Aurora conoció a quienes Nairi presentó como su familia. Todos la miraron con curiosidad, y ella apenas logró contestar algunas de sus preguntas con incomodidad. Todos se le acercaban mucho y querían saberlo todo de ella, en especial la tal Lanaia, que era más efusiva que los demás.
—Te llevaré a mi tienda —dijo Nairi.
La tomó de la mano y la dirigió fuera del Centro hasta las filas de tiendas al frente del campamento, cerca de la entrada por la que habían ingresado. Ahí, en la tercera fila, Nairi levantó las cortinas de la tienda y le señaló el interior. Entraron y se encontraron con las dos grandes mochilas que Nairi había estado cargando todo el tiempo desde que salieron de Shyama.
—Oh, Nairi. El caballo. Sí lo entregaste, ¿verdad?
—Claro. Los entregué ambos, sanos y salvos. Ahí hay un saco de dormir para ti —dijo y señaló a un lado de sus mochilas—. Descansa. Mañana iremos con Gyneth; conseguí el cristal, y un equipo robó el Cáliz hoy. Volverás a casa.
Aurora volvió a reprimir el impulso de abrazarla. Asintió y le sonrió, sus ojos llenándose de lágrimas. Evitó por completo la mención de sus antiguos planes contra el rey; después de todo, ahora tenía la oportunidad de huir. Claro, le costaría muchísimo olvidar los horrores que presenció, pero al final del día estaría tan lejos de él que poco importaría. Y, por supuesto, se iba tranquila sabiendo que había un movimiento que, tarde o temprano, terminaría con él.
—No tenías que ir por mí —dijo—, pero lo hiciste. Perdón por todas las molestias, pero muchísimas gracias. Te debo la vida.
Era bastante literal. Desposar al rey le había comprado un poco de tiempo, pero, una vez comenzó a hablar con Zilllah, no tardó en enterarse que el rey mataba a sus esposas después de que tenían a sus hijos. ¿Cuánto tiempo le quedaba? ¿Un año más? Le daba coraje que iba a morir sin hacer pagar al rey ni volver a su mundo, pero ahora tenía la oportunidad de volver a Eadburg y olvidarse que todo esto había pasado gracias a Nairi.
—No agradezcas y descansa. Mañana va a ser otro día pesado.
❁ ❁ ❁
El día siguiente lo comenzaron desde temprano. Nairi le llevó comida a la tienda, arreglaron los preparativos y pidieron prestado un caballo a Yamin, que se los dio sin preguntar demasiado. Llegaron a la gran cabaña de Gyneth antes de que dieran las once de la mañana.
—Mis niñas —exclamó Gyneth y las abrazó a ambas al mismo tiempo—. Pensé que ya no las volvería a ver. A ti en especial —dijo con la mirada fija en Aurora una vez que se separaron.
—Sanas y salvas —respondió Nairi.
Aurora le regaló una sonrisa y asintió.
—Gracias a ella. —Se sentó en una silla a su lado—. Si no hubiera decidido ayudarme, seguiría en el castillo, a punto de casarme.
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La guerrera durmiente: la maldición © [TERMINADA]
Fantasía✨ Retelling de La Bella Durmiente, donde Aurora se salva a sí misma y es lesbiana ✨ Aurora vive encerrada en su castillo, condenada a casarse con un príncipe que desprecia y harta de sacrificar lo que ella quiere por reinar sobre personas...