LA MUJER DE MI HERMANA

Capítulo 7: Con las ganas

"La agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida."

Federico García Lorca

POV: Alex Vause

Esta mujer me quiere volver loca, me hace sentir que de mi cuerpo sale una fuerza que no puedo dominar, que me obliga a ser su maldita presa. Cuando está cerca de mí, la razón me abandona, mi corazón si pudiera hacerlo lo haría también, mi mente es un caos, las ideas se me cruzan, mis pulmones me traicionan, no puedo respirar con tranquilidad.

Está rozando sus delgados labios en los míos que no dejan de temblar de tanto que jadeo por esa cercanía que me perturba, que me corta la respiración, que me provoca de pronto la necesidad de más contacto de ella. Sé que lo hace para torturarme por eso me habla de manera lenta y sensual.

— Y... ¿si fueras ella? ¿Yo tuviera alguna oportunidad contigo? — me pregunta mientras acaricia sus labios en los míos.

Trago saliva pensando en el cuestionamiento de esta rubia desgraciada, nunca me había planteado en mi vida tener una relación con una mujer, yo veo a mis amigas muy felices con sus mujeres, pero nunca fue algo que me provocara tantas interrogantes, emociones como las que esta descarada me obliga a sentir. Esa sensación incontrolable que me vuelve un ser tan estúpido, que me obliga a querer abrir mi boca y atrapar sus labios. Lo hago lentamente, con mi cuerpo entero temblando y en ese instante tan eterno recuerdo claramente a la misma mujer que tengo ahora mismo esperando una respuesta llena de ilusión o de burla no sé, vociferando con la misma boca que deseosa por besarme decir que yo era una mal cogida. Es la mujer de mi hermana y quiere burlarse de mí, entonces suspira contra su boca queriendo besarme de verdad, pero yo la empujo alejándola de mí.

Ella frunce el ceño y se queda sorprendida viéndome — yo no soy mi hermana ni quiero ser ella, pero ya estoy harta de ti — grito con la respiración amenazando con fallarme — le voy a decir lo que llevas intentando hacer todo este tiempo conmigo, Donna no merece a una... vulgar sin vergüenza como tú. Ella ya sufrió mucho una vez por amor y no voy a permitir que lo vuelva a hacer por alguien como tú — saco de mi interior todo lo que tenía guardado, mi respiración no se puede controlar. Todo por esta estúpida rubia.

La descarada se queda con la mirada baja sin saber que decir — firma estos papeles que necesito ir a entregarlos — me dice en un tono de voz seco. Le quito de la mano la carpeta y firmo rápido los malditos papeles para no seguirle viendo su maldita cara.

Tiro en mi escritorio los documentos para que los tome. Compongo mi cabello nerviosa y ella me clava la mirada — tú tampoco eres una santa, hay pecados compartidos, tu nerviosismo, tus jadeos, la sed que percibo de tus entrañas — me tortura con tus estúpidas palabras — tampoco eres la hermana que Donna merece tener — da la vuelta y como siempre me deja sin argumentos para atacarla.

No sé cuáles son las intenciones de esta mujer. Dios, las he escuchado tantas veces y me quedo con la sensación que funcionan muy bien como pareja. Mi hermana siente una devoción fascinante por ella, habla de esa estúpida como si fuese lo mejor de su vida. Cuando están juntas sonríen tan enamoradas, no tienen pudor de decirse cuanto se aman, pero esta desgraciada al parecer es una falsa, le miente a mi hermana, intenta mentirme a mí.

Admito que tengo culpas muy profundas en mi vida de las que quizás, mi familia especialmente Donna no me van a perdonar, no me puedo permitir tener una razón más para que mi dolor interior aumente. No sé qué pasa conmigo últimamente luché mucho tiempo para ser yo, porque estaba harta de ser la sombra de mis hermanas, que siempre se refirieran a mi como la otra hermana, la hermana de Valerie, la hermana de Donna. Yo he logrado mucho más que ellas, tengo la estabilidad que ellas necesitan en sus vidas, pero haga lo que haga, al parecer continúan teniendo ventajas sobre mí, las injusticias de la vida.