Capítulo 1 Parte 3

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        —Bueno, eh… no creo que haya cerveza —hablé cuando reaccioné y me di cuenta de que él me estaba mirando extrañado pero con una sonrisa socarrona en su rostro. Probablemente ya sabía que estaba pensando en él—, pero puedo traerte un vaso de vino si eso está bien.

        —Sí, eso estaría bien —sus ojos estaban fijos en los míos, mirándome tan intensamente que olvidé como respirar, y creo que mi corazón olvidó cómo latir también, aunque de alguna forma mi cerebro reaccionó e hizo que mis piernas se movieran. 

        Lento, pero seguro.

        Mientras le servía una copa de vino, mi mano tiritaba ligeramente. Había pasado de fantasear con que me pusiera encima de su moto, se metiera entre mis piernas y me dejara rodearle la cintura con ellas mientras nos besábamos ardientemente a estar realmente aquí en mi casa. Solos. No podía exactamente comenzar a actuar normal, sobre todo desde que yo era la adolescente más obvia de este universo.

        Desde que habían muerto mis padres, mis emociones siempre estaban a flor de piel. No podía evitarlas, su pérdida me había dañado a un nivel emocional un poco extraño, dejándome demasiado expuesta a sensaciones y sentimientos demasiado fuertes. Yo simplemente no podía ocultarlos, así como tampoco podía mentir, ni siquiera la mentira más blanca, y era la peor maldición del mundo.

        Cuando Justin se llevó la copa de vino a sus deliciosos labios, sus ojos siguieron escrutando los míos intensamente, haciéndome arder por dentro. A pesar de mis pequeñas fantasías mentales con besarlo y hacer otras cosas más inapropiadas, sabía bien que yo no estaba en su mira. Incluso si fuera un poco más sexy y midiera lo que mide una adolescente normal de diecisiete años, él no se iba a fijar en mí, y no tenía nada que ver con mi autoestima, porque mi autoestima está bien, pero hasta donde yo sé, ninguna chica de la escuela ha logrado hacer un movimiento en Justin.

        Sí, todo el mundo sabe que es un mujeriego total, pero él solo sale con las chicas de la universidad que está a cuarenta minutos en auto de Hamilton. Es la universidad más cercana… en realidad, es la única universidad en un radio de cuatro horas de distancia, y un montón de chicos de por aquí asisten a ella.

        ¿Por qué él solo se involucraba con chicas universitariass? Bueno, había varias razones, y es que las universitarias eran un mejor partido que colegialas, pero uno pensaría que con todas las chicas de la secundaria de Hamilton que se le tiran encima a diario, Justin se habría acostado al menos con una de ellas, sin embargo eso no había sucedido. Bueno, no me iba a poner a pensar en la vida amorosa de Justin Bieber. Es más, tenía que dejar de pensar en él del todo.

        —Es un muy buen vino —me dijo, dejando la copa sobre la mesa cuando la hubo acabado.

     —Entonces… ¿eso es lo que hacías en ese lugar? ¿Acelerar un poco? —murmuré, sirviéndome un vaso de agua.

        Él se encogió de hombros despreocupadamente.

        —Hamilton es tan pequeño que no hay un camino que dure más de veinte metros. Esta carretera de aquí conecta Hamilton con otros pueblos igual de pequeños, así que es por eso que jamás hay nadie, así puedo exceder el límite de velocidad y disfrutar de un buen paseo en moto.

        —Yo en serio no sé cómo terminé ahí —suspiré—. Me refiero a que… mi GPS ha sido mi salvación desde que aprendí a manejar hace un año. Nunca he sido buena memorizando calles, así que no puedo confiar en mí misma para guiarme a través de las carreteras. Nunca me había fallado antes.

        —Quizás el GPS perdió su señal… en ese lugar todo pierde señal, créeme.

        —Sí, eso debe ser —murmuré distraídamente.

        —Bueno, será mejor que me vaya. Gracias por el vino —me sonrió con su sonrisa que era naturalmente arrogante; toda dientes blancos y que insinuaba que sabía tus secretos más oscuros.

        —Gracias por el aventón.

        —Un placer, _________ —fue lo último que murmuró antes de desaparecer por la puerta.

        Lo vi subirse en su moto y ponerse el casco a través de la ventana que me dio una vista parcial de él a través de la cortina entreabierta. Suspiré soñadoramente y lo vi alejarse. Él era como esos chicos malos de los libros que había leído, con moto y actitud arrogante, sin embargo él era un poco más misterioso que lo que estaba acostumbrada.

        La actitud de Justin Bieber era muy conocida en Hamilton (en realidad, la actitud de todos es conocida por todos en Hamilton. En este pueblo nadie puede guardar secretos durante mucho tiempo), y era de ese tipo de chicos que los padres les prohibían a su hijas ver. Todo lo que yo y el resto de Hamilton sabíamos acerca de Justin Bieber, era que andaba en motocicleta y tenía una vida sexual activa con las chicas de la universidad, pero además de eso… nada, lo que era bastante, bastante extraño en este pueblo.

        En la escuela, Justin no socializaba en absoluto con nadie. Solía comer solo y guiñarles el ojo a las chicas que se le acercaban antes de marcharse y decirles que ya tenía planes. Él había estado viviendo en Hamilton desde el inicio del verano pasado, y de eso ya hacían unos cuantos meses, sin embargo nadie había visto a sus padres y nadie sabía de dónde venía ni qué hacía aquí.

        Como dije, en Hamilton todos tienen una historia cerrada y completa. Es una especie de libro abierto que es aburrido y monótono, nada fuera de lo normal, sin embargo el capítulo de Justin Bieber estaba vacío, y daría lo que fuera por averiguar más sobre él.

Ángel Guardián [Proyecto 127 #1] (Justin Bieber Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora