7. Etecsa, en línea con tu primo

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La pandilla Pirulí andaba desayunando bien rico como hacen en su país de orígen, porque nuestro querido CEO les había llenado el refrigerador con comida

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La pandilla Pirulí andaba desayunando bien rico como hacen en su país de orígen, porque nuestro querido CEO les había llenado el refrigerador con comida. Que rico, pero sin duda yo siempre me iré por la opción de comerme mi pancito con lo que haya y mi vacito de leche.

—¿Cómo pasaron la noche? —preguntó el negrito de la pandilla.

—Mal —dijeron la mitad de la pandilla menos Yoongi.

—Los vecinos del primer piso se pasaron toda la noche con música —se quejó Jin que andaba con unas ojeras que daban miedo.

—Yo dormí de maravilla —comentó Yoongi mientras tragaba.

—Te envidio —dijo Jimin que ese era otro que andaba con las ojeras que la verdad no tengo comentario para ello—. Yo no pude dormir nada.

—Estuvieron hasta las cuatro de la mañana, ¿cómo los vecinos le aceptan eso? —muy fácil, aceptándolo, no queda de otra.

—Que buen primer día tuvimos —dijo Jungkook, el de la euforia por la luz.

—Sin duda alguna —respondió Jimin.

—Pero no lo vean por lado malo, dos meses se van rápido —dijo el nieto de Esperanza. ¡Ay, Esperanza! Su nieto está buenísimo.

Todos miraron al nieto de Esperanza y siguieron en lo que estaban que era jamando ricamente.

—Que negativos son —estas fueron las últimas palabras de Esperanzo.

Terminaron de comer en silencio, los únicos sonidos que se sentían eran los de sus bocas masticando. ¡Ñam, ñam, delicious!

Bueno, después de deleitarse de este desayuno, fregaron sus cositas y se prepararon para salir.

A las diez y treintacuatro de la mañana nuestros chinos irían a Etecsa. Este día a ellos no se les olvidará por el resto de sus vidas, yo se los aseguro.

Se pusieron sus nasobucos como costumbre y gafas, y algo que no podía faltar es tu buena sombrilla, que amiguito sol está muy fuerte.

Cuando salieron se encontraron a la vecina de piso que también se encontraba saliendo para ir a buscar algún mandado seguramente.

RM se le quedó mirando y ella a ellos. La vecina sentía que los conocía, pero lo único que hizo fue hacer un gesto e irse. Ellos la siguieron con la vista mientras bajaba las escaleras.

—¿Esa es la vecina? —preguntó Taehyung. Hablando de Taehyung, las voluntarias que limpiaron su orine, ¿lo disfrutaron? Yo sé que sí, porque ustedes quisieran ser hasta el calzoncillo azul que él tenía puesto. Yo las conozco somos de la misma raza: cubanas.

—Parece que sí —dijo Jungkook.

—No sé porque sentí que nos conocía —dijo RM.

Jimin le puso su pequeña mano en el tosco hombro del negro y le dijo: —Son ideas tuyas.

Bangtan cubaneandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora