Relapse ★ Bucky Barnes

Un ultimátum

Decir que Marlena y Wanda estaban exhaustas era quedarse corto. Las dos solo se habían ocupado de los tres hijos de Clint dos veces antes, pero incluso ahora sabían lo pocos que podían ser, especialmente Cooper y Lila. Los dos eran tan bulliciosos, que estaba lejos de la palabra que Marlena y Wanda habrían usado para describirlos cuando llegaron por primera vez. Nathan, que debería haber representado una amenaza mayor para la cordura de las chicas, estaba tranquilo en comparación con Cooper y Lila, y había pasado la mayor parte del día arrojándole objetos a Wanda, tirando de los cabellos de ella y de Marlena, escupiendo en sus ropas y gritando.

Marlena dejó escapar un suspiro exasperado y se dejó caer en el sofá, cerrando los ojos mientras apoyaba la cabeza contra el apoyabrazos. Todavía podía escuchar a Cooper y Lila corriendo por las escaleras, así como a Wanda gritándoles que se calmaran mientras atendía a un Nathan que gritaba. Bucky, siendo el humano inteligente que era, se había encerrado en la habitación de Marlena para mantener a los niños alejados de él, y al hacerlo, también había encerrado a Marlena. No quería tomar parte en el desastre que estaba ocurriendo a menos que fuera un desastre representado por sus propios hijos, que estaba seguro de que no aparecerían durante unos años más o menos.

Los pasos de Cooper y Lila solo parecían acercarse más y más, así como más y más fuertes, lo que empeoraba el dolor de cabeza por estrés que Marlena ya estaba sufriendo. Durante las últimas tres horas habían estado corriendo, acosando a Marlena y Wanda de formas que no parecían posibles para una niña de seis y nueve años. Habían comenzado una pelea de harina con Wanda antes después de preguntarle muy amablemente si les ayudaría a hacer galletas como lo hacía su mamá; habían decidido usar la pintura para dedos que Laura le había comprado a Lila para tirarles a las chicas, lo que siempre terminaba en que Wanda y Marlena se protegían con sus escudos de energía, que luego respaldaban el acto de tirarles objetos muy aleatorios a las dos solo para verlas usando sus habilidades. Levi había tenido razón desde el principio: Cooper y Lila eran niños diabólicos, sólo que hacían el papel de ángeles cuando sus padres estaban cerca. Sin embargo, parecía como si los dos estuvieran siendo más diabólicos en esta ronda.

-¡Marlena!-.Lila exclamó, provocando un gemido de la chica. -Cooper rompió el grifo de la bañera en el baño de arriba. Hay agua por todas partes-.

Marlena abrió los ojos y miró a los dos niños que estaban a su lado con las cejas arqueadas. -Si esto es una broma estúpida, voy a colgarlos a ambos de las ventanas de su habitación, donde se quedarán hasta que sus padres vuelvan a casa-.

Cooper dejó escapar un suspiro y agarró a Marlena por la muñeca en un intento de sacarla del sofá. -Ella no está mintiendo, pero te juro que no era mi intención-.

-¡Marlena!-.Wanda llamó desde arriba. -Hay una situación, ¡una muy húmeda!-.

Marlena soltó un gemido y se levantó del sofá, sin perder el tiempo en correr escaleras arriba. Corrió por el pasillo, casi resbalando y cayendo en el pequeño charco de agua que se escapaba lentamente del baño al final del pasillo. Wanda estaba fuera de la puerta cerrada, sosteniendo a Nathan con fuerza en sus brazos. Miró a Marlena con los ojos muy abiertos y dejó escapar un suspiro, mientras Marlena se acercaba a la puerta, ya agravada porque sus calcetines estaban mojados.

-Estos demonios hacen que nunca quiera tener hijos-,refunfuñó Marlena mientras abría la puerta del baño.

Casi de inmediato, se encontró con una visión horrible, una que seguramente enfurecería a Clint y definitivamente a Laura. La bañera estaba llena de agua, empapando todo a su paso. La manija del agua fría estaba rota, lo que probablemente fue la razón por la que Cooper y Lila no pudieron cerrar el agua en primer lugar. Marlena dudaba que fuera capaz de hacerlo, pero tendría que intentarlo.