Oliver

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Despertó por el fuerte aroma que había en el cuarto. Apretó los ojos y separó los párpados lentamente, su visión borrosa apenas le permitió distinguir tonos morados y una araña de techo apagada. Quiso acariciar el puente de su nariz pero sus brazos no respondían, tampoco sus piernas lo hicieron cuando quiso levantarse. Elevó la cabeza todo lo que pudo y lo que vio bastó para despertarlo por completo, sus extremidades estaban bajo cuerpos desnudos dispersos por la cama en la que supo se encontraba acostado. Giró la cabeza solo para encontrar mas personas a sus lados, todas dormidas. El pánico aumento cuando se percató de su desnudez y vio la puerta de la habitación abrirse, tras ésta apareció el hombre con el que había hablado en el bar. Su vestimenta tenía muchas plumas menos que la noche anterior, solo llevaba el vestido rosado junto con las largas botas de cuero y maquillaje. Su cuerpo se tensó cuando lo vio avanzar hacia la cama

-Tranquilo. No te haré nada, no cuando ya tuviste suficiente

Hubiera reaccionado si no fuera porque aquel hombre empujó a sus compañeros para dejarlo libre. Rápidamente escondió su cuerpo en un ovillo que le protegía la poca dignidad que le quedaba.

-La ducha esta libre. Te sentirás como nuevo después de un baño

El hombre se alejó per no se fue, supuso que solo lo hizo para darle espacio. Oliver se levantó con cuidado de la gran cama y se alejó rápidamente de todos los cuerpos inmoviles que había regados por doquier, la escena le provocó asco. Miró a la unica persona vestida en la habitación, ésta le hizo una seña para que la siguiera. Salieron del cuarto a un elegante pasillo con mas habitaciones e ingresaron en la del frente. Tenía ambientación mas hogareña, una simple cama matrimonial, una pequeña mesa en el centro y un baño limpio. El hombre le abrió la puerta del cuarto de baño y le sonrió

-Toma tu tiempo

Le regaló un guiño y salió de la habitación. Oliver se encerró en el baño apenas estuvo solo, no tenía sus pertenencias, no sabía donde se encontraba y tampoco la hora. Se tiró del cabello y golpeó la pared varias veces, acabó frente al espejo y la imagen lo horrorizó. En su cuello y pecho había marcas de labiales, tal vez otros productos de maquillaje, algunas mordidas y besos que bajaban hasta su pelvis, entonces no quiso revisar mas allá.

-Mierda. Mierda. Mierda

Vació su estómago en el lavabo, intentó calmar su respiración y le dio la espalda al espejo. Abrió el agua y en la ducha se limpió toda la suciedad que había a la vista, se alivió al darse cuenta de que caminaba con normalidad. No supo cuanto tiempo estuvo en el agua pero no fue el suficiente para calmarlo, salió de la ducha y recién entonces vio su ropa sobre el retrete. Se cambió lo mas rápido que pudo y regresó a posarse frente el cristal, se veía mejor pero no se sentía de esa manera. Estaba espantado, furioso y asqueado consigo mismo

-¡Put* madre!

-¿Acabaste?

Al escuchar esa voz reaccionó y abrió violentamente la puerta, aquel hombre estaba sentado con una pierna sobre la otra a los pies de la cama sosteniendo una taza de té. Oliver no podía creer lo tranquilo que estaba, ¿no sabía lo que le había hecho? Avanzó hacia él dispuesto a reclamar, pero el otro se puso de pie recordándole su gran altura. Esto lo frustró y solo se dejó caer en el suelo, el extraño puso una taza de té frente a él

-¿Dónde estoy?

-Mi departamento

-¿Cómo llegué aquí?

El hombre sonrió sobre la taza, la dejó y sostuvo su rodilla mientras erguía la espalda.

-Tuviste una noche muy agitada

Te llevo a cuestas (Freebatch Crossover - Segundo Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora