Matrimonio a la renta

41.

¿Número #3 en categoría jóvenes?

¡Despiértenme ya! Esto es un sueño.

Amo leer sus comentarios, y cuando puedo se los respondo. Es hermoso sentir que interactúan conmigo, con nuestra historia.

Lastimosamente esta ya casi llega a su fin, pero no se preocupen hay más en nuestro futuro.

Les dejare saber cuando publique el prólogo de la historia que tengo programada, y cuando publique la historia que ya tengo en mi cabecita cocinándose para el próximo semestre.

Los quiero mucho, a tod@s los que han llegado hasta aquí.

Bsxs
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"En este momento Ellis me encuentro frente al palacio Bergher el cual ya está siendo preparado por los organizadores, pues es aquí en este lugar en donde se llevará a cabo el evento más importante del año. El baile de élite. Como es tradición, la familia Von Housen será el anfitrión del evento y se recibirá aquí, en este recinto, a numerosas personalidades, empresarios y celebridades de la sociedad londinense sin embargo este año por desgracia, la familia Von Housen cuenta con un integrante menos, el millonario líder de industrias VH, Blaz Von Housen, quien en la siguiente nota conmemoraremos"

Desde que el día había llegado, lo único que se conseguía ver en la televisión era a bonitos presentadores informando hasta el último detalle sobre el increíble e infame baile de élite que reuniría en un sólo lugar, a personas importantísimas que fácilmente podrían sumar en su patrimonio, el producto interno bruto en millones de euros de unos cuantos países.

Curiosamente, a pesar de que había estado viviendo tantos años en Londres, este era la primera ocasión que oía de él y sin embargo, para la sociedad londinense este evento era en efecto la ocasión estrella del año. No sólo los invitados parecían emocionados por la deslumbrante fiesta si no también la gente del común, que ya empezaba a acumularse a las afueras del palacio Bergher.

—¿Esos son tus Von Housen, Emilia?— Y como era de esperarse, este también era un día perfecto para que mi familia me mortificase con mi corazón roto provocado por mi otra familia politica, la multimillonaria y reconocida —, ¿Ese baile lo organizan tus Von Housen?

—No son sus Von House, Darla. Ella es una Moore y nada más. No hace parte de esos inmaculados ricos aprovechados— Vocifera mi madre con molestia desde el asiento detrás del grande sillón en donde estábamos Darla, papá y yo. Con Samuel en brazos, Salma le estaba dando su biberón lleno de yogurt al pequeño —, ¿O no es así Emilia? Dile algo a tu hermana.

Decido no responder a ninguna de las dos y en cambio, me quedo inocua mirando fijamente a la pantalla del televisor sin demostrar reacción alguna mientras que la mano de mi padre me acaricia el cabello como diciendo tranquila, te entiendo. A pesar que dentro de mí, se estaba desatando toda una batalla de emociones encontradas.

—¿Cómo puede decir que no son sus Von Housen, madre? Si vivía con uno de ellos en Londres, ¿Cómo es que era su nombre, Emilia? ¿Noel? ¿Nick?— Darla no se acomoda con mi silencio y sigue insistiendo, removiéndome las neuronas hasta unos niveles de estrés que me hacían querer hundirle su nariz de un golpe.

—Darla, guarda silencio no me dejas oír la tele— Papá espeta en un acto de defensa, pues en realidad si se oía a la reportera.

—Sólo estoy preguntando por su nombre papá— Gruñe y se cruza de brazos como toda una adolescente frustrada —, ¿Sabes qué? No me digas. Lo buscaré en internet, ahí ya eres toda una celebridad.