Capítulo 36: Perdóname

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"Somos muchos los que buscamos darle algún sentido a la vida, pero la vida solo tiene sentido si somos capaces de cumplir estos tres propósitos: dar amor, recibirlo y saber perdonar. Todo lo demás es una pérdida de tiempo. "

Joël Dicker




POV: Piper Chapman

Despertarme nunca había sido tan doloroso como este día, me duele todo, sobre todo mi corazón y mi consciencia que no deja de golpearme una y una vez, no es un castigo, es lo que merezco. Alex, pienso en ella y las lágrimas invaden mi rostro de inmediato. Trato de levantarme, ignoro mi estado lívido, débil y me quito los estúpidos aparatos a los que estoy atada, jadeo de dolor, pero tengo que soportarlo.

Tengo que salir de aquí, tengo que poner un alto a todo lo que está pasando. Lo último que recuerdo es que vi caer ensangrentada a la mujer que amo, me empezaron a golpear sin piedad, yo lloraba, gritaba de dolor por ella, por no poder tocarla, salvarla. En pocos minutos entraron mis compañeros de seguridad, al abrir la puerta del estacionamiento los hijos de puta ya tenían listas sus motocicletas, sé lo rápidos que son, a pesar que les dispararon no les pudieron hacer nada. Me acerqué a mi amor y estaba inconsciente, su pulso era muy débil, la abracé a mi cuerpo mientras imploraba por ayuda, empecé a toser con dificultad los golpes que me dieron. Les pedí que la salvaran a ella y ahora estoy aquí, sin saber dónde y cómo está Alex.

- ¿Pipes, que haces levantada? - entra Valerie a la habitación en la que estoy.

- Alex, ¿dónde está Alex? ¿Cómo está? ¿Qué le hicieron? - pregunto desesperada.

- Ey, cálmate, no te hará bien - me dice mi cuñada con la voz apagada, ella no es así.

- Tienes los ojos inflamados, tu tono de voz me preocupa y estás vistiendo de negro Valerie, quiero ver a Alex - expreso nerviosa quejándome de dolor.

- ¡Mierda, Piper! ¡No te necesito de esa manera! ¡Reacciona no eres así! - me grita desesperada Valerie - le hicieron una cirugía para sacarle la bala que estaba alojada en su hígado, está muy... golpeada, le quebraron dos costillas esos hijos de puta que me las van a pagar, juro que lo van a pagar - susurra sollozándose amargamente por su hermana menor.

- Es mi culpa, yo no la defendí, soy una mierda, yo era la que merecía todo lo que le pasó - contesto sin poder evitar empezar a llorar sintiendo aún más fuerte el dolor de la culpa.

- No, Pipes, por ti está viva, eras la única que estaba con ella, lo vi en las cámaras de seguridad - ella trata de consolarme masajeándome el hombro - no es tiempo de lamentarnos, ¿te sientes bien para apoyarme a salir de esto de una vez?

Asiento a lo que me dice Valerie, me duele todo y tengo la boca, el pómulo izquierdo y la frente herida, pero me pongo la ropa que me ha traído mi cuñada mientras me explica lo que vamos a hacer. Firmo una carta de abandono del hospital y solo les pido que me pongan algo para el dolor.


Antes que nada, tengo que ir a la policía a dar declaraciones de todo lo que pasó. Lamento no poder ver a Alex, pero al menos ella se está recuperando o eso espero, sino yo misma acabaría con mi vida pagando por lo que la hice pasar. Se cómo funcionan las investigaciones y las autoridades puede hacer muy poco para dar con el paradero de esta gente.



Luego de salir de la policía, Valerie conduce hasta Lácteos Pinciotti, creí que íbamos a su oficina y me extraño, no estaba en los planes venir aquí.

- Valerie, ¿qué vamos a hacer aquí? ¿No entiendo?

- Ya tengo listo los trámites legales, pero necesito que el administrador de la fábrica los firme - me paso las manos en la cabeza entendiendo de que se trata.

LA MUJER DE MI HERMANA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora