veía, tenía ganas de ir y decirle cuánto la quería, pero me abstenía, no quería espantarla, ni hacer que se alejara de mi.

Ella justo estaba conmigo en el jardín de mi casa, junto con Tessa y Ashley, su tía la había traído consigo para despejarla, según la hermana Ashley, Alison llevaba dos días estudiando sin parar, y al parecer sin dormir pues esas ojeras que yo había visto una semana atrás ahora eran más evidentes, me preguntaba si era el estudio o las pesadillas lo que no la dejaba dormir.

- Alison, te traje para que te distrajeras un rato, no para que estuvieras estudiando. - la riñe su tía quitándole el cuaderno de notas que tiene en las manos.

- Lo siento - contesta poco audible, con un gesto de culpabilidad. Su tía se aleja, dirigiéndose al asador donde se encuentra Tessa, en definitiva esas dos son buenas amigas se llevan  muy bien. Cuando su tía se alejo supe que era momento de hablar con ella.

- Ali, ¿Podemos hablar un momento?- le pregunto de pie frente al asiento que ocupa.

- claro - dice levantándose y siguiéndome el paso hasta detenernos bajo un árbol de naranjas.
- ¿Qué pasa? - pregunta cuando volteo a verla sin decir ni una sola palabra.

- es que quería contarte algo. - le aclaro, debatiéndome si invitarla o no

- dime - suelta bostezando, definitivamente esta cansada.

- es que quería decirte que. ¿Ali estás bien? - no pude terminar la oración  pues su rostro se puso blanco como papel y sus ojos dejaron de verme, logrando parecer idos.

- Dawson - suelta en un susurro débil, que a mis oídos suena como una suplica. Por miedo a lo que pasara después abrazo su cuerpo, con un brazo mientras que con mi otra mano le toco el rostro.

- hermosa, no cierres los ojos. -  pido alarmado cuando la siento dar traspié, pero a causa de mi brazo sosteniéndola no cae al suelo. - ¿Ali? - la llamo cuando veo sus párpados rendirse a la pesadez  y el peso de su cuerpo queda a merced de mi brazo, sin pensarlo dos veces la cargo para llevarla adentro de la casa, su tía y Tessa se percatan de la situación y me siguen

- Ali reacciona - le suplico tratando de reanimarla pues no se veía nada bien. - hermosa abre los ojos por favor. - estaba empezando a desesperarme.

- déjame verla. - pide su tía a mis espaldas y justo en ese momento recuerdo que ella es doctora. Ashley no tarda examinándola sin embargo yo siento como si pasa una eternidad.

- está bien, es solo cansancio rezagado, necesita descansar - dice después de revisar que todo este bien. - justamente esto era lo que quería evitar trayéndola, los exámenes y el caso en la corte con Dante la tienen tensionada.- aclara.

- eso, sumándole que no esta durmiendo bien desde antes. - alego haciéndolo del enteró conocimiento de Tessa y  Ashley.

- ¿Cómo lo sabes? - pregunta Tessa.

- Alison tiene pesadillas - contesta su tía por mi. - normalmente después de que despierta no puede volver a dormir y eso es casi a diario, actualmente creo que la presión de la corte y el proceso legal hacen que sus horas de sueño sean más cortas. He intentado ayudarla con medicamentos pero no los toma por lo de los exámenes y con respecto a orar, he tratado de acompañarla pero a veces no he podido gracias a mis turnos.

Definitivamente Alison nunca terminaba de atravesar esas situaciones dolorosas y complicadas y como siempre se dedicaba a enfrentarlas sola, yo no había querido reclamarle, pero después de que hablamos, estuve al pendiente de alguna llamada suya por la madrugada, pero nunca sucedió, no creo que haya sido por qué no haya tenido algún mal sueño si no más bien por qué no quería despertarme, si supiera que ni siquiera dormía tranquilamente esperando una llamada suya.

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