Capítulo 24 - Astucia

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Griffin.

Ubicación: Europa Central.

(Presente)

Camino de un lado al otro sintiendo la frustración y la ira recorrer mis venas. No hay forma ni manera de drenarlo, no hay forma ni manera en que pueda saciarme de estas malditas ganas que tengo. Me giro una vez más sobre mí mismo y observo a la mujer sobre mi cama.

Su cabello negro, su cuerpo esbelto, su tersa piel que ahora luce las marcas de mis caricias, las cuerdas que la atan y la mantienen en su lugar, sus parpados cubriendo esos ojos que anhelo y deseo ver con tanto fervor, pero sigue dormir y el verla así solo aumenta el nivel de cabreo y termino soltando un grito.

— Señor...— entra uno de los putos rusos que supuestamente me sirven.

— Habla...— le espeto sin dejar de moverme de un lado al otro.

— El señor Vitaly esta aquí...— en cuanto escucho el puto nombre mi cuerpo se tensa.

— ¿Qué haces ese imbécil aquí? — el ruso tensa su mandíbula ante el insulto hacia su jefe pero me importa una mierda.

— Griffin...— la voz de Vitaly se escucha en mi habitación y rasco mi cabeza con el cañón de mi arma tratando de controlarme.

Odio estas putas visitas, odio su jodida forma de andar, odio ese maldito porte refinado y elegante que trata de llevar. El hijo de puta ni estilo tiene y solo quiere aparentar que tiene clase.

— ¿Qué mierda quieres? — le espeto sin dejar de moverme.

El tener al líder la mafia rusa aquí aumenta mi nivel de ansiedad, de ira y de frustración. Me siento como un maldito prisionero suyo y soy el puto líder de la mafia italiana, la puta mafia más poderosa en el mundo.

— Te sugiero que cuides tu tono y la forma en que me hablas...— comenta con arrogancia, me giro para ver al imbécil y lo asesino con la mirada.

Camino por mi habitación obligándome a no prestarle atención al sujeto, pero este se fija en la mujer que yace atada a mi cama, para luego dedicarme una mirada hostil, me tenso.

— ¿En serio tienes que tenerlas como si fueran animales? — pregunta mirándome con repugnancia.

— Es mi maldito asunto, ¿Qué coño quieres?

— Él se comunicó conmigo, te moverán...— comenta sonriendo con burla.

— ¿Qué mierda estas diciendo? — le espeto caminando hacia él, sintiendo que mi paciencia llega a su límite y que estoy a nada de volar cabezas.

— ¿La poca inteligencia que creo que tienes no te permite tampoco escucharme o si quiera entenderme? — mi cuerpo empieza a temblar ante sus palabras, la ira es demasiada.

Levanto el arma y le apunto con esta, su sonrisa se ensancha mientras ladea ligeramente el rostro.

— ¿Seguro que quieres hacer eso? — En el instante que pregunta, siento el metal frio de un cañón en mi nuca — tira del gatillo maldito italiano, vamos...— me ínsita en tono burlón.

Mi dedo se tensa sobre el gatillo y dudo una fracción de segundo, el tiempo necesario para que la chica en la cama se remueva llamando mi atención. Mis ojos se posan en ella y sonrío, sonrío con ganas al ver sus preciosos ojos verdes abrirse finalmente. Bajo el arma y camino hacia ella embelesado, regocijándome en su despertar, sus ojos se llenan de lágrimas al verme y el terror en su mirada me excita.

Darkness II ©️ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora