19. No hay agua, ¿y qué quieres que haga?

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-Patricia, tú más antojada no puedes ser.-a mi parecer fue un elogio, pero bueno. Daniela ya tenía todo lo necesario para limpiar delante de ella, además que Daysi andaba secando un plato mientras miraba a su nieta intensamente (¡Daysi, usted anda muy intensa!).

-No tengo ni está pizca de culpa que el día que me levanto temprano, a ti te pongan a limpiar.-agregó a su autodefensa y el huevo la freirá. No sé a qué viene lo del huevo pero es que el huevito frito es rico.

-Pues no, pero pudieras levantarte temprano más seguido.-a Patricia le gusta que le den, que le den, que le den un consejo y la pongan al día. Aunque también le gustaría que le dieran un coreano. Cuál de los dos mejor.

Patricia hizo una pausa (eso es que le va a contestar mal al más puro estilo de negrita del solar California). Como Daniela no la podía ver los gestos que hacía su amiga (ya que Etecsa no ha llegado a eso con la telefonía fija, ya bastante que con los datos) que vivía en casa de su mamá o su papá (pero eso como siempre, tú lo decides. ¡Elecciones populares! ¡Elige al mejor y al más capaz! Papá que es el que tiene el wanikiki para el Internet).

Mientras esperaba la respuesta de la castaña sentía algo de escalofríos por la intensa mirada de Daysi (¡Daysi andas toah intesa, ponte un stop y mira antes de cruzar!).

-Uno yo me levanto a la hora que yo quiera. Además de noche es cuando mejor... -hizo una pausa intrigosa.-puedes leer...

No era misterio ni nada novedoso para ella de las lecturas de su amiga. Patricia era una lectora incansable de la buena lectura de fanfics (joder, ahora que lo pienso Patricia debe estar bien alta. Leer es crecer). Todos los días venía recomendandole algo nuevo (que buen servicio).

Y Daniela que estaba hasta los ovarios de las miradas de su intensa abuela (ella sentía que iba a venir Andrés. ¿Andrés, el que viene cada mes y vende ropa a las tres?)

-Patricia, después te llamo que tengo que limpiar.-el llamado del deber.

-Okey, nos llamamos. Después te tengo que contar sobre el fanfic que me estaba leyendo...-puso voz de como sí le estuviera ofreciendo carne res de primera sin pellejo (Daniela, ¿quieres carne?).

Las dos se despidieron con su típico Chao pescado y no como picadillo porque soy muy fina (es mejor la carne de res anteriormente ofertada).

Daniela colgó el teléfono y lo puso en la base para que se cargara (eso es para después dar una muela de esas que es pagado con los doscientos pesos que le dan a tú abuelo, que ahora con el aumento de los salarios ya tú abuelo anda algo tranquilo aunque no del todo).

Daniela suspiró y cogió el cubo de plástico rosadito como la corbata que se pone Serrano. El rosado es mi color favorito, fue un placer informales, buenas noches y hasta mañana.

¿Y qué va hacer Daniela con el cubo rosadito? Pues llenarlo de Agua para llenarlo.

Pero la intesa de Daysi la detuvo.

-Daniela, primero tienes que barrer y sacudir el polvo de los muebles.

La chica que todos envidian sacó cuatro pinga y ocho cojones. Vamos fresquitos y bajitos de sal.

-Voy abuela.-dijo empingada.

Daniela cogió la escoba y empezó a barrer. Barre con la que arre. Arre Jhope, arre caballo (ese Jhope).

Entonces Daniela mientras barría con tremendo espíritu deportivo...

-¡Todavía hay polvo!-gritó Jin alarmado. El encargado de barrer, nuestro muy sabroseable Hoseok (Que casualidad sí de él estábamos hablando).

Bangtan cubaneandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora