❁ Capítulo 40 ❁ (nuevo)

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Aurora observó a Lanaia, apuntándole con la espada

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Aurora observó a Lanaia, apuntándole con la espada. Casi todo el campamento estaba ahí, expectantes, justo antes de que la pelea comenzara.

El duelo era: espadas y cuerpo a cuerpo. Aurora estaba preocupada.

Las espadas sonaron mientras chocaban unas contra las otras. Aurora daba pasos para adelante, para atrás, vueltas; se agachaba, brincaba, se subía en objetos y bajaba de ellos. Al final, terminó desarmando a Lanaia.

No tuvo demasiado tiempo para celebrar su victoria, porque Lanaia se abalanzó sobre ella y comenzó a ahorcarla sobre su regazo. Con los pies, Aurora se empujó para pararse un poco y se llevó a Lanaia con ella. Ambas se miraban a los ojos, fieras, mientras se mantenían en guardia sobre sus pies. Lanaia comenzó a tirarle puñetazos, Aurora los esquivó mientras se preparaba para tirar patadas. Le asestó una en las costillas, pero el siguiente intento de patada fue detenido, y Lanaia la tiró al suelo.

Intentaba mantenerla sujeta en el suelo subiéndose en ella y manteniendo la pierna de Aurora doblada sobre su cuerpo. Aurora hizo todo el esfuerzo que pudo hasta que, con la misma pierna que Lanaia dobló, Aurora la ahorcó. Rodó hasta que pudo aprisionar las caderas de su amiga por detrás y sus brazos se mantuvieron fijos alrededor de su cuello.

Y lo logró. Lanaia no podía salirse de su agarre.

Le dio dos golpecitos en el brazo, Aurora la soltó y todos aplaudieron. Ayudó a Lanaia a levantarse y se abrazaron.

—Sí que eres buena, ¿o no? —dijo Lanaia—. Felicidades.

—Gracias.

Caelina llegó con un pedazo de metal amarrado a un listón y se lo dio a Aurora enfrente de todos. Era su placa de Comandante.

—¡Gente! —gritó. Tomó la mano de Aurora y la alzó sobre su cabeza—. ¡Esta es su nueva comandante!

Todos comenzaron a vitorear y a gritar su nombre. Aurora jamás se había sentido más importante, querida o vista. Válida. Por primera vez en su vida, estaba haciendo algo bueno por la gente, ayudándola, y se sentía más importante que nunca.

 Por primera vez en su vida, estaba haciendo algo bueno por la gente, ayudándola, y se sentía más importante que nunca

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La guerrera durmiente: la maldición © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora