Capítulo 47.

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Viernes, 24 de Julio.

12:30 am

Mar Adriático, Europa.

-Bien, esto no es tan sencillo, primero debes golpear con la empuñadura y luego colocas la espada en horizontal y por ultimo, cortas.-explica Thalia.

Los hermanos siguen sus indicaciones, pero ninguno de los dos lo consiguen, la morena se lo vuelve a explicar tantas veces como puede hasta que al enseñarle los pasos por vigesimo octava vez, ya no puede más y les da un descanso de diez minutos, los cuales aprobechan para ir al baño o beber algo, Thalia mientras tanto se sienta junto a mi.

-Entiendo que a la primera les resulte dificil, y a la segunda, y a la tercera, a la cuarta es pasable, pero...¿Cuántas veces se lo he explicado?-se queja mientras coje una botella de agua y bebe de ella.

-Es difícil.-le repondo mientras elevo mis hombros.

-¿Enserio?, ¿de verdad crees que es difícil?

No le respondo inmediatamente, en realidad es bastante fácil cuando ya te lo explican unas pocas de veces, no entiendo porque les cuesta tanto.

-No, la verdad es que no es tan difícil.-le contesto mientras frunzo el ceño.-Cuando Rachel y tú me lo explicasteis, lo entendi fácilmente, no lo cojí a la primera, pero después de unas pocas de veces intentandolo, al fin pude hacerlo.

-¿Y por qué ellos no pueden?-grita desesperada, sin saber que hacer con los hermanos.-He estado en muchas clases de lucha con Quirón, todos lo entendían rápidamente, él siempre decía "es algo que los griegos llevamos en la sangre, nos sale solo".-imita la morena al centauro poniendo una voz más grave que me causa risa, la cual soy incapaz de controlar.

Thalia se une a mi risa, y en mi cabeza se sigue repitiendo una y otra vez la imitación de mi amiga...

Es algo que los griegos llevamos en la sangre, nos sale solo.

¡ESPERA!, ¡ALTO AHÍ!

Es algo que los griegos llevamos en la sangre...

Los griegos...en la sangre...

¡Mierda!, Claro, nosotros somos griegos.

Mi risa ha parado desde hace rato, y Thalia se da cuenta de ello y se sienta junto a mi preguntandome que me sucede.

-¡Hey, sirenita!, ¡Oye!, ¿Qué te pasa?

-Nosotros somos griegos y lo llevamos en la sangre.-le digo seria y mirando fijamente sus oscuros ojos.

-Emms...¿Sí?, ya sé que somos griegas pero ¿qué quieres decir con eso?

-Haber Thalia.-le digo mientras sigo con mi mirada sobre la suya.-Nosotras somos griegas y llevamos en la sangre poder hacer este tipo de acción en ataque...

-Eso fue lo que me dijo Quirón.

-...Pero ellos no son griegos.-le digo mientras con mi cabeza le indico la dirección por la cual los hermanos se fueron a descansar hace unos minutos.-Son romanos.

La morena me mira sin expresión en su rostro mientras reflexiona sobre mis palabras, a los segundos su rostro cambia y parece asustada.

-Entonces...

La morena iba a opinar sobre el descubrimiento, pero fue interrumpida por un grito que provenia de los baños que hay en la planta baja del yate.

Thalia y yo bajamos corriendo aquellas escaleras que nos separaban del grito emitido hace unos instantes. Por el camino nos encontramos a Michael, por lo que asumimos que la causante de todo fue la pequeña romana.

La hija de Poseidón [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora