Saber algo de Sara a sido complicado, mi hermana tomo cartas en el asunto respecto a lo de Leonel, pero eso lo supe hasta hoy. Según mi tía Ashley dos días después de que Sara abandonara el hospital, se reunió con Patrick, pero ninguno de los dos se ha reunido conmigo, razón por la que me sentía ansiosa, ansiedad que en este momento estaba dejando de lado para poder hablar con Dawson.
Me habían dado el alta del hospital con muchas recomendaciones y a pesar de saber que tenía que reposar no podía dejar de lado está inquietud que llevaba encima, Dawson de nuevo estaba evitándome, desde que lo vi al abrir los ojos en el hospital no volvió a parecer, y si yo no arreglaba este asunto los pensamientos incomodos, negativos y tortuosos no desaparecerían de mi cabeza.
- ¿Estás segura de esto? - pregunta mi tía mientras me ayuda a sostenerme, estamos al pie de la puerta de la casa de Dawson.
- si - digo alternando miradas con ella y el timbre, dándole así una señal silenciosa para que toque.
- ¡Ali! - Tessa me saluda en cuanto abre la puerta y se percata de que somos nosotras; inmediatamente me abraza y yo recibo el gesto con un poco de dolor, quejándome en el proceso. - lo siento - se disculpa separándose de mi.
- esta bien - digo para tranquilizarla - ¿Está Dawson? - suelto la pregunta sin recelo alguno.
- si, ¿Vienes a hablar con él? - pregunta con interés y asiento. Se en ese momento que ella sabe por qué lo busco y por qué quiero hablar con él.
- pasa entonces. - invita sin titubear dejándonos pasar a ambas.
- está en el jardín. - me informa.- Ashley que tal si preparamos algo. - le dice a mi tía y agradezco su gesto, está tratando de darnos nuestro espacio.Me cuesta horrores llegar hasta el jardín, el cuerpo entero me punza a cada pasó que doy y me duelen las costillas a cada movimiento, aún así me trago el dolor y sigo avanzando. Cuando llegó al lugar, lo veo. Está de espaldas, sentado en el costado de una silla perezosa, muy concentrado en lo que sea que está haciendo, pues no me escucha llegar.
- Dawson - hablo anunciándome, eso provoca que él se ponga rígido, luego de unos segundos más voltea a verme, dejándome a la vista la biblia abierta que tiene entre sus manos.
- ¿Qué haces aquí? - pregunta cuando parece reaccionar, levantándose de la silla y caminando, casi corriendo a donde estoy.
- necesitamos hablar. - informo, cuando queda frente a mi, cada palabra que digo me suma una buena tarea pues con el más mínimo movimiento me duelen las costillas.
- Alison no deberías estar aquí. - dice preocupado, tratando de llevarme dentro de la casa, lo cual provoca que me queje por la forma en la que me jala. En medio de todo esto no me ha pasado desapercibido que me ha llamado por mi nombre de pila y no Ali como acostumbra a hacerlo. - lo siento - dice cuando se da cuenta de que su tirón me ha hecho daño, aunque no creo que eso sea lo único por lo que se disculpe.
- quiero hablar - le digo firme viendo directamente sus ojos, ignorando todo lo que acaba de pasar. Él afloja su agarre hasta desaparecerlo de mis brazos, dándome una invitación silenciosa a hablar. Cuando veo la luz verde, empiezo a caminar en dirección a una de las sillas, el dolor de mis costillas es tan grande que pongo mi mano en el área para tratar de aliviarlo sin embargo cuando tomo asiento incrementa otro poco.
- no debiste venir - dice tomando asiento frente a mí. Sus palabras me molestan en gran manera.
- ya se que no quieres hablar conmigo, pero yo necesito hacerlo. - sueno calmada, pero estoy lejos de estarlo.- Estás evitándome. - ni siquiera estoy preguntándole, es un reproche.
- Alison...
- no me vallas a decir que no. - me adelantó antes de que hable. - lo has estado haciendo desde que confesaste tus sentimientos por mi. Lo que no entiendo es ¿Por qué? - estoy un tanto eufórica, ver su expresión completamente neutra me pone los nervios de punta, al grado de sentir la necesidad de querer gritarle para que reaccione, pero no lo hago, me reprimo todo y no lo hago.
- Alison no deberías estar aquí, estás delicada aún. - está yéndose por las ramas y eso solo empeora mi estado.
- eso no importa ahora, lo que importa es lo que está pasando entre nosotros. - suelto determinada.
- ¿entre nosotros? Alison se que te dije lo que sentía y me hago responsable de ello...
- ¿responsable? - pregunto indignada. - tu no te has hecho responsable de nada, después de que me lo dijeras saliste huyendo como un cobarde. - estoy perdiendo el control de mis emociones, si no me calmo empezaré a llorar y no quiero hacerlo, no delante de él.
- tu no lo entiendes. - trata de justificarse.
- ¿entender que? Que no tuviste el valor de sostener tu confesión. - soy consciente de que estoy provocándolo, pero quiero arriesgarme para ver que sale de todo esto.
- claro que la sostengo. - dice firme y poniéndose de pie. Esta claro que estoy haciendo que pierda los estribos.
- ¿ah si? Pues no parece. - digo levantándome de un salto, sin mostrarle cuánto me duele hacerlo.
- has estado evadiéndome, pensé que hablarías conmigo después de que todo se calmara, pero no volviste a aparecer. - digo acusándolo, el ambiente es tenso, ambos estamos tirando de una cuerda desconocida, de la cual no sé, cuál será el resultado si se rompe.- ¿Por qué en vez de juzgarme, mejor no me preguntas por qué lo hice? - dice acercándose a mí, dejándome pequeña ante su imponente figura.
- bien y según tu ¿Por qué lo hiciste? - pregunto un tanto exasperada.
- ¿de verdad no te lo imaginas?
- no soy un genio para saberlo Dawson- suelto al borde de la irritación.
- ¡por miedo!. - dice fuerte y claro. - por miedo a que tú me rechazaras - confiesa y eso me aturde. - me gustas tanto que tuve miedo a que me dejaras de lado después de enterarte y no me quise arriesgar a vivirlo, así que preferí alejarme. - en sus ojos puedo ver un sinnúmero de emociones contenidas, emociones que se revuelven en mi pecho en respuesta.
- ¿Por qué estabas tan seguro? - pregunto con un tono de voz más bajo, se que no falta nada para que llore y se que no lo podré evitar. - ¿Por qué estabas tan seguro de que te alejaría? - mi voz sale quebrada y mis ojos se cristalizan, estoy molesta con él y decepcionada en partes iguales.
- Ali - da un paso hacia mi, sin embargo yo retrocedo ese mismo paso.
- ¿Cómo es que llegaste a esa conclusión? - siento como las lágrimas bajan por mis mejillas y en este preciso momento odio dejarle ver cuánto me lástima su ausencia, el que no esté cerca. Trata de avanzar hacia mi pero lo que digo lo detiene. - es por lo que fui antes. - no estoy preguntándoselo, no necesito hacerlo, estoy convencida de que es así.
- Ali no es eso. - dice acortando el espacio que nos separa, yo no soy capaz de retroceder más a causa de la silla, por lo tanto me quedo ahí, lista para recibir lo que venga.
- ¿a no? ¿Y entonces que? - sueno dolida, no dejo de llorar, pero justo ahora no me importa.
- no te creo - escupo con rabia, se que está tratando de que me calme para no verme así, pero no quiero que me mienta.
- pensaste, que por ser como era antes te rechazaría, cómo he hecho a lo largo de estos años cuando se trata de recibir amor. - digo, con todas las emociones filtradas en mi voz, siento un nudo horrible en la boca del estómago, definitivamente el no puede estar haciéndome esto.- no es eso. - dice tomándome de los brazos, su voz destila dulzura y eso me llena de confusión.
- es solo que, me sentí mal por arruinar las cosas. - dice viéndome a los ojos. - se que tus sentimientos hacia a mí no son los mismos y al confesarte los míos, arruine las cosas - hay desesperación en sus ojos, está pidiéndome con ellos que le crea.- ¿Por qué piensas que no son los mismos? - pregunto más tranquila, envuelta en la sensación que su cercanía me provoca. Su mirada se ilumina a causa de mi pregunta.
- Ali, ¿estás... - no lo dejo terminar.
- Dawson, alguna vez te haz preguntado por qué de todas las personas que me rodeaban te permití a ti acercarte. - digo sacando eso que llevo analizado por días. - tu a parte de ser alguien enviado por Dios para ayudarme a conocerle, te convertiste en alguien indispensable para mí, hubieron demasiadas cosas que influyeron en eso, pero la principal fue Dios.
- estás diciendo que - su cara muestra asombro al comprender cada una de mis palabras
- me gustas - confieso eso que últimamente se había convertido en una conversación continúa con Dios y en la cual por primera vez pude escucharlo hablándome. Diciéndome fuerte y claro que todo estaría bien.
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prueba de amor
Espiritual¿Quien podría ser capaz de restaurar el corazón de Alison? al parecer nadie, pues estaba tan dañado, que no era posible reconstruirlo, sanarlo o almenos eso era lo que ella había pensado durante mucho tiempo. Los planes de Dios son misteriosos y sus...