Capítulo 34.

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Martes, 9 de Junio.

Conseguí que mi idea se llevara a cabo, convencí a Hermes para que me ayudara junto a los chicos, Nico y Tyson, llegar al Olimpo. También le pregunté a Quirón pero se negó, diciendo que ya había infrinjido una norma, de decirnos que Sara no estaba muerta, y que los dioses, o más bien Zeus y Poseidón, lo tenian en el punto de mira y en cualquir momento podría ir mal parado.

Pero volviendo al plan, decidí ir ante los dioses y pedirles, bueno más bien exijirles una explicación. Nico y Tyson aceptaron ir conmigo y Hermes se comprometio a que nos ayudaria a entrar al Olimpo.

Pasaron los días, y decidimos que hoy sería el mejor momento, así que aqui estamos delante de las puertas del ascensor que nos llevaria a la planta seiscientos.

Después de entrar, esperamos unos minutos hasta llegar alli arriba. Nada más poner un pie en el Olimpo me puse a observar todo, las estatuas, las fuentes y las casas, todo el mundo alli parecía feliz, como si nada les molestase en esta vida.

-¿Siempre estan así de felices?- le pregunté a Nico, el cual se encontraba a mi derecha.

-Siempre que no suene la campana avisando de intrusos.-contesta a mi pregunta.

-¿Y esa campana suena muchas veces?-el chico me mira con cara rara.-Dijo, nose, no creo que los mortales sepan mucho de esto, y luego estan los mounstros, que supongo que seran lo suficiente inteligentes como para saber que no deben entrar ¿no?

-Bueno, sí, tienes razón, nadie en sus cinco sentidos entraria aquí, por una sola razón, el castigo que te darian los dioses, bueno, tampoco castigo, ellos directamente te matarían.-me cuenta el hijo del dios del inframundo.

-Entiendo...

-Pero de todas maneras hay semi-dioses que, aún sabiendo que podrían morir, vienen aqui sin permiso de nadie.

-¿Ni si quiera con el permiso de algún dios?-dice Tyson

-No, ellas vinierón sin permiso de nadie.-dice con una sonrisa, mientras empieza a subir unas escaleras que llevan a un templo.

-¿Ellas?, ¿Quiénes..?-empiezo a decir pero según voy hablando me acuerdo de lo que pasó hace bastantes meses, las chicas, Thalia, Rachel y Sara vienierón al Olimpo para preguntarle algo a la diosa Artemisa.-Vale, ya entendí.- le dije a Nico antes de que empujasemos las puertas del Olimpo.

-¡¿Pero se puede saber que hacen ustedes aqui?!-nos preguntó Zeus, supongo que era él ya que se encontaba presidiendo la sala.

-Tyson, ¿qué haces aqui?, te dije que visitaras el campamento, no que vinieras aqui sin permiso.-dijo Poseidón, el cual se encontaba a la derecha de Zeus, parecía enfadado cuando habló.

-Hombre, muchachos pensaba que ya no veníais.-nos dijo Hermes con una sonrisa.

-¿Tú los dejastes pasar?-preguntó una diosa con muchas flores alrededor, creo que es Deméter, parecía asombrada.

-¡Exacto!-dijo el dios Hermes para luego empezar a reir.

-¿Qué te causa tanta gracia?.-dice Hera.-¿Sabes el castigo que te podría caer por hacer semegante estupidez?-habló bastante enojada.-Querido, ¿no piensas echarlos?-le preguta a Zeus.-Es la segunda vez que se cuelan en menos de un año.

-¿Podrían dejar que hablamos y luego nos mata?-les pregunto algo fastidiado.

-Tranquilo muchacho, tu por mis dominios no pasas, y mi hijo menos.-dice Hades el cual acaba de aparecer alrededor de una nube de humo negro.-Bueno, me refiero muerto.

-¿A qué habeis venido hijo?-me pregunta mi padre, Ares.

Cuando iba a contestar a la pregunta, soy interrumpido por Tyso, el cual habla con rabia y dolor hacia su padre.

La hija de Poseidón [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora