Desastre.

99 12 0
                                        

- tenemos que hablar.- Ángelo esta de pie frente a mi, evitando que avance, el día de clases había terminado. Era lunes y después de lo que pasó el sábado había pasado de un espectacular humor, desgraciadamente sentía que aquí se acabaría.

- yo no tengo nada que hablar contigo - digo tratando de rodearlo para seguir pero él se interpone.

- Sara no puede hacerle eso a mi hermano.- La molestia es palpable en su voz.

- ¿De qué estás hablando? - pregunto confusa, tratando en gran manera de ser paciente con él.

- tu hermana le está viendo la cara a Leonel. - suelta exaltado haciéndome sentir más aturdida, no estoy entendiendo nada.

- no se lo que está pasando, pero te aseguro que sea lo que sea, no tienes por qué meterte. - digo con determinación, mi tono de voz cambia a uno tenso,  el esta armando un escándalo a las afueras de la universidad y claramente llamando la atención.

- por supuesto, dime ahora que tu hermana no se está viendo con alguien más. - ¿Que? ¿Que?, ¿Cómo es que él sabe eso? no debería de saberlo, al menos  hasta donde se Sara no lo ha hecho oficial. - por tu cara creo que ya sabes de lo que hablo - dice con sorna. - tu hermana le está poniendo el cuerno a Leonel. - dice avanzando en mi dirección, los mismos pasos que yo retrocedo, mientras el me impone su figura corpulenta tratando de intimidarme.

- eso no es cierto y lo sabes, Sara ya no tiene nada que ver con Leonel. - digo alzando la voz, sigo tratando de contenerme, pero si él sigue así, voy a perder la cordura.

- ella es su novia - afirma, deteniendo su paso.

- ¡era! - contra digo. - además, no entiendo por qué armas un escándalo por esto. - hablo alzando las manos a mis costados con la intención de que vea a las personas que observan con curiosidad, pero a el parece no importarle. - tu no tienes vela en ese entierro. -  le informo, sin adivinar lo que pasa a continuación, su mano aterriza sobre mi mejilla, el impacto es tan fuerte que me hace girar la cabeza, mi mano sube rápidamente a acariciar la zona afectada, pues la piel me escuece a causa del golpe, me siento aturdida lo que me hace intentar orientarme sin embargo no lo consigo del todo pues sus manos se apoderan de mis hombros apretándolos con fuerza, haciéndome capaz de sentir como estruja el músculo.

- tu tampoco y ya vez la estás ayudando a pasar el proceso legal. - dice con rabia apretando más fuerte, yo al sentir que no puedo resistir lo asfixiante de su tacto intento soltarme, pero no resulta.

- entonces de eso se trata esto. - digo con resolución y rabia. - el idiota de tu hermano te mando a hacer el trabajo sucio. - escupo, sin medir nada, no estoy cuidando mis palabras, y como siempre estoy usando el típico mecanismo de defensa que empleo cuando me siento amenazada, aunque a diferencia de otras veces, hay algo dentro de mí que me pide desesperadamente no caer en ese pozo sin retorno.

- escúchame bien, Alison - dice zarandeándome. - será mejor que no hagas nada estúpido, por qué si no te puedes arrepentir. - siento sus uñas ancladas a mis brazos y me sofoco aún más. Mientras intento desesperadamente zafarme de el,  me dispongo a contestarle, de la forma más hiriente posible, sin embargo mi intensión se ve interrumpida por una voz a sus espaldas.

- ¡suéltala!. - Ordena Dawson, en su voz hay un tono osco y forzado, como si tratara de contenerse, podría jurar que está enojado, pero no puedo asegurarlo, nunca lo he visto enojado, aunque ese ceño fruncido y su postura me aseguran que si.

- y tú, ¿Quién eres? - Ángelo, posa toda su atención en el, sin dejar mis hombros, con la única diferencia de que ya no esta ejerciendo tanta fuerza, por lo que ese momento se vuelve mi oportunidad para zafarme y así lo hago cuando estoy lejos de sus manos, siento el dolor en mis hombros.

- ¡Lárgate Ángelo! - ordenó antes de que Dawson siquiera conteste, no quiero que se meta en problemas por mi culpa.

- no hasta que él me diga que se trae contigo. - dice determinado, estoy a punto de echarlo de aquí otra vez pero Dawson me interrumpe.

- soy su novio. - dice provocando que mi corazón se desboque a toda velocidad, ¿Qué es lo que acaba de decir? ¿Acaso esta loco?.

- ¿Su novio? - pregunta incrédulo.

- si - afirma Dawson, dejándome así más perpleja de lo que estaba. - así que te agradecería que no volvieras a tocarla. - dice mientras avanza en mi dirección, para posteriormente pasar su mano sobre mi espalda baja, dándome un leve empujón indicándome silenciosamente que avance.

- ¿Es una amenaza? - suelta de forma despectiva, evitándonos el paso.

- él no te está amenazando pero yo sí. - esta vez intervengo, no quiero que Dawson siga dentro de esto.
- escúchame bien Ángelo - le hablo viéndolo a los ojos dedicándole una mirada gélida - te juro que pagaras con creces lo que acabas de hacer. - lo amenazó, importándome poco su reacción, tampoco me tomo el tiempo de saber que es lo que hará, pues tomo a Dawson de la mano y lo llevo conmigo al lugar donde está estacionado su auto, dejando a Ángelo con la palabra en la boca.

- ¿Qué fue lo que hiciste?- le pregunto cuando estamos frente al vehículo.

- espera. - pide mientras avanza hacia la puerta de copiloto, abriéndola, para que entre. Su expresión es neutra, no me está viendo a los ojos cómo siempre hace cuando me habla y eso solo provoca que un sentimiento de vértigo se apodere de mi estómago.

Cuando ambos estamos dentro del auto, con los cinturones abrochados, hace avanzar el coche. El ambiente en el espacio se siente denso, algo que no es normal tratándose de Dawson. Nadie habla y nadie hace ápice de querer hacerlo. Eso solo causa más tensión entre nosotros, una tensión que yo estoy desesperada por romper.

- Dawson... - trato de hablar pero me interrumpe.

- espera. - dice nuevamente. Entonces me dispongo a hacer lo que me pide, él sigue avanzando por la carretera en dirección a casa de mi tía, no voltea a verme en ningún momento, y soy capaz de percibir la rigidez en su cuerpo, está apretando el volante con fuerza, el color blanquecino en sus nudillos me lo hace saber. Es ahí donde me doy cuenta que está conteniéndose, está tratando de controlarse, esta molestó, lo se, soy capaz por primera vez de discernirlo.

Pero no estoy segura de porque está así y tampoco se que hacer para aligerar las cosas, no me siento cómoda experimentando esto. Y el aire de este reducido espacio está haciendo de las suyas, quiero salir de aquí, quiero huir, por primera vez quiero estar lo mas lejos posible de él, ver a Dawson así, es algo que me sobrepasa y no soy capaz de tolerarlo. La pregunta aquí es ¿Por qué?. Y la respuesta llega sin dar mucho traspié pensándolo. Es por que lo quieres, me dice esa vocecita en mi cabeza. Y entonces soy consciente de lo que pasa, lo quiero y no solo como un amigo hay algo más.

prueba de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora