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Es el día, es el día, es el día ❤️

Nuevo Cap mis amigas personas del universo.

Si les gusta, no olviden darle en la esterilla parfavarrrrrrrrr
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—¿Qué tú qué?— Sus ojos se abren como platos. Se apoya sobre sus codos y me mira con una expresión de horror plantada en la cara. Gira la cabeza y mira a su obstetra incrédula como si le hubiese acabado de contar la cosa más infame de la historia humana —, ¿Qué ella qué?

La pobre mujer, su obstetra, y quien había estado escuchando toda nuestra cómica conversación durante los últimos quince minutos se encoge de hombros y nos sonríe divertida sin meter la cucharada en nuestra relación y continua con su labor de examinar con uno de esos aparatos extraños la pancita de mi amiga, ya grandota y prominente.

—Emilia Moore por favor arrepiéntete y dime que me estás mintiendo— Casi suplica pero algo tan placentero no podía ser negado.

—¿Por qué me iba a arrepentir Lorelei? Tener sexo es normal, en es especial si existe amor. Además, es muy deleitante si me lo preguntas.

—Sé cuan deleitante puede ser Emilia, la mujer embarazada aquí soy yo— Me señala a su vientre desnudo y englobado y no puedo evitar reír. Su cabeza se mueve entonces de un lado a otro en símbolo de reprobación y sin poder contenérselo me arma el mal pedo de nuevo.

—¿Tú estás bien Emilia?— Asiento —, No sólo emocionalmente si no físicamente. ¿Acaso quieres un crío como yo?— Instiga en la extermina y mis ojos se ponen en blanco de manera inmediata. Vuelve a mirar a su doctora y ahora le cuestiona a ella con la misma pregunta, como si estuviese metida en nuestra conversación como íntima amiga —, Ella quiere un crío como yo. Ella quiere estar aquí en menos de un año.

—Pues yo soy muy buena gineco obstetra, puedes tomar una de mis tarjetas cuando vayas de salida— Impertinentemente la mujer del uniforme rosa me ofrece sus servicios señalando a la multitud de tarjetas de su escritorio. De sólo pensar en mí misma con una panza enorme me dan escalofríos hasta en el espinazo y niego con mi cabeza frenética. Con toda la mala experiencia que había tenido con los bebés lo último que necesitaba era uno propio. Más uno con Noah, a tan temprana altura del partido.

—Nadie va a tener un bebé. ¿Ok? Nadie además de Lorelei va a tener un bebé aquí— Lorelei bufa recelosa y cruza sus brazos sobre su pecho en señal de berrinche.

—Pues eso parece que quisieras por lo que dices Emilia. Es verdad que el niño saldría agraciado y en muy buena cuna pero está muy pronto como para que te descuides de esa manera.

—No estoy siendo descuidada, empecé a planificar con pastillas y todo está bajo control— La ginecóloga asiente en señal de aprobación y le da una mirada a Lorelei con ambas cejas levantadas, insinuando que en realidad yo tenía razón.

—Sí sí, ¿sabes como todo estaría bajo control? Si te abstuvieras de tener sexo con Noah mujer. ¿O no es así doctora?—Una vez más incluye a la mujer de uniforme en la conversación.

—El riesgo sí sería nulo pero una relación también se nutre de estos encuentros físicos. No se trata solamente de el sexo— Lorelei le da una mirada de muerte por desconcertar con ella y la pobre mujer intimidada carraspea su garganta —, Es mi opinión.

Antes de que pudiese volver a abrir la boca para decir alguna otra cosa detractora, me adelanto y le arrebato la palabra de los labios.

—Deja de hacer una exageración por todo Lorelei, sigue así y no te vuelvo a contar nada— Advierto y de su pecho sale un ahogado grito, fingiendo dolor.

Matrimonio a la rentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora