Sensación de traición

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El quinjet estuvo silencioso en su mayor parte. Los tres ocupantes estaban más o menos reflexionando sobre los numerosos pensamientos que pasaban por sus cabezas, Marlena más que los dos hombres.

Se sentó en silencio en un rincón de la cabina, las rodillas contra el pecho y las uñas entre los dientes, nerviosa. Sus pensamientos y emociones la torturaban, casi hasta el punto de provocarle una migraña. Parecía que no podía pensar con claridad, ya que los acontecimientos del día habían dejado su mente en una neblina de niebla, una de la que parecía no poder encontrar la salida.

Todo lo que podía ver mientras estaba sentada en su asiento, mirando al vasto azul del cielo, era el rostro de Pietro. Aún le resultaba muy difícil comprender que él estaba vivo, pero lo estaba, y Marlena no podía negarlo. Sin embargo, no podía entender cómo Tony lo había traído de vuelta, cómo Tony lo había sanado. Pietro había muerto en Sokovia; Marlena nunca había estado tan segura de nada en su vida. Ella lo había visto pasar; había sentido que el dolor que sentía por sus heridas se disipaba hasta desaparecer; había sentido que el dolor consumía todos los aspectos de su cuerpo mientras la esencia misma de su mente, de su ser, fue arrancada lentamente.

Ahora, mientras Marlena se sentaba, mientras la desgarradora revelación de la vitalidad de Pietro comenzaba a encontrar su hogar dentro de su mente confusa, se sintió cada vez más enojada. Había pasado un año creyendo que Pietro estaba muerto; había pasado un año viviendo en constante dolor y arrepentimiento por el hecho de que no pudo salvarlo, cuando en realidad no había necesitado salvarlo en absoluto. Había pasado un año culpándose a sí misma por la muerte de Pietro, a pesar de que Wanda le aseguraba a diario que no era Marlena quien tenía la culpa, sino Ultron.

Tony Stark lo sabía; sabía lo profundo que se había permitido hundir Marlena. Observó su caída emocional durante un año cuando supo que la razón de la misma era que se mantuviera en un lugar que solo él conocía. Tony le había permitido a Marlena creer que su primo estaba muerto; él le había permitido creer que ella había fallado en su intento de salvarlo, y al hacerlo, dejó que la culpa la consumiera, dejó que el arrepentimiento la consumiera y que el dolor la consumiera. Tony podría haberlo prevenido simplemente hablándole de Pietro, pero no lo hizo, y por eso Marlena estaba lívida. Ella no entendía cómo alguien podía ocultar una información tan crucial a la persona que decía ver como su hija.

Marlena cerró los ojos con fuerza en un intento por evitar que las lágrimas se le escaparan. Se sintió tan enojada, tan traicionada; una de las personas más importantes de su vida le había mentido y no estaba segura de cómo se suponía que debía manejarlo. Quería pelear con Tony, quería golpear su grueso cráneo contra una pared para hacerle sentir el dolor que había sentido por la muerte de Pietro, pero también quería abrazarlo y agradecerle por salvar la vida de Pietro, aunque la primera vez. La opción parecía tener más sentido para ella.

-¿Marlena?-.Sonó la voz de Bucky.

Abrió los ojos para mirarlo, una sola lágrima cayendo de su mejilla derecha antes de apartarla.      -¿Qué?-.

-¿Estás bien?-.preguntó con el ceño fruncido. No podía empezar a entender por qué estaba tan alterada. Él asumió que era por la pelea, pero el dolor en sus ojos parecía no tener relación alguna con el incidente. Independientemente de lo que fuera que la estaba molestando, Bucky odiaba la mera visión de ver sus hermosos ojos tan llenos de tristeza.

Marlena olisqueó y se secó la cara de nuevo, aunque mientras continuaba pensando en la situación, más y más lágrimas amenazaban con caer de sus ojos. -No, no estoy bien-.

-¿Qué pasa?-.Steve preguntó desde su lugar en el asiento del piloto. -¿Es la pelea?-.

Marlena miró a Steve con recelo, preguntándose si había sabido o no de Pietro. Seguramente él se lo habría dicho, ¿verdad? -¿Lo sabías, Steve?-.

Relapse ★ Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora