El camino de regreso había sido callado y casi incómodo. Nairi no sabía qué decir para consolarla, o cómo actuar para no empeorar la situación. Lo que sí sabía era que tuviera Aurora un plan o no, ella sí.
Lo había estado pensando desde que llegó al campamento. La Resistencia, desde sus orígenes, se convirtió en un refugio para la gente que no tenía a dónde ir. Sabía que Yamin le daría refugio a Aurora, comida, una comunidad y un techo bajo el cual vivir. Podía no ser la vida que Aurora quería, pero era una y, a fin de cuentas, era más de lo que tenía.
Entraron al campamento y Aurora se fue hacia la tienda sin decir nada. Nairi había notado lo rojo de su piel y la hinchazón de su cara, pero no se había atrevido a comentar al respecto.
Todavía le quedaba una cosa por hacer por ella: conseguirle una vida estable. Se dirigió al Centro y tocó la puerta abierta. Yamin levantó la mirada de un cuaderno en el que escribía y le sonrió.
—¿Cómo fue todo?
—Me temo que Aurora no podrá regresar a casa.
Había sido muy vaga al respecto. Les había dicho que necesitaba un hechizo, una pócima poderosa, pero jamás les dio demasiados detalles. Creían que era para hacer un portal —o algo así— hasta Polymnia, una nación del otro lado del mundo al que jamás podrían llegar por medios comunes: Skađi y sus Colonias o aliados se interponían.
Aurora lucía de por allá. Su piel pálida desencajaba bastante con los nestianos, así que no fue difícil de que les creyera.
—Vaya, lo siento.
—Es por eso que estoy aquí, para pedirte un último favor. —Yamin frunció el ceño—. Por favor, acepta a Aurora en el campamento.
Yamin se levantó de la silla en la que había estado sentado y caminó hacia ella.
—Nairi, no me ofendas. Ya sabes que esta es la casa de todos los que no tienen una. Es más que bienvenida. —Nairi asintió y abrió la boca para hablar, pero Yamin continuó—: Pero, por favor, quédate tú también.
Lo que temía. Que le pidieran que se quedara, que estuviera con ellos. No podía. Tenía un plan, una vida que quería vivir, lejos de la gente que tanto amaba y que tanto daño podían causarle. Su vida en Hebe sería solitaria pero con menos complicaciones, en un reino donde no se condenaba mantener una relación con alguien de su mismo sexo. Lo necesitaba, no porque quisiera buscarse una novia, sino porque quería sentir que no había nada malo con ella.
En el campamento se sentía así: aceptada y normal. Por eso necesitaba irse cuanto antes. Ese tipo de comodidad era muy peligrosa, dolorosa a largo plazo, incluso.
—No puedo, Yamin. El invierno se acerca y necesito seguir trabajando para ahorrar más dinero.
—¿Para qué? ¿Para al fin alimentarte bien? —bromeó Yamin, pero no parecía muy divertido con el asunto.
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La guerrera durmiente: la maldición © [TERMINADA]
Fantasia✨ Retelling de La Bella Durmiente, donde Aurora se salva a sí misma y es lesbiana ✨ Aurora vive encerrada en su castillo, condenada a casarse con un príncipe que desprecia y harta de sacrificar lo que ella quiere por reinar sobre personas...