12.

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Noah's POV

Sabía que debía despertar. De seguro era tarde, tenía muchas cosas de las cual ocuparme pero mi cuerpo me estaba imposibilitando la tarea de despertar. Para ser honesto, no podía puntualizar con exactitud en qué momento había comenzado a embriagarme, pero de lo que sí estaba seguro era que la mezcla de alcohol me estaba pasando factura con un fuerte impuesto al dolor de cabeza.

Si bien este tipo de mañanas caóticas eran algo usual en mi vida, seguía sin poder acostumbrarme al malestar de la pesada resaca. Odiaba de sobremanera despertar sintiéndome como un bulto de papas.

Con algunos minutos y un poco más de consciencia, decido entonces empezar a estirar mi cuerpo para despertar mis extremidades, sin embargo el roce con una presencia extraña en mi cama termina por despabilarme con un sentimiento de angustia.

—¿Qué demonios?— Parpadeo varias veces antes de lograr ver con claridad. No recordaba haber traído a ninguna chica a mi habitación pero para mí calma, la única presencia extraña en mi cama era el ebrio de Mike—. Viejo.

Le empujo un poco para reafirmar que sigue con vida. Este me gruñe y gira su cabeza dispuesto a seguir durmiendo.

—¿Acaso no trabajas?— Lo empujo una vez más, pero no da respuesta. Como no soy su madre, me resigno a que su resaca le pesan más que las ganas de querer conservar su trabajo así que me levanto de la cama camino al baño dejándolo tirado sobre el colchón aún inconsciente.

Ya en el baño, orino gran parte de lo bebido la noche anterior y con una lavada a mi rostro con agua fría terminó de despertar mi mente.

Detallo mi reflejo en el espejo, y una vez más confirmo que las mañanas así no eran lo mío.

—Con resaca se te va el encanto como Sansón, hijo— Me digo a mi mismo enfrentando mi reflejo. Sin duda alguna el cabello despeinado y las ojeras podían acabar con la imagen de cualquiera.

Salgo del baño y lo primero que atraviesa mi mente es encontrar mi teléfono. Al encontrarlo, veo un bonito mensaje de buenos días por parte de Emilia aparecer en mi pantalla.

"¿Adivina qué? Me he levantado esta mañana y me he encontrado un mundo de gente feriándome la ropa. No sabía que lo de contratar a alguien iba enserio. Tómame en cuenta para este tipo de cosas Noah, si no me vas a emputar. Buen día." — Emilia.

Mierda. Esto de empezar a dejar de pensar sólo en mí sí que me iba a costar.

—Cuidado con eso muchacho, que primero se estropee tu cabeza antes que ese cuadro— Escucho una voz femenina exclamar dulcemente desde el exterior de mi cuarto. Una voz que reconocía a kilómetros.

Las hormonas se me remueven un poco, miro mi reflejo una vez más en la pantalla del celular acomodo el par de cabellos que parecían tener vida propia y salgo de mi cuarto encontrándome con el hermoso y mandón trasero de Caeli dando órdenes a las afueras del cuarto de Emilia.

—Estos sí que son unos buenos días— Exclamo de una manera algo vulgar. La rubia de ojos pardos se da la vuelta y me sonríe muy jovial, cómo desde la primera vez. 

Buongiorno, Noah— Me toma de los hombros y besa ambas de mis mejillas con sus regordetes labios. Aunque me gustasen un poco más refinados como los de Emilia, la chica seguía siendo un placer para contemplar—. ¿Te gusta?

Matrimonio a la rentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora