Capítulo 44.

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Sin pensarmelo más veces, saco la moneda de mi bolsillo, la hago girar en el aire y nada más convertirse en espada y tener la empuñadura en mi mano, sin ningun pudor, hago un corte en esa cosa que sujeta a mi amiga de la pierna, nada más notar que ya no la agarran se levanta con una mueca de dolor en sus labios.

-¿Estas bien?-le pregunto llendo a su lado.

-Sí, creo que sí.-me contesta.-Me molesta el tobillo, pero por lo demás estoy bien.

Veo a la familia de Michael, estan inmóviles en su sitio, mirando atentamente mi espada, nose si Anastasia y Mauro pueden verla, o que es lo que veran, lo que si se de seguro es que Cloe y su hermano si la ven.

El chico traga saliva, abre su boca para hablar, pero no sale nada de ella, así que la vuelve a cerrar.

-Guau...-contesta Cloe por él.-¿Eso es una espada de verdad?

-¿Qué espada?, y ¿Por que tienes un palo tan grande?, ¿de dónde lo sacastes?-me pregunta la mujer con el ceño fruncido.

-Mmm...,No es un palo, es una espada.-digo volviendo a girarla para convertirla en una moneda.-Pero ustedes ven, en este caso un palo, por la niebla.

Oigo a mis espaldas como Thalia maldice en griego antiguo, puede pasar una eternidad y yo todavia no me acostumbro a saber entenderlo.

Me giro hacia mi amiga y compañera, la cual se ha sentado en el suelo y con sus manos sujeta su tobillo.

-¡Ugh!, puede que sea inmortal, pero esto duele como la grandísima mieda...-se queja levantandose el pantalón para ver que tiene en su articulación.

-Eres...¿eres inmortal?-pregunta asombrado Michael, a lo que Thalia asiente, aún con una mueca de dolor y revisando que es lo que le sucede.-¿Pero cómo...?

-Es una historia muy larga para contarla ahora..., bueno puede que sea tan larga, pero de seguro que vais a tener muchas preguntas y no es hora de contestarlas.-aclara la chica aún en el suelo.-Sara busca en la mochila haber si hay algo de ambrosia o néctar.

Me dirijo hacia donde deje la mochila que contenia lo que la chica me pidio, pero algo me llamó la atención, junto al macuto había una carta, una caja de grandes dimensiones, y un trozo del tentáculo verde que atacó hace poco a mi amiga.

-¿Qué es eso?-pregunta curiosa mientras le paso lo que me pidió hace poco.

-Mmm...

Le paso la carta para abrir la caja, una espada de gladiador, dos puñales y una mochila llena de cosas es lo que contiene.

-Sa...Sara, ¿Qué hay dentro?-dice en un susurro.

-Esto...-le digo pasandole la caja.-¿Por?, ¿Qué pone en la carta?

Thalia extiende el trozo de papel para que pueda cojerlo, mientras que ella revisa lo que hay dentro del cubo de cartón.

"Queridas semi-diosas:

Para el resto de vuestro camino,
Dos pares de manos más necesitareis,
Utilizad toda vuestra fuerza de voluntad,
En el campamento ansian vuestra llegada,
Y a uno de los náufragos, esto esto debeis entregar.
La espada y uno de los puñales vuestros aconmpañantes utilizaran.
Un barco teneis, buscarlo os tocará.

Att: Los Dioses."

-Esto..., uno de los puñales es de Anabeth, al igual que la mochila.-dice con los ojos brillosos Thalia.-Aqui esta su gorra de invisilidad...

-Tranquila..., los vamos a encontrar, ¿bien?-intento darle animos, a lo que ella asiente.-Y al parecer, nos vais a tener que acompañar...-les digo a Michael y a Cloe.-Pero antes, vamos a grabar un mensaje iris, hace tiempo que no le contamos sobre nuestro paradero a las campistas.

Thalia se sentó en el sofá, con el pie en alto, al parecer tiene un esgince de primer grado, y le va a tomar unos días recuperarse por completo, Michael y Cloe alucinarón cuando vieron como se hacian los mensajes iris, y Anastasia y Mauro nos invitaron a quedarnos hasta que volviesemos a emprender nuestro viaje.

Después de comer, Thalia y yo nos fuimos a dormir en un colchón en condiciones, y aqui nos pensamos quedar hasta recuperar todas nuestras fuerzas.

(...)

Miércoles, 1 de Julio.

21:00

Long Island, América.

Campamento Mestizo.

POV. LUCAS.

Todos los campistas nos encontramos alrededor de la hogera, cantando, bailando y hablando de cosas sin sentido.

Y yo mientras tanto metido en mi mundo, Sara digo en el mensaje iris que nos avisarian pronto de su paradero, pero aún no hemos recibido nada, casi un mes sin noticias, me da algo, ¡Ugh!

-¡Hey!, ¿en qué tanto piensas?.-me pregunta la peliroja sentamdose a mi lado.

-En todo y en nada...-contesto sin ánimos.

-En Sara.-su respuesta me saca una sonrisa.-Ya te voy conociendo chico de la guerra, bueno, y dime, ahora ¿por qué piensas en la pequeña de Poseidón?

-Hace tiempo que no tenemos noticias de ella, y necesito, por lo menos, saber que está bien.-le respondo.-¿Sabes algo de ellas?

-No, y yo también estoy deseando que entre algún mensaje iris, pero la diosa no lleva muy bien eso de los mensajes de Europa hasta aqui, o el resto del mundo, ten en cuenta que son las antiguas tierras, alli hay un gran poder.-me explica, intentando tranquilizarme.

-Entiendo...

Nos quedamos en silencio observando a los demás, los cuales, poco a poco, su ánimo va decallendo, hasta llegar a un punto en el que únicamente escuchamos la hogera, y...¡Puf!, una luz más brillante que la del fuego ilumina el campamento y a continuación, únicamente escuchamos una voz en off en todo el lugar.

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Holaaa, ¿les gustó?, Espero que sí, ya saben voten el capítulo y comentad que os pareció.

Bss,

-Sara.

La hija de Poseidón [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora