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Hola mis niñas ❤️

Ya casi nos acercamos al final, esto es una cosa de locos. No puedo creer que estemos tan cerca.

Quiero agradecerles a todas las personas que se han tomado el tiempo de comentar y votar, aunque no respondo de una siempre procuro en hacerlo.

Y sólo me queda decirles gracias.

Por cierto, ANUNCIO MEGA IMPORTANTE;

Luego de esta historia, llega un segundo bebé a este perfil que se llamará: "SOBRE EL RING"

Si buscan entre mis historias la encontrarán, para que se familiaricen con el prólogo y con el primer capítulo de esta nueva aventura 😻.

El lanzamiento será el 30 de Noviembre, así que añádanme a sus listas de lectura, a sus bibliotecas y demás si les gusta mi manera de escribir.

Les juro que va a estar buenísima.

De nuevo, gracias ❤️.

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Aprietan mi corsé, ponen el último adorno sobre mi cabeza asegurando mi peinado y con un último brochazo de rubor sobre mi mejilla, la encargada de todo mi styling me toma por lo hombros, acomoda nuestros cuerpos frente al espejo y sonriéndome ampliamente, susurra a mi oído un:—Quedaste preciosa.

Con orgullo que desborda y que le hace a mis piernas flaquear de sólo recordar que ya era hora de partir, más que por el hecho de que justo ahora lucía como una princesa de cuento de hadas Victoriano.

—No bebas nada de sodas bonita, o comidas muy pesadas si no el corsé te matará— Me advierte carismática ignorando el torbellino de emociones que se desataban en mi interior mientras acomodaba unos últimos cabellos sobre mis hombros. Aunque mi silencio profundo debía de serle señal de algo —, ¿Quieres que le avisemos a Noah que ya estás lista?

Menciona su nombre y por reflejo natural niego con mi cabeza, angustiada.

—No, él no— Intento responder un firme «Él no sabe que estoy aquí», pero antes de poder delatarme con la encantadora mujer, la puerta de la habitación es abierta y por ella entran unos cabellos rubios que me traían atormentada desde hacía ya un buen tiempo, luciendo un traje formal a juego con la ocasión y que por tradición, se hacía llamar Michael.

—Emilia— Ve a mí, me da un repaso de arriba a abajo y con ambas manos en los bolsillos de su traje, sonríe de medio lado orgulloso —, Entonces sí viniste.

—No lo hice por ti, lo hice porque Lorelei me lo pidió— No saludo, no doy bienvenida ni sonrisa cordial, sólo aclaro mi posición y al rubio de buenos ojos eso no parece fastidiarle —, Después de esta noche, no quiero que me busques Michael. Ni a mí, ni a mi familia ni a Lorelei. No quiero más está mierda.

Soy ruda de golpe y eso les desconcierta a ambos en la habitación hasta el punto de hacerles abrir la boca con sorpresa, en especial a la maquilladora. Si bien, aunque a muchos les podría parecer algo exagerada la manera como reaccionaba, nadie podía calibrar el daño que sentía dentro mí; No sólo como persona, si no más como una mujer denigrada.

—¿Podrías dejarnos solos?— Michael no responde de inmediato a mi ataque y en cambio, le dedica una mirada a la señora que nos veía perplejos desde el costado.

Matrimonio a la rentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora