"Entonces aprendí que la pena en tu boca era otro nombre del pudor y la vergüenza, y que no te decidías a mi nueva sed que ya tanto habías saciado"
Julio Cortázar
POV: Donna Pinciotti
Los sentimientos ¿quién puede controlarlos? Voy conduciendo mi auto en silencio con Jackie al lado mío, apacible mientras dejamos Point Place. La he invitado a comer, pero ella no merece las pizzas recalentadas que siempre le doy en mi bar, no, quiero llevarla a un restaurante bonito que está fuera de la ciudad.
Una sensación extraña me oprime el pecho, no la comprendo, es como un impulso, un dolor insólito, deseos de tanto y miedo de mucho. Respeto mucho a mi pareja y sé que estar cerca de Jackie es una tentación muy fuerte, pero lo que quiero en este momento es hablar calmadamente con ella, sin que nadie nos interrumpe o nos juzgue.
— Es aquí le sonrió para que nos bajemos.
Es un bonito restaurante que está en medio del bosque, tiene una hermosa vista hacia la naturaleza, yo he reservado en una terraza para que estemos solas, tranquilas, la naturaleza, ella y yo. Jackie se muestra muy feliz, me da mucha alegría que le guste el lugar. He pedido una botella de vino y le sirvo una copa a ella y una para mí, me acerco al mirador donde está intrigada tomando fotografías.
— Quiero una foto contigo — me pide contenta.
— Oh, no, Jackie, creo que no soy fotogénica y no me salen los selfies ni nada de ese arte fotográfico de tu generación — me justifico.
— Claro que eres fotogénica, solo ven — me comporto dócil frente a ella. Pongo a un lado las copas de vino y me acerco. Me bajo un poco para quedar a la altura de su rostro, siento su delicioso aroma, su piel suave rozando la mía y mágicamente sonrío para su fotografía.
— ¿Lo ves? Te miras preciosa — expresa ilusionada mientras mira la foto — quédate ahí, ahora te tomaré una a ti sola — estoy recostada en la barandilla de la terraza y no hago más que reírme de verla moverse de un lado a otro buscado ángulo perfecto para las fotos, porque no fue una nada más. Entonces la apoyo y poso para ella.
— ¿No tienes hambre? Ser Hot Donna y posar tanto para ti, me pone muy hambrienta — le digo bromeando.
— Me encanta ver a Hot Donna, pero tienes razón también ya tengo hambre — contesta sonriente.
Nos sentamos una frente a la otra en el sillón rustico que está frente a la mesa a la espera de nuestro pedido. Ella es tan agradable de ver y de conversar, me está contando sobre su día de trabajo, luego se muestra interesada por saber el mío.
— Eres una persona tan interesante Donna, me encanta escucharte hablar — yo sonrío y tomo un poco de vino para disimular lo sonrojada que estoy.
— Exageras Jackie, yo... digo tonterías todo el tiempo — respondo apenada.
— Claro que no, me encanta la emoción con la que hablas de los derechos de las mujeres, de los animales, del medio ambiente, que estás luchando poco a poco por dejar de comer carne, en fin, eres encantadora.
— Jackie... no debemos hacernos ilusiones, quería hablarte de esto, de lo que tú mereces — expreso con mucha seriedad.
— ¿Entonces por qué haces esto? Esto me ilusiona, Donna — señala en tono serio.
— Jackie, cálmate... yo quería hablar contigo, tú eres... tan joven.
— Pero Piper tenía casi mi edad cuando iniciaste una relación con ella — rebate molesta.
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LA MUJER DE MI HERMANA
FanfictionAlex es la firme directora de un colegio que aparenta llevar una vida perfecta, Donna un alma libre que vive como si fuese el último día de su vida. Hermanas idénticas que lo único que tienen en común es el físico y enamorarse de la misma mujer.