47. Candela mi son

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El solar California siempre te dará la bienvenida

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El solar California siempre te dará la bienvenida. Ese solar ubicado en Centro Habana es muy buena gente; aunque, también considero qué él que te vendió el planchao' es buena gente. A ver, no es que sea tan buena gente, es que el cobra por venderte a ti. El que te vendió el planchao' no tiene la culpa que el solar sea tan educado, él sólo quiere cobrar. ¡Él ni tiene la más mínima idea de la educación del solar! Él sólo quiere cobrar.

Si todos fueran tan educados como el solar, otra planta en el jardín de la microbrigada sembrarían.

Dejando el día de cobro atrás. Ese día, ese mismísimo día, estaba envueltos de muchos sentimientos encontrados. Era una caldosa de sentimientos. Por un lado veías la felicidad como una sopa en una gran cacerola, la malanga como la esperanza y el hueso de cerdo como la nostalgia.

Un día como ese día, pero hace años atrás, el esposo de Juana, Juan Manuel, murió. No murió de frío y tampoco de amor, murió por alcohol. Imagínense, ese hombre había sido el amor de su vida entera a pesar de oler a ron.

Les voy hacer la historia de amor de Juana y Juan Manuel, ella me la contó a mi y me pareció de dorama (y eso que a mi no me gustan los doramas).

Allá por el año 1965, Juana iba a ir a visitar a su madrina. Para poder visitar a su madrina, tenía que hacer un pequeño viaje en la lanchita de Regla. Esos viajes para ellos eran encantadores, en aquellos tiempos Juana no era caballito de tránsito pero como paraba carros. Mientras se sentía atraída por olor a mar y el fuerte sol del Caribe acariciaba su piel, un joven ayudante de herrero cayó profundamente enamorado de ella. Ella sabía que lo estaba mirando, pero a Juana siempre le ha gustado hacerse la interesante, y más en ese tiempo que era un agente del tránsito de alto rango. El lío de ahora es que esta jubilada.

Ese fue el primer encuentro de muchos. Poco a poco, se fueron acercando más. Hasta comenzaron a salir de forma informal, a tomar helado o ir al cine a ver una película.

Pero, hasta ahí las clases. Ahora viene la hipotenusa del cateto opuesto.

Juana tenía sus ojos puestos en un hombre apuesto y con dinero. Ese hombre era cliente fijo de la tienda en donde la susodicha trabajaba. A pesar del espacio y la memoria, Juana lo recuerda del pi 3.14 hasta 15926536. Dice ella que estaba para pedirle el carné y no dejarlo ir.

Ese era el tipo, el otro era un pobre diablo que se llevó la roja en pasó peatonal.

Pero como le dijo su madrina: "vía a la vida".

Juana se sintió confundida ante la pregunta tres del segundo parcial de Matemáticas: ¿Qué razón trigonométrica tenía que emplear? ¿Cateto opuesto sobre hipotenusa, o, Cateto adyacente sobre hipotenusa? Si le hubiera echo caso a su repasadora... Se vió envuelta en esos famosos triángulos amorosos.

Su fandom apoyaba al cateto opuesto, pero su corazón decía el adyacente.

Bueno, sin hacer el cuento largo. Saben que se quedó con el cateto adyacente durante toda su vida.

Bangtan cubaneandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora