LA MUJER DE MI HERMANA

Capítulo 15: Entre tu boca y la mía

"eres eso que me cuesta dejar de querer, porque empecé a quererte si querer"

Julio Cortázar

POV: Piper Chapman

Alex, nunca imaginé tenerla reposando en mis brazos con su cálida respiración calentando mi piel. Mi piel contra su piel, para mi es como un sueño, incluso me parece mágico todo lo que ha hecho empezando por su carta que hasta me hizo que se me erizaran todos los poros de mi cuerpo.

- ¿Cómo estuvo? pregunto atreviéndome a pasar mi mano en su espalda.

- Dímelo tú - me responde con su voz ronca que ahora le sale tan suave y hasta melodiosa.

Me rio de su comentario, ella está acostada de lado con su cabeza recostada en medio de mi brazo y mi pecho viéndome con tanto brillo en sus ojos que hasta me intimida. Sigo teniendo un poco de miedo, temor, no es la primera vez que tengo sexo con una heterosexual. Algunas luego de la experiencia simplemente se alejan y no lo vuelven a hacer y ya. En teoría eso es lo que haremos Alex y yo, sin embargo, siento que saber que ella se va a alejar porque quizás no le gustó del todo esto, me causa, un dolor extraño en mi corazón.

- Me sorprendió... no creí que tú quisieras esto - le digo suavemente quitándole algunos cabellos del rostro. Me extraño al notar que su precioso cabello está despeinado, pero se ve muy bella.

- Eres bonita - me sorprende con sus palabras. Yo trago saliva y sonrío nerviosa.

- Lo sé - digo en mi ataque de nervios y ella se ríe de mí.

- Hace mucho no hacia el amor, realmente lo deseaba - se atreve a decirme - me disculpo si yo... no lo hice bien, esto...

- Alex - acaricio su rostro con dulzura - tú sabes perfectamente que yo te deseaba desde hace mucho, a mi me encantó todo, quizás fue muy rápido más bien no sé si esto llenó tus expectativas - digo con mis inseguridades hablando por mi.

- Para mi estuvo bien, pero no sé tú qué... tienes experiencia en esto y yo...

Acerco mi boca a la de ella y la rozo con suavidad - me encantó porque lo hiciste tú y eso es todo lo que importa - no permito que me responda nada atrapo sus labios en un beso. Cada vez que la beso siento que me pierdo, quisiera tanto de esta mujer. Poco a poco me muevo hasta quedar sobre ella sin soltar sus labios. Nuestras lenguas se encuentran y nosotras gemimos mientras ellas batallan de una manera tan ardiente.

Suelto sus labios un poco y ella ya se nota ansiosa porque la bese de nuevo - ¿quieres hacerlo de nuevo? - le pregunto.

- ¿Otra vez? ¿Tan rápido? - me pregunta sorprendida. Estas heterosexuales, que vidas sexuales tan aburridas.

- Solo si tú quieres - susurro pasando la punta de lengua por sus labios.

Ella asiente tímidamente y vuelvo a atrapar sus labios. Con mis manos deseosas recorro su cuerpo. Es tan suave, tan bella, su olor me hace desearla como loca. Le doy sensuales besos y mordidas en su cuello. Alex gime para mí, su cuerpo me dice cuánto desea lo que le hago, pues tiembla ante el más mínimo roce de mi boca o mis labios.

Encajo una de sus piernas sobre mi espalda para tener más espacio para meter mi mano entre nosotras. Ahora me deleito mordiéndole y chupando apetitosamente su pezón. Ella eleva la pelvis cuando dos de mis dedos entran completos dentro suyo.

Alex aprieta sus manos en la sábana jadeando sin parar simplemente dejándose que la haga mía. Su sexo está caliente, ella es una mujer muy caliente, me encanta, me provoca demasiadas cosas. Meto y saco con más rapidez mis dedos que chasquean en su entrada. Sus caras llenas de placer lo son todo, ella se muerde sus labios, cierra los ojos, nueve la cabeza extasiada, grita tan delicioso cuando está excitada. No es como ninguna mujer con la que he estado antes, ni siquiera sé parece a su hermana aunque compartan el mismo rostro, Alex es Alex, tan intensa, tan furiosa, tan bella, inevitable.