Exhausta

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- Me alegra que las cosas se hayan arreglado entre ustedes. - dice mi tía sirviéndome la sopa. Se refiere a Dawson, a mí y a la conversación que sostuvimos, sin embargo yo no estoy tan segura de que hayamos arreglado las cosas, pues después de mi confesión, Tessa llegó a interrumpirnos, avisándole a Dawson que había algo de la empresa que había que atender, luego de eso todos salimos, ellos rumbo a la empresa y mi tía y yo, nos dirigimos a casa.

- pues si, creo que sí. - digo para calmarme la ansiedad que llevo encima, esa que se produjo después de contarle  a Dawson lo que sentía .

- pues... - el sonido del timbre la interrumpe. - un momento. - pide antes de entregarme la sopa y salir corriendo a abrir la puerta. Mi celular suena, pero me niego a levantarlo, Dina ha estado marcando desde temprano, no se exactamente lo que quiere pero tampoco es como que quiera averiguarlo. El aparato vuelve a sonar tres veces mas sacándome de mis casillas, obligándome así a tomar la llamada de una vez.

- ¿Qué es lo que... - no logro terminar pues Dina del otro lado me interrumpe.

- vas a pagar por lo que le hiciste a Ángelo. - un momento ella está ¿Amenazándome? acaso ya perdió la razón. - voy a hacer que te arrepientas de hacerte la víctima.

- ¿Terminaste? - pregunto con un humor negro, pretendiendo solo hacerle saber que su intento por intimidarme, no funcionó. - tú debes mantenerte al margen de esto, el problema no es contigo es con tu ex.- aclaro.

- claro, si recuerdas lo que te hizo su hermano verdad. - un momento ¿Cómo es que ella sabe eso? - te hago un pequeño recordatorio de lo que sucederá si no desistes. - su tono de altivez hace que la sangre me hierva en segundos, no la soporto.

- ¿Se supone que debería de temer a causa de eso? - pregunto burlándome considerablemente de ella. - escúchame bien Dina, no intentes ninguna estupidez - le advierto
- por qué te recuerdo que a ti no te tengo miedo, menos a Ángelo ni al idiota de su hermano, que por cierto si está escuchando esto. - digo dándole lugar a lo que intuyó. - será mejor que se mantenga alejado lo más posible de Sara y de mi, por qué si no se puede arrepentir. - advierto para luego colgar, cuando pongo el celular sobre el desayunador me percato de que  me tiemblan las manos, y es entonces cuando soy consciente de lo poco que me falta para colapsar, esta vez el no tener el control de la situación está acabando con mis nervios, siento la presión que se está acumulando en mis hombros y como todo se vuelve difícil de sobrellevar en mi cabeza. Estoy cavilando, desechando y formando opciones en mi mente, quedando al final sin nada que pueda ayudarme, eso solo me desespera y me hace sentir mas angustiada, es ahí donde dejó salir todo, saco lo que tengo dentro de la forma en que lo he hecho últimamente, lloro, por qué siento que la situación me sobrepasa, lloro, por qué me siento agotada de todo esto.

- Ali - hablan a centímetros de mi espalda y en el momento exacto que reconozco la voz ese sentimiento que ahora conozco bien se agolpa en mi pecho, provocando que se me erice la piel. Decidida giro mi anatomía hacia él, sus preocupados ojos se encuentran con mi atormentada mirada, eso provoca que algo se remueva en su interior, soy capaz de percibirlo en sus ojos, sin embargo no me permite observarlo por mucho tiempo, pues se mueve de ese lugar donde parecía estático y se dirige a paso firme a mí encuentro. No dice nada, no pregunta nada, solo envuelve sus brazos a mí alrededor, con mucho cuidado para no lastimarme, yo correspondo el gesto sin pensarlo dos veces, me doy cuenta justo ahí cuanto extrañaba esto, cómo lo extrañaba a él y como siempre agradezco que esté en el momento justo.

- está bien, yo estoy contigo, Dios está contigo. - me consuela. Mientras lloro, sus palabras y su gesto, son como un remedio a mí malestar. Y medito en cada frase, cómo he hecho en los últimos días que he tomado para aprender de Dios por mi cuenta. Así mismo recuerdo esa cita que dice.
Vengan a mí todos los cargados y cansados que yo los haré descansar.

Entonces le encuentro sentido a esas palabras y la aplicó a mí misma, estoy cansada de lidiar con lo que se ha vuelto una carga difícil de llevar, y me desprendo de ello, confiando en mi corazón que quien puede manejarlo mejor es Dios.

- señor, hoy pongo en tus manos está situación... - sin darme cuenta estoy hablando con Dios, sin darme cuenta estoy orando. A pesar de tener los ojos cerrados, y sentir como el cuerpo de Dawson me envuelve, percibo, cómo su interior se remueve por lo que estoy haciendo. Y luego de unos segundos lo escuchó acompañarme en mi clamor, no se lo que dice, no presto atención, me concentro en lo que yo estoy diciendo y expresando, se que Dios está escuchando, pues siento paz, y eso que me aquejaba desparece de mi sistema. Dejándome la certeza de que esto se solucionará y que mi padre está haciéndose cargo de todo.

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