Bangtan cubaneando

32. Confirmaciones y perretas.

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Y preguntando y preguntando, se llega a San José. También a San Juan de la Pinga, no lo duden.

La pizza muy buena estaba, pero, el queso fue el tema. Al Yoonmin más real que la naranja (debí buscar algo más real, algo más existente) le pareció extravagante el sabor del queso, le parecía algún tipo de queso fino. ¿Fino? el filipino.

Y preguntando y preguntando, también se llega a la sala de estomatología. ¡Es qué preguntando se llega a todas partes! ¿Será válido para Corea? No lo sé, yo lo único que sé es que con preguntar no cuesta nada, pero ¡el pasaje a Corea si cuesta! Y es cuando te das cuenta que no es sólo el pasaje: el pasaporte, la visa, la visita del cónsul, el dinero extra para que todo vaya más rápido, son muchas cosas y muy poco el dinero.

Me deprimo a veces, al pensar, que José Martí y cualquier otro revolucionario viajó o ha viajado más que yo. ¡A ellos por casi cualquier cosa los estaban deportando!

Recuerden, el Ministerio de educación quiere que vinculemos todo con la historia. Y eso fue lo que hice, vincular la historia con la frustración de viajar. ¡Qué cosas!

Mejor seguimos que me voy a deprimir con pensar que Maceo viajó más que yo.

El Yoonmin más real que la mandarina (tengo que seguir buscando algo más real, más existente) al entrar a la sala fueron directo a la recepción.

Cuando se acercaron a la recepción, oyeron unos cuantos sonidos: desde el aparatito que hace ñiiiiiiii (o cómo sea) y una perreta formada por cierta persona que conocemos. Mejor vayamos a ver.

Ahí mismo, ahí, cerquitica...

Para los que son parientes por parte claria (no sé si eso considerarlo un pez) de Dori, hoy nuestra queridísima Daniela tenía turno con el dentista. Y si no se acuerdan tampoco porque son parientes por parte de claria de el carismático personaje ya mencionado, la vecina de los surcoreanos había formado una. Y eso era lo que estaba formando.

La vecina de los beteese (como dicen muchas personas que desconocen del tema), había echo de todo para no ir al dentista. Hasta se había inventado que tenía un malestar en el estómago. Ella era capaz de inventarse hasta para no ir que el póster la había dado una noche salvaje y no se podía mover. Vaya, lo que puede hacer un póster, asusta pero gusta.

Pero, más sabe tú madre que otra persona de ti sabía que lo del dolor de estómago era más falso que las chancletas Gucci del durakito de la esquina. Oye, oye ¿viste la nueva foto del durakito? Me escribió por Messenger para que le diera "Me gusta" en su foto. Se pone como picone.

Y ahora la chamaca estaba formando una perreta de niña de cuatro años queriéndose montar en los aparatos de Carlos III.

-Daniela, mijita estas muy grande para estar formando esto aquí. ¿No te da pena? -masculló muy molesta con algo de vergüenza la mamá de Daniela. Miraba a los lados para ver si alguien estaba mirando la perreta.

Daniela sólo intentaba soltarse de la mano de su madre. Su objetivo era huir y comprarse una pizza con queso Caribe.

A todo el mundo le ha gustado la oferta.

-No, no me da vergüenza porque en ningún momento quise venir al dentista -respondió sin dejar de soltarse. La puerta se veía tan cerca.

Elisa, la mamá de Daniela contó hasta mil para no darle un nalgaton

-Mira Dany, ¿tú no quieres tener los dientes bonitos para tus chinos?

Coño, tremendo as bajo la manga sacó. Vieron, las madres saben.