Sherlock

251 50 30
                                    

Mientras esperaba aburrido a que Hamish saliera de la escuela, vio entre la multitud de padres a alguien conocido que no creyó volver a encontrarse. Lo inspeccionó con la mirada hasta que los ojos ajenos lo atraparon, apartó la vista y fingió apreciar el espantoso edificio que era la escuela. Una voz llamó su atención y fingió sorpresa al voltear

-¿Sherlock?

-Andy. Que sorpresa. ¿Qué haces aquí? ¿Eres profesor?- pregunta estúpida ya que recordaba perfectamente a su pequeña hija

-No. Vine a recoger a Rosie, ¿la recuerdas?

-Oh,si. ¿Cómo está tu bebé?

-Ya no es mas una bebé

Hablando de la Reina de Roma, la niña se asoma. Una niña de no mas de 11 años de cabello rubio ondulado se acercó corriendo a Andy, el hombre le besó la cabeza y rodeó sus hombros

-Rosie, te presento a Sherlock. Un viejo amigo

La niña lo escudriñó con la mirada hasta que un vago recuerdo llegó a su mente. Una melodía y múltiples imágenes coloridas. Lo saludó con un movimiento de cabeza en lo que trataba de enfocar sus recuerdos, Sherlock hizo lo mismo y volteó para ver llegar a Hamish a su lado con la cabeza gacha. Pero cuando vio de soslayo a la niña, alzó la cabeza y se echó hacia atrás chocando con las piernas de su padre.

-Sherlock, ¿tienes un hijo? No te veía siendo padre

-Él es Hamish. Hijo, ellos son Andy y..-

-Rosie

El niño cubrió su boca luego de murmurar mas alto de lo que creyó su nombre. Andy los miró con sorpresa

-¿Se conocen?

-Vamos a la misma clase, papá- Rosie contestó, haciendo escuchar por primera vez su dulce voz.

Sherlock miró a su hijo, tenía las mejillas rosadas. De entender mejor las expresiones humanas hubiera entendido la situación, pero lo primero que pensó fue que Hamish se sentía avergonzado de hablar con otros. Andy notó el accesorio extra que ahora llevaba el detective y sonrió

-¿Estas casado?

-Comprometido

-¿Quién es tu pareja?

Antes de que Sherlock pudiera responder, Hamish tiró de su mano y negó moviendo frenético la cabeza. Los Holmes miraron al otro par sin saber que decir, Rosie entonces pidió a su padre que se ponga a su altura y le habló al oído. Hamish quería irse de allí tan pronto como fuera posible, sin embargo Andy sonrió y pidió estrechar la mano del detective

-Felicidades a los dos

Sherlock le dio la mano y le sonrió a su hijo dando a entender que estaban bien. Rosie tomó la mano de su papá y se despidió de Hamish con un movimiento de mano y una sonrisa. El niño volteaba lentamente viendo como ella se alejaba hasta perderla de vista y así correr tras su padre que ya había comenzado a caminar.
Hamish tenía una sonrisa cuando entró al departamento y antes de poder ir a su cuarto, que anteriormente pertenecía a Khan, fue sujetado de la mochila y acabó junto a Julian en el sofá

-¿Por qué tan feliz,muchacho?

-Hoy pude hablar con Rosie

-¿Tu hermana?

Hamish negó, se quitó la mochila y se acomodó mejor en su lugar. Luego pidió al rubio que se inclinara para hablarle al oido

-Es la niña bonita de mi clase

Julian alzó las cejas en sorpresa y revolvió los rulos del chico

-Parece que alguien esta enamorado

-Tonterías. Solo creo que es bonita, mucha gente lo es. Padre dice que el amor no es importante y que la belleza es superficial, pero ella también es inteligente asi que esta bien que me agrade

-Tu padre es un..-

-¿Hamish?

Ambos voltearon hacia la cocina, de allí salía John cargando a la bebé.

Julian había tenido la oportunidad de ser el primero en verla, le pareció lo mas lindo que había visto y por unos instantes se sintió celoso de Sherlock por lograr tener una familia propia. Pero si lo pensaba mas profundamente, era imposible para él cuidar de un bebé y Oliver no sería precisamente un modelo ejemplar de padre en su opinión, parecían estar destinados a ser una familia de dos donde podían tener su intimidad y eso le parecía bien.

Hamish se acercó a su papá, recibió un beso en la cabeza y fue a su habitación. Del fondo del pasillo apareció Sherlock, pasó junto a John y se dejó caer en su sillón favorito, allí se le fu encargada la bebé en brazos mientras John preparaba el almuerzo. Julian veía divertido como, a pesar de ser su propia hija, Sherlock no sabía como tratar a Rosie y solo le movía las manitos fingiendo que tocaba un violín imaginario. En su mente, el detective veía a una hermosa mujer siendo iluminada por un reflector mientras realizaba una melodía perfecta, moviendo sus extremidades con pasión, ojos cerrados en concentración y una sonrisa plasmada en su rostro. Sherlock sabía que su hija tenía un gran futuro a pesar de ser tan solo una bebé por el momento, sus labios formaron una pequeña sonrisa y comenzó a tararear sin separar los labios una melodía que había estado practicando desde que tenía memoria y la que, esperaba, Rosie tocaría algún día.

Te llevo a cuestas (Freebatch Crossover - Segundo Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora