Ángel Guardián [Proyecto 127 #1] (Justin Bieber Fanfic)

Capítulo 22: Inducción al Arte de los Músculos Dolientes

Eran las cinco de la mañana cuando Justin se apareció de la nada invadiendo mi dormitorio y diciéndome que tenía que levantarme.

Alarmada, llegué a saltar de mi cama, imaginándome que la AMA nos había encontrado y teníamos que irnos tan rápido como pudiéramos, pero entonces vi cómo estaba vestido y todo tomó sentido, así que me dejé caer en la cama otra vez, tapándome la cara con la almohada.

—Vamos, bella durmiente. Tú querías esto, ¿recuerdas?

—No tienes prueba alguna al respecto —murmuré con voz ronca.

—No, no tengo, pero puedo traer una jarra llena de agua y tirártela encima.

—No harías eso —espeté, casi seguro de que no lo haría.

—¿Estás retándome? —podía verlo arqueando tu ceja.

—No, no estoy haciéndolo —suspirando, me levanté como pude de la cama, medio tambaleándome por el sueño.

—Tienes veinte minutos para arreglarte, y tu desayuno estará listo cuando bajes, y si vuelvo acá y no estás vistiéndote, tendremos problemas.

—Qué miedo —dije rodando mis ojos

Justin cogió mi mano y tiró de mí hasta que sus labios chocaron contra los míos, crudos, rudos y calientes antes de que yo siquiera pudiera procesar cualquier movimiento y alejarlo. Él sabía que odiaba que me besara en la mañana antes de que siquiera pudiera lavar mis dientes, pero como estaba media dormida como que perdí el poco de estabilidad que me quedaba y me fui de espaldas contra la cama cuando intenté alejarme.

—Eres un ser humano muy desesperante —le di un empujón mientras él reía luego de levantarme. Todo el show había logrado que despertara completamente.

—Lo sé. Apúrate —me dio una sonrisa toda Justin Bieber y desapareció por la puerta.

Suspirando, me arrastré como pude hasta el baño. Lo primero que hice fue lavar mi cara para ver si funcionaba para despertarme cuando el sueño me bajó de nuevo.

No funcionó.

Por lo tanto, estuve durante todo el tiempo moviéndome como si acabara de convertirme en parte del elenco de The Walking Dead, como zombie, tratando de mantener mis ojos abiertos y mi equilibrio a punto.

Tal como Justin había dicho, el desayuno estaba listo cuando bajé, y creo que la comida fue lo único que logró despertarme.

Justin se me quedó mirando con una sonrisa en la cara.

—¿Qué miras? —le di una mala mirada.

—Lo linda que te ves en ropa deportiva. Debo decir que esto es nuevo para mí y para todo el universo.

—Ja. Ja. Ja.

—Y cómo olvidar lo encantadora que eres por las mañanas.

—Son las cinco, Justin —gruñí—. Ni siquiera ha amanecido, y hay grandes posibilidades de que te golpee antes de que el sol salga.

—Y es por eso que no pienso que esto sea una buena idea —dijo él dejando un par de tostadas en la mesa y sentándose en frente mío.

—Lo que yo creo es que un día voy a matarte. ¿Por qué siquiera estamos levantándonos a esta hora?

—Dijiste que querías entrenar conmigo, ¿no? Bueno, todos los días me levanto a las cinco de la mañana para hacer mi rutina mañanera en la corredora, así que supongo que eso responde tu pregunta.