Capítulo 14: Solamente tú

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"Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte como la mano izquierda enamorada de ese guante que vive en la derecha".

Julio Cortázar

Alex no se siente capaz de destruirle las ilusiones a su hermana, ella que tiene la mirada tan brillante, tan llena de emoción por querer tener una familia con la mujer que ama. Confía en ella, siempre la busca a ella para contarle los sucesos más trascendentales de su vida, pero ahora su hermana tiene una culpa, un dolor más en su pecho, que es tan complicado, que no lo puede ni asimilar; sentir que le ha fallado a la pelirroja, desear que sea feliz, a la vez lo celos, la impotencia, el saber que quizás tiene que dejar de desear a la mujer de su hermana.

— Donna... ¿tú estás segura de lo que estás diciendo? pregunta insegura — digo, no creí que quisieras ser madre de nuevo.

— Al, ahora sí quiero serlo, mi embarazo, en realidad no lo disfruté, estaba triste porque me habían abandonado, era muy joven, me perdí de mucho. Considero que ahora si estoy realmente preparada.

— Entiendo hermana, pero... este ambiente, tu forma de vida no es... para un bebé, para una embarazada.

— Alex, eso es lo de menos, es un proceso, esta vez tendría que ser a través de una fecundación, ponerme de acuerdo con Pipes y...

— Ella... ¿qué piensa de esto? ¿Está de acuerdo? — interrumpe nerviosa la pelinegra.

— No lo hemos hablado directamente porque te quería contar a ti primero, pero Piper ama los niños, ella es como un niño — se ríe ilusionada — me da mucha emoción imaginarnos con pequeño pelirrojo entre nuestros brazos.

Alex no puede ocultar su preocupación, su dolor por las palabras de su hermana, le duele tanta ilusión de su gemela.

— Creí... que te ibas alegrar por mí, hermana.

— Eh... Donna si estoy feliz por ti, solo piensa mejor tu decisión, háblalo con... tu pareja, valora bien si crees que un hijo en lo que necesitas en este momento de tu vida con un adolescente, con... una mujer...

— ¿Alex, se trata de eso? El mismo tema de siempre que amo a una mujer y que ahora quiero un hijo de ella — Donna la mira con tristeza.

— No, no, claro que no es eso — suspira y agrega — yo te apoyo en cualquier decisión que quieras tomar — acaricia el rostro de Donna — de ser mamá, de... amarla a ella, de querer un hijo de ella, solo piensa bien las cosas, no tomes decisiones apresuradas, que sea algo que lo decidan en pareja.

Donna abraza con mucho cariño a su hermana y le empieza a dar besos en la cara incomodando a Alex, que no es de tantas muestras de cariño, pero la pelirroja insiste para molestarla.

— Donna... a decir verdad estoy sorprendida de que quieras tanto compromiso, tú siempre has sido tan libre, eres muy cotizada al ser un DJ de radio, tienes este bar, eres coqueta de naturaleza — la pelirroja se queda pensativa con las palabras de su hermana y piensa unos segundos.

— Alex... a ti no puedo mentirte, tienes razón, amo mi libertad, pero eso no significa que no pueda ser libre al lado de la mujer que amo — suspira y dice — yo... le he fallado un poco ¿sabes? Últimamente me he estado dejando deslumbrar por la belleza nata de la juventud naciente y... salí con una chica — Alex abre los ojos sorprendida no esperaba esa confesión tan espontanea de su hermana.

— Oh... entonces ¿has sido infiel? — consulta nerviosa, sintiéndose fatal por su hermana.

— Alex no sé si llamarlo así, bueno yo me besé con una chica — confiesa por primera vez — fue un beso muy... no sé cómo llamarlo, inocente tal vez, pero te juro que luego me arrepentí, ella es una mujer preciosa, sin embargo, yo amo mucho a Piper, me siento fatal por lo que hice y ahora deseo mejorar nuestra relación, ser mejor para las dos.

LA MUJER DE MI HERMANA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora