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FINALES DE NOVIEMBRE
—¿Ya has escrito tus votos, no?
—¿Mis qué?— Bien mi cabeza no estaba aquí. Mal momento para estar distraído, mal momento Noah.
—Tío los votos, las palabras de amor que le dices a tu esposa antes de poner un maldito anillo en su dedo. ¿No los has hecho?— Y Michael no parecía estar de mucho humor para tolerarme, genial. Hubiese hecho esto por lo civil con Emilia en secreto y me hubiese ahorrado todo este drama —, Te lo dije anoche antes de irme a la cama. Te dije Noah, no olvides tus malditos votos.
—Tenias que habérmelo grabado con sangre porque lo he olvidado hermano— Aprieto la corbata sobre mi cuello viéndome en el reflejo de la ventana pero rápidamente me arrepiento. Muy apretado pana, no te vayas a suicidar —, Además, ¿te has dado cuenta de que traigo la cabeza de adorno estos últimos días? No estoy en mis cinco sentidos, deberías haber sabido de que lo iba a olvidar.
—¿Sigues dudándolo?
—Hasta el último segundo lo haré, Mike. Hasta el último segundo— La puerta se abre y por ella, cruza mi padre luciendo su perfecto smoking gris que iba a juego con el mío —, Pero no hablaremos de eso.
Murmuro y asiente. Carraspea su garganta, se da la vuelta y de manera muy cordial, casi fingida, saluda a Cristo.
—Pero que elegante te ves hoy Cristo— Su sonrisa no es correspondida y en cambio, se gana una mirada seria de papá junto con su dedo índice acusándole.
—Ni creas que me he olvidado de lo que me hiciste Michael. Tú no consigues saludarme con esa sonrisa.
—¿Lo que te hi— Guarda silencio y divaga. De repente parece caer en cuenta y tímido, quita toda expresión amable de su cara y la remplaza por una de miedo sutil—, Oh, lo de las carpetas de Donald.
Sus ojos ven a mí desesperado y entonces traga en seco.
—Es importante que sepas que todo eso fue idea de Noah, eh.
—No seas pendejo Michael— Se encoge de hombros y abre los ojos como platos, señala a papá con señas sutiles por lo bajito luciendo como todo un cachorro tembloroso intimidado y en respuesta, Cristo refunfuña desinteresado y pone los ojos en blanco desacreditándole.
Sin musitar mayor palabra, se quita entonces la chaqueta de sus hombros con propiedad y la lanza encima de la cama del cuarto del hotel, se acerca hasta el whisky y saca una copa para servirse en ella sin ofrecernos una de paso.
Muy propio de él.
—¿Sabes hijo? Creo que hasta el día de hoy no había tomado enserio todo el jueguito este de tu matrimonio— Alza la copa hasta sus labios y le da un sorbo. Se da la vuelta y con el vaso entre las manos, me señala —, Pero te la has rifado, enserio llevaste esto lejos.
—¿Y eso que significa, exactamente? Papá.
Cruzo los brazos sobre mi pecho y le miro expectante, sin mucha confianza en él.
—Que me has sorprendido, Noah. No sé si esto que siento en el pecho es exactamente orgullo pero sin duda alguna estoy sorprendido— Sonríe pero no logro discernir si es irónico, aunque viniendo de él era lo que me esperaba —, Y de hecho para completar la celebración, es necesario que sepas que más de la mitad del comité se ha comprometido a votar por ti en la asamblea el mes que viene. Así que felicidades campeón, eres el nuevo vicepresidente de Industrias Von Housen.
—¿Cómo dices?— La piel se me empalidece, la muñeca de repente empieza a picarme demasiado y siento una parte de mi alma escapárseme del pecho ligeramente.
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Matrimonio a la renta
RomantizmEmilia Moore se ha quedado sin plaza en donde vivir, no tiene un buen salario para costear un apartamento ella sola y si no consigue plaza pronto, tendrá que regresar a su pequeña ciudad renunciando a su beca. Noah Von Housen lo tiene todo, el din...