Capítulo 76.

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35 votos, capítulos finales.

POV. SARA.

00:30 a.m.

Desde lo alto de la Colina Mestiza veo el campo de fresas, el campo de batalla, las cabañas y la casa grande, veo todo eso que me imaginaba con los libros de Rick Riordan, todo aquello que alguna vez soñé con que fuera verdad, y ahora que lo sé, que mi sueño se ha cumplido, decido marcharme de aquí.

Tengo claro que hago lo correcto marchándome de aquí, pero también tengo claro que algún día terminaré volviendo a este lugar que ha sido como mi primer hogar.

Siento como los brazos de Calipso rodean mi cuello, correspondo su acción poniendo mis brazos al rededor de su cintura.

-¿Estas segura de esto?

-Sí Calipso, necesito irme lejos de aquí y olvidar durante un tiempo todo aquello que me ha hecho mal.

-Siempre tendréis una cama en este Campamento.-oigo a Ezequiel decir.-Volved cuando querais.

Me separo de la diosa, le doy dos besos en la mejilla a el hermano de mi novio y me voy junto a Lucas.

-Gracias chicos.

-Un placer hermano.

-Hasta la próxima, cuidaos.

Una vez que ya nos hemos despedido, nos montamos en el taxi que nos llevara al aeropuerto.

-Ten, tómatelo.

Lucas me entrega una pequeña botella de cristal que contiene un líquido azul, él tiene otra en la mano.

-¿Es la poción de Calipso?

-Sí.

-No tiene buena pinta.

-Bebetelo y no lo pienses más.

Lucas pone la botella sobre sus labios y se toma todo el líquido de una.

Imito su acción.

"Todo sea para que los dioses y monstruos nos dejen hasta que lleguemos a nuestra nueva casa"

Cuando ya ha pasado todo el liquido por mi garganta, dejando me un sabor a galletas recién hechas, es hora de bajarnos del taxi y cojer nuestro avión.

-Gracias.-dice el taxista después de haberle pagado el viaje.

Lucas se coloca la mochila sobre su hombro y coje una maleta, mientras yo llevo la otra.

-Lucas...-empiezo a decir, pero sabiendo lo que quiero ofrecerle, me detiene.

-Nos vamos a ir juntos, no me pienso separar de ti, y no me lo vuelvas a decir otra vez, pequeña.-con eso dicho, agarra mi mano libre y nos adentramos en el lugar.

(...)

2:45 a.m.

Ya hemos facturado las maletas, y ahora solo esperamos a que llamen a embarcar.

-Pequeña.

-Dime, Luc.

-Hay algo que he decidido hace poco y no te he contado.

-¿El qué?

-Vamos a dejar atras que nuestros padres son quienes son, pero no podemos dejar a un lado quienes somos.

La hija de Poseidón [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora