Everett

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Bilbo bajó las escaleras y se apresuró a la otra habitación de la casa, Stephen lo vio pasar corriendo desde la sala.

-¿A dónde vas?

-Voy a despertar a papá

Stephen dejó su libro y alcanzó a Bilbo antes de que pudiera abrir la puerta.

-Yo lo haré. Tú regresa con Hamish

Bilbo mostró una cara de confusión pero asintió lentamente para satisfacer a su padre y se fue por donde vino. Stephen entró al cuarto, todo estaba en completo silencio, revisó que el arma siguiera en su mesa de noche donde la había dejado por seguridad, al verla suspiró aliviado y se acercó a su esposo.

-Everett...Amor...Ever..

Como el agente estaba cansado todo el tiempo tendía a tener el sueño pesado. Stephen podía seguir intentando o... podía echar un vistazo.
Abrió con cuidado el cajón de la mesa de noche de Everett, encontró pertenencias como su billetera, un collar de la milicia, su placa de agente especial y llaves de su auto. También encontró un frasco anaranjado que supo perfectamente lo que era, lo dejó donde estaba y cerró el cajón. No había rastro de la alianza de matrimonio. Hubiera creido que se la había vuelto a colocar de no ser porque las manos del agente estaban a la vista y desnudas. Su ultima esperanza era el baño privado de ellos. Fue hasta el cuarto de baño y revisó tras el espejo, otro frasco anaranjado, afeitadoras, crema de afeitar, pasta de dientes y un botiquín de primeros auxilios. Después revisó la bañera, en los estantes de la pared había productos para el cabello y jabón, pero ningún anillo. Iba a rendirse cuando vio un destello por el rabillo del ojo, junto al grifo del lavamanos estaba la alianza dorada.

La agarró feliz y salió del baño, con cuidado tomó la mano de su esposo con intención de colocarsela, pero entonces se vio inmovilizado contra el colchón por las piernas de Everett.

-Stephen, ¿qué demonios?

Liberó a su esposo y pasó una mano por su rostro, el mas alto respiró profundo para calmarse el susto.

-¿Qué intentabas hacer?

-Quería..

¿Por qué decirle? Debía darse cuenta por sí mismo.

-Despertarte. Bilbo te estaba buscando

-¿Qué necesita?

El agente se sentó al borde de la cama para ponerse los zapatos y se levantó para estirar su ropa con la que había caído dormido.

-No lo se

-¿No lo sabes?

-No me dijo. Parecía importante. Tal vez solo quería decirtelo a ti

-Stephen..- Everett sonrió- ¿Estas celoso?

-¿Ce..? No tengo porque estarlo

-Aja

-¡Papá!

Bilbo entró a la habitación y se acercó a Stephen con su teléfono.

-¿Es mi padre?- preguntó Hamish detras de su primo

-Si,es...

Stephen miró a su esposo y enseguida cambió su rostro al ver que ya estaba revisando su teléfono.

-Niños, vamos a la sala. Rapido

Tomó a Hamish en brazos y a Bilbo de la mano para llevarlos hasta el pie de las escaleras. Allí bajó a su sobrino y lo tomó suavemente de los hombros.

-Hamish, ¿te gustaría pasar la noche aquí?

-¡Si!

-Bien,Bilbo te hará espacio

El ruido de los pasos de Everett no se hizo esperar. Ya estaba completamente vestido y cargado con lo necesario para irse, se lo veía mas apurado que de costumbre.

-Everett y yo debemos irnos. Bilbo, cuida a Hamish. Hay helado en el refrigerador, llamen solo si es una emergencia. ¿Entendieron?

Ambos niños asintieron y fueron empujados escaleras arriba. Stephen se apresuró a tomar un abrigo y se acercó al sofá donde alguien lo miraba preocupada.

-Levi,cuida de los niños

La capa hizo un saludo militar y levitó hasta la segunda planta. Stephen salió de la casa y se encontró con Everett en el auto de este.

-No puedo creer que esto esté pasando

-Tal vez no es nada grave

-Esperemos que no

El auto arrancó y el viaje apurado comenzó.

Te llevo a cuestas (Freebatch Crossover - Segundo Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora