La guerrera durmiente: la maldición © [TERMINADA]

❁ Capítulo 58 ❁ (nuevo)

—Déjame ver si entendí: ¿quieres ir a matar a Athanaric sola? —Caelina, con la mandíbula en el suelo, llevaba incrédula casi cinco minutos. Ahora que por fin había hablado, Aurora se acobardó por un segundo. Si ella creía que era una locura, quizá sería mejor abandonar el plan y conseguirse uno mejor.

Pero no podía quitarse la idea de la cabeza, así que decidió defenderla un poco más antes de darse por vencida. Era su última oportunidad: lo había arriesgado todo al decidir contarle a Caelina. Si aceptaba y la ayudaba, todo estaría bien; sin embargo, si lo consideraba una locura sin pies ni cabeza, le iría a contar a los demás Líderes y la detendrían.

—Sé que no es un plan perfecto. Sigo afinando detalles, así que entiendo que ahora parezca una locura. Pero esperaba que no fuera sola sola, sino sola con tu ayuda —dijo al fin.

Caelina cerró la boca y alzó ambas cejas.

—¿Por qué haría eso?

Aurora había esperado un «¿por qué carajo haría eso?» pero, al no recibirlo, se llenó de esperanza.

—Porque oí lo que tu padre dijo. Quiere que te conviertas en la heroína que él tenía en mente cuando te entrenó, y yo necesito ayuda. ¿No sería un buen trato, para las dos?

Caelina ladeó la cabeza con una sonrisa débil en el rostro y asintió.

—Pero sigo sin entender, ¿por qué quieres hacer algo tan peligroso? Dices que quieres salvar vidas, y eso lo entiendo, pero estamos en guerra, Aurora. La gente muere. Y no sólo eso, sino que no los puedes salvar a todos.

Lo sabía, lo entendía, pero quería hacerlo. Quería intentarlo. Si fracasaba, lo peor que podía pasar era que la gente que ya estaba planeada para morir muriera de todas formas. Sin embargo, si tenía éxito, salvaría al menos un par de decenas de vidas. Y eso lo valía.

—Ya me lo han dicho. Está bien, pero, ¿qué clase de líder seré si no sigo mis instintos, si no hago todo lo posible por ayudar a la gente que intento liderar?

Caelina suspiró y asintió.

—Es noble de tu parte. —Se talló la cara, ahora hinchada pero no húmeda e inhaló de golpe—. Sigo creyendo que no es la mejor de tus ideas, pero también que no tenemos demasiado que perder. —Se encogió de hombros—. Está bien, lo intentaré. Y más le vale a mi padre estar orgulloso de mí, o le juro a Crius que...

Aurora la abrazó. Estaba muy decidida a llevar a cabo su plan, con o sin la ayuda de nadie, pero tener a alguien de su lado, y a alguien con la trayectoria de Caelina, era reconfortante.

Quizá no estuviera tan loca como creía.

❁ ❁ ❁

La noche anterior a la gran batalla, Aurora temblaba. Cada centímetro de su piel le escocía sin razón aparente. Caelina había sido honesta: era probable que no sobreviviera. Y lo entendía, lo asumía y estaba dispuesta a arriesgarse.