Aurora abrió los ojos de golpe e inhaló muy fuerte. Se sentó coçmo un resorte y se dio cuenta que estaba en su cama. Su cama, la de Eadburg. Parados a su lado, Julius y Felipe la observaban boquiabiertos.
—¿Aurora?
—¿Qué pasó? —cuestionó, observando alrededor. Se miró la ropa, un camisón de lino sencillo, limpio. No había sangre, no había heridas. No estaba Nairi.
—Iré a avisar —dijo Felipe y salió corriendo de la alcoba.
Julius se sentó en la cama, a un lado de Aurora, que lo observaba confundida.
—¿Nairi? ¿Dónde, cómo volví?
Se vio las manos y se toqueteó el pelo. Estaba largo, descubierto, era todo tan extraño. Se llevó la mano a la mejilla, donde Athanaric le había hecho una cortada minutos antes. La piel estaba tersa. En la herida del brazo, lo mismo.
—Está bien, Aurora, estás bien. Estás segura.
Le tomó la mano y Aurora la quitó de golpe.
—Necesito volver, Nairi creerá que estoy muerta. Debo irme —gritó e intentó salir de la cama, pero Julius la tomó de la mano, la jaló hacia él y la abrazó.
Se zafó del abrazo en cuanto pudo. Tenía cosas más importantes que hacer.
—Debo volver —insistió.
—¿A dónde, Aurora? —preguntó—. ¿De qué hablas? ¿Quién es Nairi? —Aurora no respondió. Se quedó sentada, intentando procesar toda la información y pensando en una manera de escapar de ahí. De huir, de volver.
Tendría que encontrar a Maléfica. Ella era la única que la podía ayudar.
—¿Todo este tiempo soñaste? —preguntó Julius ante el silencio de Aurora.
—No fue un sueño.
Cuando devolvió la mirada a su amigo, observó que lloraba. Sus ojos verde oscuro estaban empañados y lágrimas rodaban por su rostro. Aurora se sintió culpable por haber rechazado su abrazo y se acercó de nuevo a él. Lo rodeó con los brazos y apretó con fuerza. Luego despeinó su cabello café oscuro mientras se alejaba de él.
—Eh, estoy bien —le dijo. Le sonrió lo mejor que pudo, intentando hacer que dejara de llorar.
—Pensé que nunca ibas a despertar —contestó Julius entre sollozos. Aurora lo volvió a abrazar.
—Estoy bien. Ya desperté. Ya estoy en casa.
Las palabras supieron a mentira. Su casa estaba lejos de ahí, en otro mundo, y tenía un cabello café corto, unos ojos oscuros encantadores y una cicatriz que cruzaba sus labios.
Se preguntó si alguna vez, realmente, volvería a casa.
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La guerrera durmiente: la maldición © [TERMINADA]
Fantasía✨ Retelling de La Bella Durmiente, donde Aurora se salva a sí misma y es lesbiana ✨ Aurora vive encerrada en su castillo, condenada a casarse con un príncipe que desprecia y harta de sacrificar lo que ella quiere por reinar sobre personas...