Capítulo 35.

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POV. SARA

Miércoles, 10 de Junio.

Nos podríamos haber pasado tres años enteros entrenando y todavía no estaríamos preparadas, cada dos por tres se nos aparecían parejas de moustros, justamente ahora estamos intentando mandar al tartalo a dos cíclopes, los cuales miden cinco cabezas más que nosotras dos juntas.

-¡Sara!, ¡Tu derecha!-me grita Thalia desde la otra punta del bosque.

Y como bien me a indicado a 100 metros a mi derecha hay un pequeño riachuelo, con las pocas fuerzas que me quedan, convoco a las corrientes de aquel pequeño río, para que cuando esta a el alcance de la morena, haga provocar una pequeña lluvia con truenos y relámpajos, lo cual hace que los cíclopes se despisten y no se fijen en mi, lo que yo aprobecho para clavarles mi espada y poderles convertir en polvo.

-Como sigan apareciendo así de rápido, empezaré a pensar que no cerraron todas las puertas.-me dice Thalia mientras se acerca hacia donde yo estoy.

-Yo hace rato que lo pienso.-le dijo mientras me siento en un tronco de árbol caido.

-Y todavía no hemos llegado ni a la mitad de América,-habla la chica.-A este paso cuando estemos en orillas del Océano Atlántico a pasado un año.-termina diciendo para luego sentarse a mi lado.

Nos quedamos en silencio mirando la nada mientras recuperamos fuerzas.

Me puse a pensar en la misión que hicimos hace unos meses, mi primera misión. Artemisa nos mandó a que fuesemos a Argentina, para ir a por una mestiza que se encontraba alli, de paso, Thalia reclutó a algunas nuevas cazadoras, Rita y Dina se llamaban las nuevas.

El día en que llegamos a Nueva York, me tuve que quedar hasta la noche mientras las chicas se fueron a Long Island.

Nadie sabia el porque me quedé alli, ni siquiera a Thalia se lo dije, solo necesitaba ir a ver a la madre de mi hermano Percy, necesitaba hablar con Sally Jackson.

**FLASH-BACK**

Me encontaba caminando por las grandes calles de la gran ciudad de Nueva York, no es que hubiera estado antes, pero siempre he visto la ciudad por fotos, aún que, por las fotos que he visto, prefiero Londres, pero eso ahora no viene a cuento.

Me voy fijando en las calles hasta encontrar mi destino, un edificio alto de unos 10 pisos. Al entrar pude ver a un chico detras de un mostrador, al notar mi presencia me miró de arriba a abajo, inspeccionando mi atuendo, menos mal que me cambie antes de venir, me acerqué al chico para poder hablar con él.

-Hola.-le dijo con amabilidad.

-Buenas, ¿Qué desea, señorita?-me contesta del mismo modo.

-mm...Me gustaría saber si la señora Jackson se encuentra en casa.-le dijo algo dudosa.

-Deja que lo confirme.-y dicho esto se giró para cojer un telefono y hablar con alguien.

Estuve esperando apenas unos minutos, eran las once de la mañana, supongo que estaría en casa.

-Señorita.-dice el chico llamando mi atención.

-¿Si?-le dijo poniendo mi atención en él.

-La señora Jackson se encuentra en casa, me ha pedido que le pregunte quien es.

-¡Oh!, claro.-¿y ahora que le dijo?.-dile que soy...-me quede pensando, ¿qué le puedo decir para que me reconozca?, ¿Le dijo que tengo noticias de Percy?, No, eso seria darle falsas esperanzas, aun que puede que...-Dijale que me manda el señor Quirón, necesito decirle algo de su parte.

La hija de Poseidón [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora