Relapse ★ Bucky Barnes

La ignorancia es grata

Marlena se sentó ociosamente en su asiento, con la mirada fija en la ventana. Todo lo que podía ver debajo era la neblina blanca de las nubes, así como el azul profundo del Océano Atlántico de vez en cuando. El viaje en avión a Londres había sido relativamente tranquilo y, aun así, quedaban unas cinco horas. Steve y Marlena estaban tan profundamente atrapados en sus propias mentes y emociones que les resultó difícil iniciar una conversación. Si Sam hubiera estado presente, entablar conversación habría sido bastante sencillo, pero había optado por un vuelo posterior al Reino Unido, por lo que los dos contaban con la presencia del otro para mantenerse cuerdos.

El casi silencio del viaje en avión le había dado a la mente de Marlena una oportunidad más que suficiente para aventurarse hacia Bucky, que era un tema que había estado tratando desesperadamente de evitar durante el último mes. Con el único con el que habló sobre eso fue Steve, pero había pasado más de una semana desde la última vez que le habló de Bucky.

Marlena extrañaba a Bucky; extrañaba tanto a Bucky que le dolía físicamente. Su partida, además de perder a su madre y el incidente de Lagos, había destrozado por completo lo que quedaba de su corazón ya roto. Ella era una persona completamente diferente ahora de lo que era cuando estaba con Bucky, y eso fue algo que el equipo (principalmente Steve y Wanda) notó de inmediato.

Incluso después de la muerte de su madre, Marlena se las arregló para encontrar la energía para bromear con todos; se podía ver el quebrantamiento en sus ojos color avellana, pero aún se podía ver un pequeño rayo de esperanza y luz.

Ahora que Bucky se había ido, Marlena era simplemente un caparazón de la persona que solía ser. No había luz en sus ojos, ni había ningún signo de esperanza, aunque intentó fingir ambas cosas. Estaba más callada de lo que solía ser y se abstuvo de hablar a menos que fuera absolutamente necesario. Su mente estaba tan confundida que nunca pudo encontrar las palabras para decir. Aparte de Mason, los únicos dos con los que había tenido una conversación decente durante el último mes habían sido Steve y Wanda. Amaba a todos los Vengadores, pero Steve y Wanda le eran familiares de maneras que ni siquiera ella podía entender. Eran los más cercanos a Bucky del grupo, y fue por eso que Marlena se las arregló para encontrar incluso la más mínima pizca de consuelo en ellos, especialmente Steve.

Sin embargo, las razones de Bucky para irse habían causado una gran confusión dentro de Marlena. Ella entendió por qué lo hizo, pero aún así no pudo evitar odiar que lo hubiera hecho en primer lugar. Marlena podía cuidar de sí misma, lo había demostrado en múltiples ocasiones, sin embargo, él se fue para protegerla a ella ya todos los que lo rodeaban.

Su partida hizo que Marlena se sintiera fracasada. Después de pasar tanto tiempo tratando de ayudarlo a encontrarse a sí mismo de nuevo, solo había recaído, y era culpa de ella. Si se hubiera quedado con él en lugar de ir a Lagos, si se hubiera sacado la cabeza egoísta de su trasero, Bucky todavía estaría con ella, y había muchas posibilidades de que los civiles que ella y Wanda habían matado todavía estuvieran cerca también. Había dejado que su ira por Rumlow la cegara, y por eso había permitido que su mayor temor se hiciera realidad: había perdido a Bucky por Winter, y no estaba segura de cuándo o si alguna vez lo recuperaría.

Steve se movió al lado de Marlena y la sacó de sus pensamientos y ella lo miró. Su cabeza estaba presionada contra el respaldo del asiento y su agarre en el reposabrazos del asiento era tan fuerte que la parte blanca de sus nudillos comenzó a sobresalir. Marlena no necesitó mirar en su mente para saber que algo andaba mal.

-¿Estás bien, Steve?-.Marlena le preguntó, aunque sabía cuál sería la respuesta.

-Podría estar mejor-, dijo en voz baja, mirándola. -Me alegro de que estés aquí conmigo, de lo contrario, estaría bajando lentamente en espiral-.