Julian

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Vomitaba cada día, su voz apenas era audible, le dolía cada parte del cuerpo. Si hubiera pasado por eso hace 11 años no le habría molestado irse en cuanto su cuerpo comenzara a fallar, pero ahora no quería dejar por nada del mundo a esa maravillosa familia de la que había conseguido formar parte.

John estaba pendiente de él a todas horas, independientemente de su trabajo como doctor y llevaba a Hamish con él para que le diera los dibujos que había hecho. Arthur lo visitaba todos los días junto a Khan y el pelirrojo incluso le preparaba su té especial con la esperanza de que lo haga mejorar; Everett lo fue a ver en cuanto supo de su situación, estando atento a cada una de sus necesidades, incluso llegó a gritarle a los enfermeros, y junto a él iba Bilbo a leerle sus historias favoritas; y Oliver, ay Oliver.
El desesperado agente de bienes raíces no se apartaba de su lado, lo ayudaba a comer, a sentarse, a levantarse para ir al baño y hasta aguantó los días en que Daniel iba a verlo. Oliver era una persona tan maravillosa como sus hermanos.

Los Holmes eran otro tema. Lo visitaron, sí, pero aún teniendo la muerte de por medio no se iba la incomodidad que sentían cuando estaban todos reunidos. Mas que molestarse entre sí y hacer comentarios sarcasticos, no hacían la gran cosa, pero así eran y eso hacía felíz al único rubio de ellos. Porque las bromas aligeraban el ambiente y le provocaban una sensación calida que pocas veces sintió.

Y fueron pasando los días hasta que llegó uno en particular, cuando John supo dada su apariencia que no pasaría la noche. No lo dijo directamente, pero Julian era de todo menos tonto, el doctor no necesitó decir ni una sola palabra. Bastó con una mirada, sus ojos reflejaron dolor y profunda tristeza al verlo tirado en la camilla como un esqueleto manchado de tierra. Por primera vez al irse cerró las cortinas, dándoles privacidad.

-¿Por qué sonríes?- preguntó Julian con una leve risa

-Es que te ves radiante- dijo Oliver

-No es cierto. Parezco una momia

-Estas igual de hermoso que la primera vez que te vi

-¿Lo recuerdas? Tiraste mi mochila y me obligaste a pedir disculpas

-Y a pesar de que lo intenté sigues igual de irrespetuoso

Julian negó lentamente con la cabeza

-Noo. El otro día dije por favor

Oliver soltó una risa corta y corrió un cabello del pálido rostro de su novio.

-Siempre dije que eres mi angel

Julian sonrió y descansó el rostro en la mano de Oliver.

-No encuentro el parecido

-Yo lo hice. Está en tus ojos, tu cabello, tu piel...

Oliver acarició suavemente su mejilla y con el pulgar tocó la comisura de sus labios. Julian formó una leve sonrisa de lado

-Ollie, estas llorando

-Lo siento. Perdóname

Dejó salir una risa temblorosa y acarició su suave cabello

-Es que no quiero que regreses al Cielo

-Tampoco yo, allí no puedes beber

Oliver volvió a reir entre el llanto y unió sus frentes, ambos cerraron los ojos para sentir mejor el contacto

-Quedate en la Tierra conmigo. En nuestro paraíso

-Me encantaría

-Te amo,Julian

-Te amo..Oli...

Oliver abrió los ojos y vio la sonrisa de Julian desvanecerse.

-¿Juls? ¡Juls! ¡Julian!

Tomó su rostro y lo mió fijamente

-¡¡Julian!!

Agarró sus manos y las apretó esperando que respondieran. John entró al cuarto y agarró a su hermano de los hombros para calmarlo, la imagen de Julian tampoco era agradable para él pero debía mantenerse fuerte por los demas. Oliver dejó de gritar y hundió el rostro en el estómago de su novio, sollozaba desconsolado, aún aferrado a su mano. John se retiró, en el pasillo pasó las manos por su rostro y miró a un costado, Hamish estaba sentado en las sillas de espera junto a su padre acabando un dibujo. Sherlock chocó miradas con John y eso fue suficiente para el detective. Acarició la cabeza del niño y se acercó al doctor

-Te veré en la cena

-Sherlock..

-Lo sé

El detective dejó el hospital sin mas. John tomó aire y comenzó a hacer llamadas. A los 10 minutos vio a Oliver salir de la habitación y alejarse con la clara intención de irse a ahogar sus penas. Cubrió el teléfono y lo llamó

-¡Oliver!- El mencionado volteó, -Lleva a Hamish contigo

Viendo las intenciones de su hermano por detenerlo de hacer alguna tontería, aceptó y terminó llevando al niño a un local de comida rapida.
El pequeño comía una hamburguesa mientras que él se acababa el tercer vaso de refresco. Sacó de su mochila una hoja doblada y se la entregó

-Ten

-¿Qué es?

-Un mensaje para el tío Julian

-Hamish, Julian ya no..-

-Lo sé, por eso ahora es para ti

El rubio abrió la hoja y solo encontró un patrón de números repetidos sin sentido. Miró al niño, Hamish comía con total tranquilidad.

-Esto es...¿Qué es esto?

-Un mensaje

Oliver pasó la mano por su cabello, no estaba de humor para niños sabelotodo.

-¿Es un código secreto o algo así?

-Código binario. El tío Julian sabía de eso

-Bueno, yo no

Dobló la hoja y se la extendió al niño, pero Hamish lo ignoró

-Quedatelo. Daniel puede ayudarte a descifrarlo

El hombre suspiró y guardó el papel en su saco, entonces Hamish alzó la vista de su comida

-¿Ya extrañas al tío Julian?

-Como no tienes idea

-Puedo ayudar a que te sientas mejor

-¿Cómo?

-¿Qué hacían tú y el tío para divertirse?

Oliver soltó una risa corta y negó con la cabeza

-Eres muy pequeño para saberlo, Ham-Ham

-Entonces puedes ayudarme a mí para distraerte

-¿Qué necesitas?

-Volver con papá y padre

-¿Volver?

-Ahora tengo un hermano mayor, ¿sabes?

-¿Hermano..mayor?

Oliver hizo un recuento de sobrinos y sintió que los número no encajaban, tampoco las edades o eventos temporales. ¿En que momento John tuvo un hijo antes de Hamish? ¿O era un bastardo perdido de Sherlock?

-Es adoptado-dijo Hamish

-¿Adoptado?

-Nos separaron en el orfanato, pero me encontró y ahora vivo con él. Pero quiero volver con mis papas

Oliver apoyó la cabeza en su mano y suspiró

-Ham-Ham, eres todo un niño problema

-¿Qué es eso?

-Nada,olvídalo

-¿Entonces me ayudarás?

-Si, ¿por qué no? ¿Otra hamburguesa?

-¡Si!

Pidió dos combos mas para llevar y esta vez se detuvieron en un parque para aprovechar el sol. Oliver recordaba lo lindo que los rayos hacían brillar el cabello de Julian y sonrió al Cielo pensando en que su angel lo estaría viendo.

Te llevo a cuestas (Freebatch Crossover - Segundo Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora