Capítulo 17: De Camino a una Nueva Identidad - Parte 3

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—Casi cinco años —murmuré con voz desprovista de emociones—. Eso es mucho tiempo.

—No será siempre así —sus brazos rodearon mi cintura fuertemente—. Tomará unos cuantos meses reinsertarse en Washington, pero si tenemos éxito, volverás al anonimato. Por supuesto, la AMA y la NSA seguirán buscándote, pero al menos podrás seguir viviendo tu vida sin estar huyendo. ¿Cuánto va a durar? No estaría seguro. En Hamilton duró cinco años, en Washington podría durar el doble… o quizás el tercio. Nunca se sabe.

—Nunca voy a tener una vida normal.

El silencio de Justin fue la única respuesta que necesitaba. La verdad no me sorprendía, lo que no significaba que no doliera como el infierno. Hace tan solo días había sido una simple chica de pueblo pequeño y de pronto todo estaba dado vuelta. Mi vida se había convertido en algo que solo veía en las películas y no sabía qué hacer con ello. Mi futuro era tan incierto como mi pasado, y el presente era… desconcertante… porque eso era el presente, el breve e instantáneo lapso de tiempo entre el futuro y el pasado, y cuando no tenía ninguno de los dos, ¿qué era lo que quedaba en el medio?

—¿Qué pasa con la escuela? —tragué saliva—. ¿Qué pasa con la universidad?

—Como te dije, en cuanto te hayamos reinstalado en Washington podrás volver y terminar la escuela, y luego si lo deseas podrás ir a la universidad. Lo que me recuerda…

Justin volvió a buscar algo en su celular y luego me lo entregó. Mirándolo extrañada, recibí el celular y ojeé lo que decía.

A simple vista parecía una… ¿cuenta bancaria? Dios sabía, pero lo que llamó mi atención y me dejó con la boca abierta fueron las cifras que habían en ella.

—Justin… ¿qué es esto?

—Es tuyo.

—¿Qué? Perdiste la cabeza, esto no es mío.

—Es una cuenta protegida. Es imposible de rastrear y sí, es tuya.

—Justin… aquí hay diez millones de dólares. Esto no es mío.

—Es un obsequio. Tus padres tienen… un montón de dinero, _________.

Eso me hizo saltar fuera de su regazo y logró que me pegara un cabezazo con la puerta. Sonó bastante feo y Justin se preocupó, pero no podía escuchar lo que decía. Me había quedado atrapada en la frase “tus padres tienen un montón de dinero”, y me quedé marcando ocupado durante varios segundos antes de darme cuenta de que no sonaba tan descabellado: En New York solíamos vivir cerca de Times Square, en un hermoso apartamento lo suficientemente grande para diez personas y con una vista de un millón de dólares. Mirando hacia atrás ahora, me daba cuenta de que esa vista probablemente era literalmente de un millón de dólares.

Pero diez millones de dólares era una cantidad excesiva e imprudente para una chica de 17 años que acababa de descubrir un mundo totalmente nuevo, una vida totalmente nueva. ¿Y padres totalmente nuevos? No lo entendía. No entendía quiénes eran estas personas con las que había vivido gran parte de mi vida y luego había creído muertas.

Era algo que jamás entendería. De todo, eso era lo única que jamás podría superar. Presentía con todo mi ser que jamás podría salir de aquella tristeza permanente que me asechaba cada vez que recordaba su traición.

Y ahora esto.

Suspirando, me dejé caer contra el asiento, cerrando mis ojos y tratando de canalizar mis emociones antes de que tuviera mi octavo ataque psicótico de la semana.

—No sé cuánta más información pueda soportar antes de tener un colapso mental y nervioso, si es que no lo he tenido ya.

—_________...

—Solo… solo no lo entiendo —me reí, sonando un poco histérica—. ¿Por qué esto tiene que pasarme a mí? Todo iba tan bien, todo era tan normal… no sé cómo asimilar esto, y cada vez que creo que por fin lo estoy logrando, viene otra cosa y me cae encima en mil pedazos. No puedo… no puedo con esto.

—Solo han sido un par de días, _______ —Justin volvió a entrelazar su mano con la mía firmemente—. Nadie espera que lo asimiles o lo entiendas tan rápido. Lo harás, pero a su debido momento.

—Es que no creo que pueda… jamás. No tiene sentido. Esto no tiene sentido. Mi vida no tiene sentido. ¿Y qué va a ser de ella, de todos modos? ¿Conseguiré vivir normalmente durante un tiempo y en cuanto me atrapen tendré que correr de nuevo? ¿Qué pasa si me atrapan, de todos modos? ¿No puedo darles una muestra de sangre, el código binario y que me dejen en paz?

—Puedes, pero poniendo a miles de personas en riesgo.

—¿A quiénes, Justin? —pregunté, ya cansada de que con cada respuesta que obtenía a una pregunta se desprendían diez preguntas más.

—A todo el mundo, ________. No lo entiendes, y no espero que lo hagas, pero si el suero funcionara tendríamos una horda de súper-humanos controlados por el gobierno para nada bueno, y créeme, nuestro gobierno está lo bastante jodido como para utilizar mal aquellos recursos.

—Te creo, todos saben que nuestro gobierno está jodido… ¿pero así de mal?

—Solo piénsalo, _________. Si algún país, cualquier país, no solo este, poseyera un ejército de súper humanos, donde cada hombre vale por trescientos. ¿Qué crees que harían con ellos? ¿Iniciar la expansión de la paz mundial?

—Probablemente no —murmuré, frunciendo el ceño.

—Ahí está mi punto: lo utilizarían para fines bélicos, y miles de personas inocentes morirían. Si quieres aquel peso sobre tus hombros entonces adelante, ve a entregarte.

—Está bien, Dios, ¿por qué tienes que ser tan duro? —murmuré, cruzándome de brazos enojada. Me molestaba que se pusiera en plan de que era una niña pequeña que no entendía nada. Está bien, puede que no entendiera nada, pero me bastaba una simple explicación.

Ángel Guardián [Proyecto 127 #1] (Justin Bieber Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora