"No amas a alguien por su apariencia, o la ropa, o por su carro costoso, sino porque canta una canción que solo tú escuchas."
Oscar Wilde
POV: Piper Chapman
Alex me ama, sí, Alex Vause me ama a mí, lo leo una y otra vez, la tengo frente a mi dándome una preciosa y tímida sonrisa. Lo hizo al mejor estilo, no podía esperar menos de ella. No puedo quejarme deseé tanto que me tratara como cuando habla de lo libros en sus clases y me dio mucho más, se "robó" una de las declaraciones de amor más maravillosas de la literatura para mí, me siento en el cielo de tanta emoción.
Tomo sus manos y las beso lentamente haciendo una retrospectiva de nosotras, desde que nos conocimos, mirándolo desde esta realidad debo agradecer a Donna, porque sin ella, sino la hubiera amado a ella ¿cómo iba a conocer a Alex? ¿Cómo ella iba a llegar a mi vida? Ese primer día mientras todos intentaban calmarla yo sentía que todo había cambiado, el sabor de sus labios me quemaba, me recorría todo el cuerpo, la mente, supe sin saberlo que nada volvería a ser igual.
No me lo ha dicho de sus labios porque ha dejado claro en sus cartas que es muy tímida en temas de amor, pero yo lo sabía, lo sentía en su mirada. Cuando sus ojos me miran sé que ella siente lo mismo que yo, ahora mismo lo estoy sintiendo, tras esa sensual mujer malhumorada está una muy dulce con unos sentimientos maravillosos, por eso la amo.
— ¿Por qué me ves así? — pregunta en un susurro tímido — ¿crees que fue... demasiado meloso esto...
— No, no, ni siquiera lo pienses, así es perfecto, como tú — me acerco y me siento en sus piernas, ella de inmediato empieza a acariciar las mías, al mismo tiempo mete su cabeza en mi cuello con mucho cariño — te amo, Alex, deseaba tanto decírtelo y evitar tantas peleas entre nosotras — confieso.
— A mi me gusta pelear contigo y no quiero que eso cambie — lo dice con tanta tranquilidad.
— ¿Qué? — pregunto sorprendida mirándola a los ojos — Alex... creí que...
— Que nada, eres una rubia insoportable — susurra mordiendo mi cuello.
Jadeo ante la sensualidad con que me muerde — ¿entonces no vamos a estar juntas?
— ¿No estamos juntas? — consulta con el ceño fruncido.
— Pero dices que seguiremos peleando Alex, y que soy insoportable — digo confundida.
— Que nos amemos no quiere decir dejaremos lo ardiente de nuestra relación — dice encogiéndose de hombros.
— Ah, ¿nuestras peleas son lo ardiente de... la relación? Creí que ni éramos... nosotras...
— Aunque no tuviera o tenga nombre esto es una relación y sí, las peleas son lo ardiente ¿que no ves como ignoro a la mayoría de las personas? Y amo discutir contigo — me dice al oído mientras intenta quitarme mi camisa.
— Pero sigo enojada contigo y las tonterías que hablas, Alex.
— Pero a ti no te digo tonterías, esto si es real... luego hablamos de los términos y condiciones de nuestra relación — expresa besando mis pechos. Ya me ha quitado mi playera, no llevo sostén así que no pierde el tiempo, chupa mis pezones lo hace varias veces con uno y luego va con el otro.
Yo me dejo amar por ella, se siente tan mágico que tenga iniciativa, que lo haga sabiendo que la amo, como ella me ama a mí. Deja mis pechos, ahora me besa, su lengua atrapa la mía con tanto deseo. Con sus manos me masajea delicioso los senos, no me puedo quedar sin hacer nada, abro su bata desesperada y llevo mi mano directo a su sexo y lo masajeo por encima, inmediatamente me lleno de su excitación, me encanta lo caliente que es.
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LA MUJER DE MI HERMANA
FanfictionAlex es la firme directora de un colegio que aparenta llevar una vida perfecta, Donna un alma libre que vive como si fuese el último día de su vida. Hermanas idénticas que lo único que tienen en común es el físico y enamorarse de la misma mujer.