Matrimonio a la renta

25.

Es viernes y aquí estoy, ÁM E N ME.

Ámenme no sólo porque aquí estoy un viernes, ámenme por este capítulo que yo sé que les va a encantar.

LEAN HASTA EL FINAL BEBÉS, y no se mueran de un infarto. Besos. Voten.
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Cuánto deseaba que el chico de al lado dejase de chocar su lápiz contra el pupitre. Me estaba trayendo loca durante los últimos quince minutos distrayendo toda mi atención de Edén y su clase del demonio sobre hipótesis econométricas.

—Entonces las hipótesis de homocedasticidad e incorrelación son dos hipótesis matemáticas muy importantes que van a tener que grabar en su cerebro con sangre de vampiro para que nunca se les marche. La diferencia de ambas hipótesis con la de esperanza nula, es que estas pueden verse matricialmente a través una única hipótesis que por lógica podríamos deducir que se trata de...

Sigue golpeando su lápiz; cuatro veces luego se detiene y vuelve a empezar, dando siempre cuatro toques como si tuviese en su mente plasmada alguna melodía que no podía parar de taladrar contra el pupitre.

Respira, exhala, no puedes llamar la atención justo ahora.

—Venga pero es de lógica. Llevo la última hora hablando de ello— A la vista de que nadie ha respondido, la maestra insiste mirándonos a todos con decepción. Sus ojos entonces se posan peligrosamente en mí y cuando levanta su dedo índice en mi dirección el torrente sanguíneo se me congela —, Tú, la que parece listilla responde.

El aire se pone entonces pesado, todos a mi alrededor giran sus cabezas posando toda su atención en mí e inevitablemente me pongo más nerviosa. Como muñeca Tiki de tablero de taxi, mi cabeza empieza a viajar en repetidas ocasiones entre mi libreta y el tablero como si eso fuese a desatorar mis conexiones cerebrales a pesar de la intensa mirada de Murphy.

—Sabes la respuesta— Murmura Blake con disimulo en mi dirección y efectivamente conocía la respuesta pero mi temeroso espíritu no me permitía abrir la boca.

—Eh guapo. ¿Quieres responder tú?— La sutileza no fue la suficiente, Edén termina llamándole la atención y luego de varios segundos más de silencio tortuoso exhala frustrada —, Bien creo que me he equivocado de listilla, ya pueden dejar todos sus caras de oseznos sin madre porque vamos a continuar pero aún así, de mí no sabrán la respuesta.

La imponente mujer vuelve a dar vuelta a su cuerpo y retoma su oratoria sobre las hipótesis matemáticas de la econometría devolviéndonos a todos el alma al cuerpo sin embargo, me había quedado un sin sabor en la boca que me hacía sentir inútil.

Conocías la respuesta Emilia tonta.

—¿Estás bien?— Vuelve a susurrar Blake a mi lado pero mi cabeza en este momento estaba concentrada en mi interior, dándole vueltas a la respuesta una y otra vez como si eso fuese a sacarla de mí —, Memi.

Veo los labios de Edén Murphy moverse en cámara lenta hablando sobre estadísticas y estimaciones que mi cerebro no está procesando. Solamente un par de palabras estaban taladrando mi cabeza y si no lo sacaba de dentro de mí, no podría dejar de sentirme tan imbécil como lo estaba haciendo justo ahora.

—Hipótesis de Épsilon— Digo alto, audible para todos e interrumpiendo a la maestra con una osadía que nunca hubiese pensado tener.