Matrimonio a la renta

8.

Noah's POV

Desde la visita a la cafetería se me era imposible sacarme la sonrisa de mi cara. La tenía tan impregnada que a veces lucía estúpido riendo sólo al interior de mi auto mientras esperaba el cambio de semáforo. Sin embargo, no podía evitarlo pues me sentía feliz tal vez como hacía mucho tiempo no me sentía.

Si bien todavía me quedaba por delante todo un plan que maquinar, con la cooperación de Emilia sentía que tenía la mitad del camino ya recorrido. Conocía a la perfección lo que mis padres consumían de otras personas: Belleza y modales, para mi suerte Emilia ya era todo eso.

Con una compañía así a mi lado, le ponía la competencia a Harry un poco más equilibrada. La desabrida novia de mi hermano no llamaba mucho la atención en la familia, así que con confianza podía afirmar que Emilia se llevaría todas las buenas impresiones apenas le conocieran.

—No te lo creo viejo, ¿acepto tan pronto?— Pregunta Michael, haciendo resonar su voz a través del Bluetooth del auto —Eso sí que no lo vi venir. ¿Cómo lo has logrado?

Palmeo mis manos en contra del volante, emocionado por contarle cada detalle de la historia.

—Me conseguí la dirección de la cafetería. Fui me comporté como un caballero, le imploré que me ayudara mientras le miraba con ojos de cachorro y finalmente accedió— Respondo, sin mencionar el pequeño detalle de los seis mil euros. No me interesaba hacerle conocer a mi amigo que por primera vez en mi vida una chica no había accedido a mis peticiones sin mayor requerimiento —Es todo. Se me ha solucionado la vida hermano, estoy de vuelta en el camino.

Michael ríe al otro lado de la línea al escucharme, da un suspiro largo y me replica.

—Pues me alegra mucho que estés tan feliz Noah, pero puedo imaginarme que no le has comentado la otra parte del acuerdo— Recuerda, apaciguando mi felicidad espontánea.

—¿Por qué siempre tienes que ser tan mala leche? — Le cuestiono recordando la gran parte que le había omitido a Emilia de mi historia —Pues no, no sé lo he comentado y no lo haré por un tiempo así que tú cierra la boca.

—Te estoy aterrizando Noah. Los planes no son sólo para escribirlos si no para ejecutarlos. Dime entonces cómo planeas hacer que la chica se case contigo en seis meses sin que la prepares para el notición— Me cuestiona — ¿Se lo vas a soltar un día de repente y ya está?

Me quedo en silencio unos segundos, pensando en las repercusiones que ocultarle esto tendría en un futuro.

—Si se lo digo ahora saldrá corriendo de mi vista Mike. Viviendo juntos la dinámica cambia, me apreciará más en unos meses, nos llevaremos mejor y entonces cuando eso pase se lo propondré— Contesto, confiado de que mi plan siguiese funcionando como lo estaba haciendo hasta ahora —Además, tengo un pequeño sentimiento de que la chica no es inmune a mis encantos.

Digo recordando como esos ojos verdosos se habían quedado estampados sobre mí desde el primer momento en el que me había visto en ese ascensor. Menciono, avivando en mi memoria como Emilia me había regresado mis miradas lascivas en el apartamento sin mencionar además, cómo su delicado cuerpo se había tensionado con apenas tocarle el rostro.

Si me lo proponía, la chica terminaría colada por mí en un mes sin problema.

—Si no quieres que todo este acto de la novia falsa se acabe en unos dos meses, amárrate el huevo Noah y aléjate de la chica.

—¿Me lo estás ordenando o qué? ¿Acaso te gustó y no me di cuenta?— Le pregunto divertido, pero se niega.

—Lo digo porque lo tuyo no es la monogamia. Te pones a tontear con la chica, ella se ilusiona contigo y entonces se da cuenta de que eres un pendejo. ¿Qué crees que sucede después?