Capítulo 48: Sabes

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"Me gustaría pasar el resto de mis días con alguien que no me necesite para nada, pero que me quiera para todo."

Mario Benedetti




POV: Alex Vause

Llegué a casa luego de la boda de mi amiga con los ojos bañados de lágrimas. Intenté tanto contener mi llanto, pero no pude, me duele tanto que pasen tantas cosas que impidan que esté junto a Piper a como tanto lo deseo. No entiendo porque tiene que ser tan difícil cuando nos amamos tanto.

Pensaba que mi madre y mi hijo estarían dormidos y no me verían, pero no fue así, los encontré mirando una película, traté de ocultarme, me fue imposible, ya me habían visto.

- Hija, ¿pasó algo? me pregunta mi madre.

- Mamá, ven aquí, habla con nosotros - pide con suavidad mi pequeño.

Me siento tan vulnerable que camino lentamente y me siento en medio de ellos dos. Me abrazo a mi madre y lloro buscando su consuelo. Mi pequeño acaricia mi espalda también, esta vez no me importa mantener apariencias ni nada, solo quiero sentir el apoyo de personas importantes para mi vida.

- ¿Alguien te hizo daño, hija? Me preocupa verte así - susurra mi madre besando mi frente.

- Yo misma toda mi vida, mamá - digo con toda seguridad.

- ¿Es por Pipes? ¿Quieres que esté contigo? - me pregunta mi hijo.

Me incorporo lentamente y asiento acariciando el rostro de mi niño - la voy a extrañar... - Alexander suspira sin saber qué decir.

- ¿Por qué la vas a extrañar? ¿Qué pasó, Alex? - dice preocupada mi madre.

- Mamá y yo nos iremos a Inglaterra, pensé... que podía convencer a Pipes de venir con nosotros.

- No hijo, no puede ella... me dijo cuando se vino a New York que... necesita estar con su familia, no va a dejarlas para venir con nosotras.

- Que alguien me explique lo que está pasando - insiste mi madre.

- El trabajo que me ofrecieron... quieren que vaya a Inglaterra, solo serán dos meses. Alexander... viene conmigo - le explico a mi madre.

- ¿Y yo por qué no lo sabía, Alex? ¿Por qué continúas teniendo secretos, hija? - pregunta enojada mi madre.

- Mamá, ya pareces Piper, no es un secreto, me lo acaban de confirmar apenas y ya ni sé si quiero hacer ese viaje - confieso decepcionada.

- Hija, no, no debes renunciar a tu viaje - responde de inmediato mamá.

- Si mamá, ya teníamos planes. ¿Y si hablamos con Pipes? - propone mi hijo.

- No, de todos modos, el presupuesto con el cuento no nos va a dar para vivir los tres dos meses en Inglaterra - suspiro desilusionada.

- Alexander, cariño, ¿puedes ir a tu habitación? - pide mi madre a mi hijo.

- Abuela, pero quiero ayudar a mamá - se queja mi hijo.

- Si vamos a ayudar, solo que tengo un tema de adultos que tratar con ella ¿está bien? - dice con suavidad mi madre.

Mi niño es tan lindo y comprensivo que me da un beso en la mejilla y se va a su habitación. No sé que quiere hablar mi madre conmigo, yo solo quiero llorar abrazada a ella, sacar todo lo que tengo por dentro como un enorme fardo que no me deja estar con la mujer que amo.

- Dice que ya no quiere extrañarme, yo tampoco quiero extrañarla, pero tengo un hijo que depende de mí. Es el trabajo de mi sueño y ella es la mujer de mi vida, mamá, la amo y quiero estar con mi rubia idiota - vuelvo a estallar en llanto y abrazo a mi madre.

LA MUJER DE MI HERMANA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora