John

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Los días en los que Sherlock debe ir por Hamish están estratégicamente arreglados por el detective para que John pueda asistir a sus reuniones de veteranos de guerra. Al principio se negaba a abandonar sus responsabilidades como padre, pero Sherlock se encargó de recordarle que también eran sus hijos y que podía hacerse cargo de vez en cuando. Así es como John acabó asistiendo a todas las reuniones semanales, demostrando el efecto que tenían con una sonrisa relajada que ultimamente mostraba. Claro que no eran a prueba de Sherlock Holmes, quien lograba sacar de sus casillas a John en lo que dejaba la reunión y regresaba al departamento. Aquel viernes no fue la excepción.

John estaba limpiando el departamento aprovechando la ausencia de todos los Holmes que allí vivían, disfrutando de la compañía de Rosie que dormía en el pequeño corral situado en medio de la sala. Decidió revisar la vieja estantería olvidada del rincón y allí lo encontró, una bolsa plástica de las que usaban los policías para guardar evidencia con inyecciones y cápsulas extrañas en su interior. Lo ocultó rapidamente como si Rosie pudiera verlo o saber que era y siguió con la limpieza. Cuando su hijo llegó lo mandó a darse un baño y confrontó a Sherlock en las escaleras del edificio, donde le mostró su hallazgo

-¿Qué es esto?

-Me sorprende que preguntes

-Sherlock, no te pases de listo. ¿Por qué tienes esto guardado?

-No es mío

-¿Y debo creerte por qué..?

-Porque soy tu esposo y prometí dejarlo hace años, desde aquella horrible recaída

-¿A quién pertenecen entonces?

-Un antiguo conocido al que debo, Patrick Melrose si no me equivoco. Fue lo ultimo que conseguí de él, sinceramente lo había olvidado

-Quiero que te deshagas de esto ahora mismo

-Lo llevaré mas tarde al laboratorio, Molly sabrá darle uso

Sherlock tomó la bolsa y la guardó dentro de su abrigo en lo que ingresaban al departamento. Como intento de subirle el animo, el detective preparó un té para John y se sentó junto a él en la mesa de la cocina

-¿Cómo estuvo tu reunion?

-¿De verdad te interesa saber?

-Por supuesto

-Bueno...- John bajó la mirada a la taza, eso alarmó a Sherlock acerca de una posible recaida emocional,-Está este integrante del grupo, Alan Turing, un matemático

-¿Qué hay con él?

-Hace unos años estuvo en la cárcel

-¿Reveló códigos secretos en la guerra?

-Lo procesaron penalmente por homosexual

Sherlock mantuvo el silencio mientras veía como John buscaba sus próximas palabras. El doctor acariciaba la taza con un dedo y se perdía en los remolinos oscuros de su bebida que causaba el giro de la cuchara.

-Fue cuando yo estaba en la Academia-. John alzó la vista,- ¿Lo entiendes? Pude haber sido yo si me hubiera dejado llevar en aquel entonces

-En aquel entonces no estabas enamorado de nadie. Nada te pudo haber sucedido

John negó y formó una pequeña sonrisa

-Te equivocas. Tenía interes en un muchacho que conocí antes de mi ingreso. Lo vi por casualidad el ultimo día de instituto, estaba solo en el salón de baile realizando la danza mas bella que jamas vi

Sherlock escuchaba pero también procesaba la información que recibía. Había una probabilidad entre miles de que John estuviera hablando de lo que él creía.

-¿Recuerdas como era?

-¿La danza? Temo que no se mucho de eso

-Me refiero al muchacho

-Recuerdo que tenía una complexión delgada y cabello negro. Y, si mi memoria no me falla, creo que llevaba medias rosadas. Lo se porque entonces era raro para un chico usar ese color y me provocó curiosidad

-Bueno,tú mismo lo dijiste. Era en ese entonces. Ahora estas casado y nadie te llevará preso por ello o por llevar medias rosadas y mallas ajustadas

Sherlock se puso de pie para irse pero John lo detuvo

-Nunca dije que llevara mallas ajustadas

-Es el típico vestuario del ballet, ¿qué mas podría usar?

-Tampoco especifiqué que tipo de baile estaba haciendo

John sonrió de lado y se puso de pie para acercarse a su esposo

-¿Sherlock?

El detective miraba hacia un costado  pero veía de reojo a John observando divertido. Se alejó y comenzó a caminar por la sala moviendo sus manos frenetico

-Puede que tal vez yo haya tomado clases de baile cuando era niño

-No puede ser

John comenzó a reír pero se detuvo gradualmente mientras Sherlock seguía hablando

-También es posible que el chico que viste haya sido yo. No muchos niños tomaban clase de ballet en esos tiempos

El doctor cubría su boca con asombro, nadie dijo nada por unos segundos. Luego John estalló en risas dejando a Sherlock muy confundido

-¿Qué es tan gracioso?

John se acercó al de cabello rizado y le sonrió

-Qué después de tanto tormento y negación mis sentimientos por aquel chico siguieran intactos y que esa es la razón por la que me enamoré de ti hace diez años

Tomó suavemente las mejillas del detective y plantó un dulce beso en sus labios. Luego tomó a Rosie del corral y la llevó a su cuna, Sherlock en la sala era un desastre de emociones mezcladas.

Te llevo a cuestas (Freebatch Crossover - Segundo Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora