—¿Algún otro requisito para la pócima? —cuestionó Nairi. Se sentó en el sillón, cansada emocionalmente, mientras Gyneth y Aurora permanecían paradas a su lado.
—Solo el Cáliz, el cristal y el polvo de hada. Y la luz del mediodía.
Aurora parecía alarmada. Abrió mucho los ojos y comenzó a negar con la cabeza.
—¿Solo puede ser al mediodía?
—Sí. Es una pócima con ingredientes muy poderosos, mi niña, así que me temo que necesito todo el poder que pueda —explicó Gyneth.
—Son las nueve de la mañana —dijo Aurora tras checar el reloj de la pared frente a ella—. No vamos a poder ir por ambos ingredientes y volver antes del mediodía.
—Exactamente. Por eso no lo haremos todo hoy —intervino Nairi—. Hoy podemos ir a ambos lugares, uno ahorita y otro en la tarde, y mañana venimos a hacer la pócima, pero no todo hoy mismo.
—¿Pero por qué? Quizá podemos dividirnos, tú a un lugar y yo al otro.
—Para empezar —dijo Nairi. Se paró del sillón y encaró a Aurora. Puso su cara lo más seria que pudo y entornó los ojos. Quería intimidarla—. Son dos lugares diferentes que no conoces. Se necesita tiempo para reconocer el terreno, hacer un plan y ejecutarlo. Haciendo ambas extracciones en un solo día ya es un riesgo, pero separarnos es una locura. Lo que me lleva a lo segundo: no tenemos idea de cuánto nos tardaremos en cada lugar, si tendremos que luchar o escapar. Su Alteza —susurró—, ¿cuándo fue la última vez que peleó contra alguien o corrió por su vida?
—¿Correr por mi vida?
—Si nos atrapan y arrestan, pagaremos con nuestra vida. Cada crímen, sin importar cuál es, se paga con la muerte. Así que dígame, Su Alteza, ¿qué tanta experiencia en la materia tiene?
Estaban demasiado cerca. Sin querer se había acercado tanto que ahora podía ver los diferentes matices de sus ojos azules: había zonas más oscuras que, aún así, resplandecían. Pero no dejó que su mirada inocente y asustada, preciosa, la distrajera. Quería intimidarla, y era curioso lo fácil que era lograrlo pese a que la tuviera que mirar hacia arriba.
Aurora rompió el contacto visual y dio un paso para atrás. Nairi sonrió de medio lado.
—¿Qué se tiene que enfrentar en cada lugar? —cuestionó Nairi. Gyneth sacó un pedazo de papel de un cajón a su derecha y lo llevó a una gran mesa rectangular cercana a la cocina, donde lo extendió y reveló un mapa de Nestan.
—En la Reserva —Señaló un lugar lleno de árboles cerca de la capital—, probablemente hay cerca de una veintena de guardias cuidando. Al menos eso es lo que había cuando me acerqué por última vez.
—¿Tan pocos? Es un gran terreno.
—Lo es, pero no necesitan más. En el lugar hay un dragón que cuida el lugar y a sus habitantes. Si se les escapa a ellos, el dragón los termina asesinando.
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La guerrera durmiente: la maldición © [TERMINADA]
Fantasía✨ Retelling de La Bella Durmiente, donde Aurora se salva a sí misma y es lesbiana ✨ Aurora vive encerrada en su castillo, condenada a casarse con un príncipe que desprecia y harta de sacrificar lo que ella quiere por reinar sobre personas...