Capítulo 9 Parte 2

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—No me agradas para nada, Callista.

—Bueno, tú tampoco a mí, así que supongo que es bastante justo.

—Uh… Callie, pensé que volverías a tu casa directo de ver a tu amiga —murmuré sosamente, no muy segura de cómo actuar en esta situación.

—Cambio de planes, olvidé unas cosas —ella no dejó de mirar a Justin como si sospechara de que él fuera a cometer un asesinato en primer grado, pero si seguíamos así, ella sería la que cometería el asesinato. No quería ni imaginar qué pasaría si ella siquiera se enterara de lo que pasó en la playa… lo que relativamente no era nada fuera de lo normal.

—Callie, por Dios —suspiré, negando con la cabeza—. No estábamos haciendo nada.

—Era algo.

—Nos estábamos besando, ese es un comportamiento normal con tu novio, dioses —rodé los ojos, y luego me di cuenta de que había usado la palabra “novio”.

Entré en pánico por dos segundos, pero una mirada a Justin y me di cuenta de que ni siquiera se había inmutado. Solo miraba a mi hermana con expresión de aburrimiento.

—Tengo una sugerencia. Vayamos a comer algo —dijo Justin, volviendo a mirarme—. Lejos de aquí.

—Callie compórtate, por favor.

—Yo estaré en la sala. Podría decir que es para darles algo de privacidad pero todos sabemos que es para que puedas decirle tranquilamente todas las cosas malas que se te ocurran sobre mí a ________ —dijo, haciendo un gesto despreocupado con la mano y saliendo de la cocina.

—¡Puedo decirlas con o sin ti!

—Callie —gruñí.

—¿Por qué confías tanto en él? —me preguntó, como si no pudiera comprenderlo.

—Porque no me ha dado ninguna razón para no hacerlo —me encogí de hombros.

—¿Su historial de conquistas no te dio ninguna señal?

—Como dije, Justin no me ha dado ninguna razón para no hacerlo.

—________...

—Callie, sé que cuesta creer que un chico como él se fije en una chica como yo, lo entiendo, ni siquiera yo me lo creo…

—No es lo que quise decir —dijo, frustrada.

—¿No? Pareciera que sí. Sé que Justin tiene una reputación, pero como todo el mundo necesita una oportunidad.

—Y como todo el mundo necesita sexo, y tú no…

—Callie, primero que todo, creo que intentar prohibirme tener sexo no ayudará de nada. Segundo, no he tenido sexo con Justin, tercero, no tendré sexo con Justin. ¿Entiendes? No estoy lista, y él no ha intentado nada. Solo… solo estamos probando a ver qué pasa, eso es todo.

Callie se cruzó de brazos, enfurruñada en silencio.

—Que Luke te haya lastimado no significa que Justin me va a lastimar a mí.

—Solo ten cuidado —suspiró, ya rendida—, ten mucho cuidado.

—Siempre lo tengo.

Cuando salí de la cocina, Callie ya estaba de vuelta en su habitación, y Justin me estaba mirando como si intentara resolver el acertijo más complicado de la vida.

—¿Qué? —pregunté.

—No lo sé, presiento que en cualquier momento tu hermana va a convencerte de que no funciono para ti.

—¿Qué? —lo miré como si estuviera loco, y luego sonreí—. Justin Bieber, ¿es acaso eso una muestra de vulnerabilidad e inseguridad que nunca antes había visto en ti?

—Ni lo sueñes —rodó los ojos.

Riéndome, me acerqué a él y rodeé su cuello con mis brazos. Tenía suerte de ser treinta centímetros más baja que él, porque o sino me pasaría la vida besándolo sin poder controlarme, pero como que él tenía el control de ese aspecto de nuestra relación, y no me gustaba nada.

—Lo es —le dije, sin parar de sonreír.

—No.

—Di lo que quieras, no me engañas.

—¿Sabes una cosa? —preguntó mientras  rodeaba mi cintura con sus brazos—. Pasar mucho tiempo conmigo te está influenciando.

Por supuesto, la frase “di lo que quieras, no me engañas” estaba registrada con copyright y era un habitual de Justin Bieber. Quizás tenía razón.

—Quizás debería dejar de pasar tanto tiempo contigo —le miré con una ceja arqueada. Eso provocó que sonriera ampliamente y apretara sus brazos alrededor para que estuviéramos todo lo cerca que podíamos estar.

—No permitiría que hicieras tal cosa.

Eso fue lo último que dijimos en cinco minutos enteros, porque ignorando que mi hermana estaba probablemente echando humo en el piso de arriba nos besamos hasta que tuvimos que separarnos por falta de aliento. Besar a Justin era como ahogarse, en realidad, por irónico que sonara. Era como si cayeras y cayeras, con la adrenalina y el pánico fluyendo a través de tu cuerpo, sin poder detenerlo, como si no pudieras salir a la superficie. Mis pulmones se agarrotaban y mi corazón saltaba desesperado con miedo de detenerse en cualquier momento.

Y se sentía tan, tan bien. Embriagador. Dulce. Apasionado. Único. Irresistible y un montón de adjetivos como ésos.

Ángel Guardián [Proyecto 127 #1] (Justin Bieber Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora