5.

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En silencio, le miro aturdida por sus confusas palabras. Si bien el hombre era toda una obra de arte, no me dejaría tomar por inocente.

— ¿Oferta? ¿Me quieres tomar del pelo? — Le regresó el murmullo, pero esta vez con tintes de agresividad en mi tono — ¿Escuchaste también la parte de que tengo beca, no? Soy alguien inteligente amigo.

Al escucharme, cierra sus ojos y mueve los labios como si estuviese murmurando cosas pero se le es inaudible. Inhala y exhala profundamente, abre sus ojos y vuelve a mirarme. 

— Parece que aquí ninguno de los dos ha sido sincero desde el comienzo, ¿no? —Habla, luciendo más frustrado y menos ameno que antes — Ya te escuche a ti, ahora toma asiento y escúchame a mí. Sé que te va a interesar.

Miro a Lorelei, quien a diferencia de Michael se encuentra junto a nosotros estupefacta escuchando cada palabra que intercambiamos. Busco sus ojos, en busca de su aprobación y ella asiente.

Sin dar otra palabra, paso de su lado directo al sofá con Lorelei siguiéndome. Por su parte, Noah corre hasta el lado de Michael y empiezan a murmurar una vez más.

— ¿Pueden dejar de murmurar y compartir con todos en la habitación que está sucediendo aquí? — Tensionada les exijo. Entonces Noah se aparta de Michael y con las manos en sus bolsillos se detiene justo en frente de mí.

Parecía intranquilo, inquieto y verle en esa actitud me ponía ansiosa.

— Lo que estoy a punto de decirte Emilia, va a sonar extraño y un poco jodido. — Menciona, saca una de sus manos del bolsillo y se la pone en la nuca — Yo te necesito a ti.

Mis ojos se abren como platos, miro a Lorelei para rectificar que ella ha escuchado lo mismo que yo y por la expresión en su rostro puedo determinar que sí.

— ¿Me necesitas? ¿Cómo que me necesitas? Recién me acabas de ver por primera vez en tu vida — Respondo exaltada, a medida que está conversación evolucionaba me sentía más tomada por tonta — Te juro que soy una persona civilizada, pero sácame de mis casillas y te planto una bofetada.

Digo y guarda silencio. Noah parece no lograr que sus pensamientos conecten con su boca, así que Michael interviene

— Emilia, hey. — El rubio toma asiento junto a mí y luego de un breve suspiro es quien retoma la palabra:— Lo que mi amigo aquí está intentando decir es que, él necesita con urgencia una novia falsa y tú pareces la chica ideal.

Sus palabras estallan en mi rostro como una bomba atómica, miro a Noah para confirmar que lo que su amigo dice es cierto y este sólo asiente. Siento mis mejillas enardecer, los nudillos empiezan a dolerme y de repente me entran unas ganas inmensas de gritarle a alguien.

— Emilia, cálmate. — Dice Noah apurado, de seguro por la expresión de ira que tenía ya plantada en el rostro. Hace que Michael se ponga de pie, y toma su lugar en el sofá:— Te dije que iba a sonar jodido, pero no como tú lo piensas.

Asegura, pero aún sus palabras no lograban hacer que mi mente entendiera lo que estaba tramando.

— ¿Tú quieres comprarme Noah? ¿Cómo a un servicio?— Con valor, finalmente digo lo que se esta cruzando por mi cabeza— ¿Es eso lo que los ricos piensan? ¿Qué pueden comprar a las personas?

— ¡No! — Niega rápidamente. Toma un cojín del sofá y entierra su rostro en él, pega un grito ahogado y con las mejillas enrojecidas vuelve a mirarme:— Créeme que no me siento cómodo haciendo esto, pero si no fuera tan vital para mí no te lo pediría.

En unos minutos retoma la historia desde el principio. Me cuenta sobre él y su familia haciendo especial énfasis en su hermano Harry, del quien al parecer no gustaba mucho y con el cuál la rivalidad era notoria. Luego muy energético, toca el tema de la herencia y las condiciones para acceder a su parte de la herencia, las cuales evidentemente incluían una mujer.

Matrimonio a la rentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora