Capitulo 37 - Jugando en la oscuridad.

2.7K 268 189
                                    


Nisha.

Gruñidos.

Maldiciones

Jadeos.

Es todo lo que se escucha en la habitación, mientras mis caderas se restriegan sobre la erección de Dark. Sus manos intentan detenerme pero solo consigue aprisionarme más contra sí mismo. Separo nuestras bocas y lo veo con una sonrisa en los labios. Su ceño esta fruncido y sus ojos irradian deseo pero también ira y una muy grande.

— Quita...— espeta dándome un empujón y tumbadme sobre la cama.

Rio a carcajadas mientras ruedo por la cama y él se levanta como si las sabanas suaves le quemaran la piel.

— ¿Disfrutas con todo esto no? — me espeta y yo solo puedo reír porque en serio me encanta su frustración.

— No tienes idea...— respondo colocándome de lado y apoyando mi cabeza sobre mi mano mientras lo veo andar de un lado al otro.

Mis ojos se desplazan hasta su entrepierna donde su miembro me avisa que está a reventar.

— Eso debe doler...— comento coqueta señalando su pantalón, haciendo que se detenga de golpe y me asesine con la mirada — que aburrido eres Dark, en serio creí que te gustaría divertirte conmigo...— hago un puchero y el cierra los ojos y niega con su cabeza.

— ¿Quieres divertirte? — pregunta de pronto llamando mi atención.

Una de mis cejas se eleva y lo observo expectante y con absoluto interés. De pronto su expresión se suaviza un poco y sus labios dibujan una sonrisa malvada que me eriza la piel, su mirada se ha vuelto fría y su cuerpo aunque sigue tenso ya no parece temblar como hace unos segundos. Camina hasta mí y se coloca en el borde de la cama, sus manos van a sus bolsillos y me desafía con la mirada.

— Te olvidas demasiado pronto que no suelo jugar como lo hacen los simples mortales — comenta con arrogancia haciendo que mi ceño se frunza — ¿sabes quién es Cerberos? — pregunta de pronto y sonrió.

— Obvio, el perro de tres cabezas que custodia las puertas del infierno...— respondo con obviedad.

Su sonrisa se ensancha y asiente.

— Si recuerdas que el griego estaba en su compañía ¿no? digamos que me pongo creativo y hago que una de sus cabezas arranque la suya...— mi cuerpo se tensa con la mención de Zarek y de inmediato me arrodillo sobre la cama y gateo hasta él.

Sus ojos me siguen con atención y su sonrisa se ensancha cuando me acomodo delante de él, apenas y nos separan unos centímetros.

— Deja de amenazarme con Zarek si quisieras hacerle algo ya lo habrías hecho...— le suelto entre dientes.

Odio que lo use o que lo amenace para controlarme.

— ¿Que te hace pensar que ya no lo he hecho? — esas palabras me alertan.

— ¿Qué?

— El griego tiene una semana en terapia intensiva...— deja caer de lo más casual, como si no llevara los días contados.

Sus ojos siguen fijos en mí antes de moverse y alcanzar mi oído, su nariz se desplaza por la piel de mi mejilla en el proceso y luego lo escucho inhalar justo debajo del lóbulo de mi oreja haciendo que cada jodido poro de mi piel reaccione.

— El griego tiene un pie en el infierno...— susurra — porque así yo lo dispongo, solo tengo que ordenar que se aumente un poco la dosis del sedante y αντίο ελληνικά —adiós griego— mi cuerpo se tensa y abro los ojos como platos, no solo sorprendida de sus palabras sino también del perfecto griego que acaba de salir de sus labios.

Darkness II ©️ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora