❁ Capítulo 55 ❁ (nuevo)

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—¿Por qué me ofreces esto?

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—¿Por qué me ofreces esto?

La sonrisa en el rostro de Megaira murió. Frunció el ceño, se volvió a sentar derecha y asintió.

—La honestidad siempre me ha parecido importante. —Se encogió de hombros—. Verás, dulce princesa, este trato nos beneficia a ambas. Al intentar comer tu alma, y tú envenenándome de esa manera tan desagradable; desagradable, desagradable, sin duda. —Hizo una mueca y sacó la lengua momentáneamente—. Y, al salvarme, nuestras almas quedaron por siempre unidas. ¡Unidas, relacionadas, permanentemente relacionadas! —Rio sin gracia—. Podrías matarme con tan sólo desearlo. Pero —Chasqueó la lengua y negó lentamente—, eso no sería divertido, ¿o sí? Terminarías en este mundo, varada por siglos venideros, con una carga innecesaria. La carga de gente a quienes no les debes nada. ¡Nada, nada! ¡Cuando podrías tenerlo todo, todo, absolutamente todo! La vida fabulosa que quieres, lejos de este mundo. Yo viva, tú feliz. ¿Qué no es eso más conveniente?

—¿Para que tú sigas aliada con Athanaric, matando inocentes y dejando que siga reinando de la peor manera posible? —espetó Nairi, su voz trémula cargada de rabia.

Megaira encogió un hombro.

—Daños colaterales.

—¿Daños colaterales? —preguntó Aurora, con el corazón dividido—. No dejaré que mis amigos sean daños colaterales.

La carcajada de Megaira se coló en su ser y caló sus huesos.

—¡Amigos! ¿Quienes no han hecho más que usarte? ¿O esa mujer a la que tanto amas que piensa huir a otro reino en cuanto vuelvan a Nestan?

Aurora observó a Nairi con el ceño fruncido. Esa mujer que, en su visión, había visto a su lado, a punto de casarse con ella, amándola como ella la amaba. Esa misma mujer iba a abandonarla.

Sintió su corazón doler, pero decidió que no importaba. Tenía que dejar sus sentimientos atrás y pensar con la cabeza fría.

—Sí, esos amigos...

—Amigos, amigos —interrumpió Megaira—. Los que iban a dejar morir a Nairi; los que sólo te mantuvieron porque servías. Por los que has trabajado y entrenado, día y noche. ¡Has dado todo, todo, todo por ellos! ¿Qué han hecho ellos por ti? ¡Nada! ¿Y ahora piensas perder la oportunidad de ser feliz por ellos? No entiendo si eres ingenua o es que sólo aprecias a quienes te desprecian. ¿Crees en la felicidad aquí? A ver cuándo te enteras, que ser bella no estrecha tus relaciones, y que la gente de pregona su buena relación, sólo buscan una manera de cometer traición. ¡Elige con sabiduría, princesa, o no te quejes cuando estés afligida!

Había demasiados pensamientos intentando cobrar protagonismo en su cabeza: Nairi, su huida; la gente en el campamento, sus amigos, su familia, su corazón triste y anhelante.

En su cabeza, la imagen de Zécat, en el suelo, muerta, y viva y gritando por su vida, era lo que más se repetía. La crueldad del rey. El miedo en los ojos de la mayoría de la gente que había conocido.

La guerrera durmiente: la maldición © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora